/ lunes 4 de julio de 2022

#TodoComunica | La nueva clase política

El objetivo es solamente uno: retener el poder. ¿Para qué? Solo para eso: retener el poder por el poder mismo. No se trata de resolver los problemas de fondo que aquejan al país ni de revertir las desigualdades que desde hace décadas se han normalizado.

Sí se ha generado un nuevo grupo de políticos, aquellos que durante años buscaban espacios y no se les concedieron, por una u otra razón. Fue un reacomodo de la “clase política” que toma decisiones. Los criterios son diferentes y han generado mucha confrontación, sin duda, pero no mejores resultados.

Naturalmente, la pandemia por COVID-19 -cuyos efectos finales aun desconocemos- provocó un desequilibrio en todos los sentidos. En el mundo entero se alteraron las políticas y se ajustaron las rutas, pero sí hubo países que lograron transitar la crisis de salud con mejores resultados que otros. La diferencia radica no solamente en el rezago que muchas naciones acumulaban, sino en las decisiones que tomaron sus gobiernos.

La indefinición para aplicar medidas que redujeran los contagios, evitar un rápido confinamiento, no ofrecer apoyos económicos a las empresas para mantener sus operaciones y evitar el desempleo, desatender las acciones sanitarias recomendadas por los organismos internacionales, son decisiones que tomó el gobierno. Ahí está el origen de mucho de lo que vendrá en los siguientes meses y quizá años.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México se sitúa en el quinto país con mayor pobreza en Latinoamérica. Hasta 2021, el 34.9 % de la población del país vivía en pobreza y se prevé que para este año el porcentaje se incremente a 36.2, pero hay una advertencia: si la inflación sigue aumentando podría afectar a 2.5 millones de personas que quedarían en pobreza.

Uno de los factores que incide en ese escenario no es solamente por la pandemia. También la guerra entre Rusia y Ucrania tiene un efecto inflacionario. En 2020 la inflación en América Latina y El Caribe era de 3%, y aumentó a 6.6 en 2021. En México, si las condiciones siguen así, podría superar el 8 por ciento.

Y mientras eso sucede, el nuevo grupo político que “dirige” al país está más ocupado en posicionarse como sucesores o sucesoras del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Las mañaneras siguen siendo el espacio para distraer la atención de los temas esenciales que requieren urgente resolución como la inseguridad, la violencia, el desempleo, la inflación, la educación, los feminicidios, entre otros.

De ese nivel la nueva “clase política mexicana”.

PERCEPCIÓN

Las secuelas por COVID-19 son reales. Quizá se supere la enfermedad en el momento más complicado, pero sus efectos aún son desconocidos en el mediano y largo plazo. Cuidémonos más.

Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC

El objetivo es solamente uno: retener el poder. ¿Para qué? Solo para eso: retener el poder por el poder mismo. No se trata de resolver los problemas de fondo que aquejan al país ni de revertir las desigualdades que desde hace décadas se han normalizado.

Sí se ha generado un nuevo grupo de políticos, aquellos que durante años buscaban espacios y no se les concedieron, por una u otra razón. Fue un reacomodo de la “clase política” que toma decisiones. Los criterios son diferentes y han generado mucha confrontación, sin duda, pero no mejores resultados.

Naturalmente, la pandemia por COVID-19 -cuyos efectos finales aun desconocemos- provocó un desequilibrio en todos los sentidos. En el mundo entero se alteraron las políticas y se ajustaron las rutas, pero sí hubo países que lograron transitar la crisis de salud con mejores resultados que otros. La diferencia radica no solamente en el rezago que muchas naciones acumulaban, sino en las decisiones que tomaron sus gobiernos.

La indefinición para aplicar medidas que redujeran los contagios, evitar un rápido confinamiento, no ofrecer apoyos económicos a las empresas para mantener sus operaciones y evitar el desempleo, desatender las acciones sanitarias recomendadas por los organismos internacionales, son decisiones que tomó el gobierno. Ahí está el origen de mucho de lo que vendrá en los siguientes meses y quizá años.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México se sitúa en el quinto país con mayor pobreza en Latinoamérica. Hasta 2021, el 34.9 % de la población del país vivía en pobreza y se prevé que para este año el porcentaje se incremente a 36.2, pero hay una advertencia: si la inflación sigue aumentando podría afectar a 2.5 millones de personas que quedarían en pobreza.

Uno de los factores que incide en ese escenario no es solamente por la pandemia. También la guerra entre Rusia y Ucrania tiene un efecto inflacionario. En 2020 la inflación en América Latina y El Caribe era de 3%, y aumentó a 6.6 en 2021. En México, si las condiciones siguen así, podría superar el 8 por ciento.

Y mientras eso sucede, el nuevo grupo político que “dirige” al país está más ocupado en posicionarse como sucesores o sucesoras del presidente, Andrés Manuel López Obrador. Las mañaneras siguen siendo el espacio para distraer la atención de los temas esenciales que requieren urgente resolución como la inseguridad, la violencia, el desempleo, la inflación, la educación, los feminicidios, entre otros.

De ese nivel la nueva “clase política mexicana”.

PERCEPCIÓN

Las secuelas por COVID-19 son reales. Quizá se supere la enfermedad en el momento más complicado, pero sus efectos aún son desconocidos en el mediano y largo plazo. Cuidémonos más.

Profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Twitter: @RJoyaC