/ lunes 13 de julio de 2020

#TodoComunica | Evadir y lavarse las manos 

Una de las maneras más comunes que emplean las empresas y los gobiernos para “comunicar” es a través de conferencias de prensa, a partir de un tema que exponen y donde supuestamente se responde lo que las y los periodistas desean saber; sin embargo, esa acción no garantiza efectividad para que el mensaje se comprenda y mucho menos que se satisfagan las inquietudes de quienes preguntan.

Ante esa circunstancia –que podría ser incómoda para quien está sujeto a los cuestionamientos de “la prensa”-, las redes socio-digitales y la política se encontraron en el camino. Con las estrategias que siguió el expresidente norteamericano, Barack Obama, en su campaña de 2008, se sentó un precedente importante para que el sector público y gubernamental, empleen esas redes en la transmisión de mensajes.

“Esos actores políticos y económicos construyen sus propias versiones o historias de los hechos, y los vehiculan no sólo a través de los medios tradicionales sino por estos otros canales [páginas web y redes socio-digitales], donde evitan encontrarse con los periodistas para no tener que responder preguntas y, así, controlar de mejor manera su mensaje”, advierte Jacqueline Fowks, periodista, editora e investigadora, en su libro “Mecanismos de la posverdad”.

¿Cuál es el problema? que nos encontramos en un entorno favorable para la creación de noticias falsas, Fakenews o “bulos” (noticia falsa propalada con algún fin / noticia falsa que se difunde, generalmente, con el fin de perjudicar a alguien).

Las y los políticos se quejan de la información que se divulga en las redes socio-digitales, pero se mantienen en ese terreno, porque es un espacio cómodo donde pueden evadir a quienes les hacen señalamientos; adicionalmente, un error que han cometido los propios medios periodísticos –ante el riesgo de no contar con información- es emplear esos mensajes unidireccionales para generar sus noticias.

Con ello se favorece la rápida difusión de verdades incompletas, que -en estas circunstancias provocadas por la pandemia de coronavirus- se convierten en un asunto de vida o muerte.

En el caso de México, lo grave es que a pesar de que las autoridades federales realizaron, diariamente, conferencias de prensa –con mensajes confusos, erráticos y contradictorios-, el mecanismo no ha sido suficiente para que la población crea en lo que dicen y menos para que se acaten las medidas necesarias que eviten la propagación del virus. Hasta este fin de semana, habían muerto más de 35 mil personas y confirmado alrededor de 300 mil contagios.

PERCEPCIÓN

Ahora la responsabilidad ante el Covid-19 es de las autoridades estatales y municipales. El subsecretario federal de salud, Hugo López-Gatell aplicó la mejor medida para evitar el contagio: lavarse las manos.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC / Instagram: joya.ricardo11


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Una de las maneras más comunes que emplean las empresas y los gobiernos para “comunicar” es a través de conferencias de prensa, a partir de un tema que exponen y donde supuestamente se responde lo que las y los periodistas desean saber; sin embargo, esa acción no garantiza efectividad para que el mensaje se comprenda y mucho menos que se satisfagan las inquietudes de quienes preguntan.

Ante esa circunstancia –que podría ser incómoda para quien está sujeto a los cuestionamientos de “la prensa”-, las redes socio-digitales y la política se encontraron en el camino. Con las estrategias que siguió el expresidente norteamericano, Barack Obama, en su campaña de 2008, se sentó un precedente importante para que el sector público y gubernamental, empleen esas redes en la transmisión de mensajes.

“Esos actores políticos y económicos construyen sus propias versiones o historias de los hechos, y los vehiculan no sólo a través de los medios tradicionales sino por estos otros canales [páginas web y redes socio-digitales], donde evitan encontrarse con los periodistas para no tener que responder preguntas y, así, controlar de mejor manera su mensaje”, advierte Jacqueline Fowks, periodista, editora e investigadora, en su libro “Mecanismos de la posverdad”.

¿Cuál es el problema? que nos encontramos en un entorno favorable para la creación de noticias falsas, Fakenews o “bulos” (noticia falsa propalada con algún fin / noticia falsa que se difunde, generalmente, con el fin de perjudicar a alguien).

Las y los políticos se quejan de la información que se divulga en las redes socio-digitales, pero se mantienen en ese terreno, porque es un espacio cómodo donde pueden evadir a quienes les hacen señalamientos; adicionalmente, un error que han cometido los propios medios periodísticos –ante el riesgo de no contar con información- es emplear esos mensajes unidireccionales para generar sus noticias.

Con ello se favorece la rápida difusión de verdades incompletas, que -en estas circunstancias provocadas por la pandemia de coronavirus- se convierten en un asunto de vida o muerte.

En el caso de México, lo grave es que a pesar de que las autoridades federales realizaron, diariamente, conferencias de prensa –con mensajes confusos, erráticos y contradictorios-, el mecanismo no ha sido suficiente para que la población crea en lo que dicen y menos para que se acaten las medidas necesarias que eviten la propagación del virus. Hasta este fin de semana, habían muerto más de 35 mil personas y confirmado alrededor de 300 mil contagios.

PERCEPCIÓN

Ahora la responsabilidad ante el Covid-19 es de las autoridades estatales y municipales. El subsecretario federal de salud, Hugo López-Gatell aplicó la mejor medida para evitar el contagio: lavarse las manos.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

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