/ lunes 15 de enero de 2024

#TodoComunica | La pelea por la expectativa ¿Quién paga?

En un año eminentemente electoral se sueltan los demonios y la expectativa irá al alza. La pelea por los espacios de decisión política siempre es intensa, porque se considera que esos lugares son altamente rentables en muchos sentidos. Este año se elegirán mil 302 cargos de representación popular en el Estado de México, además del Congreso de la Unión en ambas cámaras: diputados y senadores, así como la Presidencia de la República.

Los partidos políticos y quienes competirán de manera independiente jugarán con nuestra expectativa. Las encuestas y estudios de opinión serán continuos para conocer ¿qué quiere la gente? Y a partir de ello construir sus “propuestas de campañas”. Algunas personas harán ese trabajo de manera profesional, con el apoyo de especialistas en investigación y comunicación. Otros más lo harán con el método del “ojímetro”, es decir “a ojo de buen cubero” o con la técnica del “melatismo”: Me late que es por acá.

El hecho es que la expectativa -que la Real Academia Española (RAE) define como la “esperanza de realizar o conseguir algo”, “posibilidad razonable de que algo suceda”- será el capital que buscarán las y los contendientes: ganar la expectativa de la ciudadanía para que el domingo 2 de junio les otorguen su voto.

Siempre que hay elecciones surge el deseo de que todo sea mejor. Lo frustrante es cuando no se cumple y el problema es que eso lo sabemos hasta que la persona electa asume el cargo y toma decisiones, ya sea en el Poder Legislativo o Ejecutivo, en los tres órdenes: municipal, estatal o federal.

Escucharemos propuestas innovadoras y muchas -la mayoría- repetidas en cada elección: mejorar la seguridad, abatir la delincuencia; preservar el ambiente; eficientar el transporte; fortalecer la educación y la salud, y un largo etcétera, dependiendo de la elección. Todas en el mismo sentido: generar bienestar.

Para las candidatas y candidatos su expectativa es ganar la elección y fortalecer su carrera política, para que sea interminable hasta su retiro; sin embargo, en esa conjunción de expectativas: las de ellas y ellos -gente de la política- y las nuestras -la ciudadanía, la población- no siempre se obtienen los mejores resultados.

Algunos aprovechan los cargos para enriquecerse, abusar del poder, cobrar venganzas y facturas pendientes con sus rivales, desacreditar, hacer negocios, beneficiar a sus familiares y amigos, y el costo de sus decisiones siempre lo pagamos nosotros, porque trabajan con el dinero de nuestros impuestos.

Por ello, te convoco a que no permitas que otros decidan por ti. Investiga, revisa, analiza, compara, evalúa los perfiles y la trayectoria de quienes serán candidatas y candidatos y ve a votar. Durante años hemos pagado el costo de malos gobernantes. Terminemos esa dinámica, de otra forma los problemas seguirán y nosotros pagaremos el precio, siempre.

#TodoComunica

Hace una semana la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, afirmó que el problema de las extorsiones ha aumentado. Días después la Fiscalía General de Justicia dijo que ese delito ha disminuido 3.44%. ¿Tú qué crees?

En un año eminentemente electoral se sueltan los demonios y la expectativa irá al alza. La pelea por los espacios de decisión política siempre es intensa, porque se considera que esos lugares son altamente rentables en muchos sentidos. Este año se elegirán mil 302 cargos de representación popular en el Estado de México, además del Congreso de la Unión en ambas cámaras: diputados y senadores, así como la Presidencia de la República.

Los partidos políticos y quienes competirán de manera independiente jugarán con nuestra expectativa. Las encuestas y estudios de opinión serán continuos para conocer ¿qué quiere la gente? Y a partir de ello construir sus “propuestas de campañas”. Algunas personas harán ese trabajo de manera profesional, con el apoyo de especialistas en investigación y comunicación. Otros más lo harán con el método del “ojímetro”, es decir “a ojo de buen cubero” o con la técnica del “melatismo”: Me late que es por acá.

El hecho es que la expectativa -que la Real Academia Española (RAE) define como la “esperanza de realizar o conseguir algo”, “posibilidad razonable de que algo suceda”- será el capital que buscarán las y los contendientes: ganar la expectativa de la ciudadanía para que el domingo 2 de junio les otorguen su voto.

Siempre que hay elecciones surge el deseo de que todo sea mejor. Lo frustrante es cuando no se cumple y el problema es que eso lo sabemos hasta que la persona electa asume el cargo y toma decisiones, ya sea en el Poder Legislativo o Ejecutivo, en los tres órdenes: municipal, estatal o federal.

Escucharemos propuestas innovadoras y muchas -la mayoría- repetidas en cada elección: mejorar la seguridad, abatir la delincuencia; preservar el ambiente; eficientar el transporte; fortalecer la educación y la salud, y un largo etcétera, dependiendo de la elección. Todas en el mismo sentido: generar bienestar.

Para las candidatas y candidatos su expectativa es ganar la elección y fortalecer su carrera política, para que sea interminable hasta su retiro; sin embargo, en esa conjunción de expectativas: las de ellas y ellos -gente de la política- y las nuestras -la ciudadanía, la población- no siempre se obtienen los mejores resultados.

Algunos aprovechan los cargos para enriquecerse, abusar del poder, cobrar venganzas y facturas pendientes con sus rivales, desacreditar, hacer negocios, beneficiar a sus familiares y amigos, y el costo de sus decisiones siempre lo pagamos nosotros, porque trabajan con el dinero de nuestros impuestos.

Por ello, te convoco a que no permitas que otros decidan por ti. Investiga, revisa, analiza, compara, evalúa los perfiles y la trayectoria de quienes serán candidatas y candidatos y ve a votar. Durante años hemos pagado el costo de malos gobernantes. Terminemos esa dinámica, de otra forma los problemas seguirán y nosotros pagaremos el precio, siempre.

#TodoComunica

Hace una semana la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, afirmó que el problema de las extorsiones ha aumentado. Días después la Fiscalía General de Justicia dijo que ese delito ha disminuido 3.44%. ¿Tú qué crees?