/ lunes 18 de julio de 2022

#TodoComunica | ¿Facilitar el camino a Morena?

Las señales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) son desconcertantes. Los mensajes, si bien son dispersos, acreditan que tienen suficientes personas para competir por la gubernatura del Estado de México, pero lo hacen sin una estrategia integrada. Cada quien “jala por su lado”, en espera de que “el gran elector” (el gobernador Alfredo Del Mazo Maza) tome la decisión.

Parecería que ahora “pelean” entre ellas y ellos. Alianzas “subterráneas” y abiertas, con filtraciones a la prensa, entrevistas, espectaculares y propaganda, han generado confusión, división, temores y parálisis. Sus militantes saben que el escenario es complicado y cuando algún o alguna aspirante les convoca, responden con dudas, se mantienen al margen o acuden obligados, pero sin convicción.

Ana Lilia Herrera, Alejandra del Moral, Laura Barrera, Ricardo Aguilar, Carolina Monroy (destapada en un medio de Toluca), Martha Hilda González e incluso Ernesto Nemer -recientemente removido de la Secretaría General de Gobierno-, hacen lo necesario y lo que pueden para ubicarse en las encuestas del PRI, aunque sus trayectorias, resultados y reputaciones son muy distantes entre sí.

A su vez, el Partido Acción Nacional (PAN) en el Estado de México está bajo control de quién es, prácticamente, su único aspirante: Enrique Vargas. Desde hace varios años trabaja y gasta -un día sí y otro también- para obtener la candidatura e insiste en que él es la única alternativa, a pesar de su historial negativo, que él minimiza.

En Morena, en aparente desorden, deberán elegir -entre 67 personas que se registraron- a quien coordinará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en el Estado de México y que posteriormente será su “corcholata” para las elecciones de 2023.

Movimiento Ciudadano y los partidos: de la Revolución Democrática (PRD), Verde Ecologista (PVEM) y del Trabajo (PT), están a la expectativa de las decisiones que tome el resto de las opciones políticas, para saber si concretan -o no- las alianzas electorales. Por lo pronto, amenazan con jugar solos, lo que ayudaría a Morena.

En todo ese escenario, con columnistas “nacionales” se envían avisos de que la alianza “Va Por México” (PRI-PAN-PRD) está en riesgo. Con ello se facilitaría el camino para Morena y habría la primera alternancia del Poder Ejecutivo, al sacar al PRI de la gubernatura.

En esas condiciones ¿por qué el PRI no ha generado un proceso ordenado, claro, transparente, abierto y con piso parejo entre quienes aspiran?, ¿Por qué no aprovecha la oportunidad de mostrar la calidad de sus aspirantes y construir la “unidad” que siempre expresan… y que ahora más que nunca necesitarán?

PERCEPCIÓN

Estrés, ansiedad, insomnio y depresión se considerarán como enfermedades de trabajo en México, acorde con la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.

Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC

Las señales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) son desconcertantes. Los mensajes, si bien son dispersos, acreditan que tienen suficientes personas para competir por la gubernatura del Estado de México, pero lo hacen sin una estrategia integrada. Cada quien “jala por su lado”, en espera de que “el gran elector” (el gobernador Alfredo Del Mazo Maza) tome la decisión.

Parecería que ahora “pelean” entre ellas y ellos. Alianzas “subterráneas” y abiertas, con filtraciones a la prensa, entrevistas, espectaculares y propaganda, han generado confusión, división, temores y parálisis. Sus militantes saben que el escenario es complicado y cuando algún o alguna aspirante les convoca, responden con dudas, se mantienen al margen o acuden obligados, pero sin convicción.

Ana Lilia Herrera, Alejandra del Moral, Laura Barrera, Ricardo Aguilar, Carolina Monroy (destapada en un medio de Toluca), Martha Hilda González e incluso Ernesto Nemer -recientemente removido de la Secretaría General de Gobierno-, hacen lo necesario y lo que pueden para ubicarse en las encuestas del PRI, aunque sus trayectorias, resultados y reputaciones son muy distantes entre sí.

A su vez, el Partido Acción Nacional (PAN) en el Estado de México está bajo control de quién es, prácticamente, su único aspirante: Enrique Vargas. Desde hace varios años trabaja y gasta -un día sí y otro también- para obtener la candidatura e insiste en que él es la única alternativa, a pesar de su historial negativo, que él minimiza.

En Morena, en aparente desorden, deberán elegir -entre 67 personas que se registraron- a quien coordinará los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en el Estado de México y que posteriormente será su “corcholata” para las elecciones de 2023.

Movimiento Ciudadano y los partidos: de la Revolución Democrática (PRD), Verde Ecologista (PVEM) y del Trabajo (PT), están a la expectativa de las decisiones que tome el resto de las opciones políticas, para saber si concretan -o no- las alianzas electorales. Por lo pronto, amenazan con jugar solos, lo que ayudaría a Morena.

En todo ese escenario, con columnistas “nacionales” se envían avisos de que la alianza “Va Por México” (PRI-PAN-PRD) está en riesgo. Con ello se facilitaría el camino para Morena y habría la primera alternancia del Poder Ejecutivo, al sacar al PRI de la gubernatura.

En esas condiciones ¿por qué el PRI no ha generado un proceso ordenado, claro, transparente, abierto y con piso parejo entre quienes aspiran?, ¿Por qué no aprovecha la oportunidad de mostrar la calidad de sus aspirantes y construir la “unidad” que siempre expresan… y que ahora más que nunca necesitarán?

PERCEPCIÓN

Estrés, ansiedad, insomnio y depresión se considerarán como enfermedades de trabajo en México, acorde con la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.

Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC