/ lunes 19 de octubre de 2020

#TodoComunica | Más allá del "estruendo mediático"

La detención, en Estados Unidos, de quien encabezó la Secretaría de la Defensa Nacional, el general retirado, Salvador Cienfuegos Zepeda, cimbró al sistema militar y de seguridad del país, empezando por el “Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas”: el presidente, Andrés Manuel López Obrador. La acusación y el eventual juicio tendrán repercusiones significativas.

La investigación estadounidense inició en agosto de 2019 –sin comunicarlo al gobierno mexicano-, y derivó en la detención –inédita- de un ex mando militar, del más alto rango, de un país extranjero, por lo que este arresto adquiere gran relevancia en el ámbito internacional, en virtud de que el ejército mexicano es, hasta ahora, una de las instituciones más confiables en el país.

Parecería que la detención del exsecretario sería favorable para la narrativa presidencial de “permanente lucha contra la corrupción” y para descalificar a los gobiernos anteriores, pero al ser el ejército un eje articulador de muchas acciones y constituirse en capital político para la gestión del presidente López Obrador, el impacto es distinto. Por ello, es comprensible su petición de que se investigue a la agencia antidrogas estadounidense: “Los de la DEA deben informar sobre su participación en todos estos casos, porque indudablemente trataron tanto con García Luna como con el general secretario del sexenio pasado”, dijo.

El artículo 11 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos indica: “El Mando Supremo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, corresponde al Presidente de la República, quien lo ejercerá por sí o a través del Secretario de la Defensa Nacional; para el efecto, durante su mandato se le denominará Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas”, por lo que podría implicarse al exgobernador y expresidente, Enrique Peña Nieto, en virtud de que las operaciones militares siempre se informan “a la superioridad”.

Más allá del “estruendo mediático”, la fiscalía estadounidense deberá probar los hechos en contra del “general secretario” en el gobierno de Peña Nieto, quien –de acuerdo con el artículo 12 de la referida Ley- ejercía el mando supremo en acciones de más de una fuerza armada.

De esa forma, las investigaciones y audiencias que se desarrollen en contra del general, podrían tener más implicaciones, porque la carrera militar dentro del Ejército Mexicano indica que los actuales mandos de la Sedena estuvieron necesariamente bajo las órdenes del general Cienfuegos y porque el Ejército, ahora más que nunca, es factor estratégico del actual gobierno.

PERCEPCIÓN

En diferentes dependencias e instituciones públicas se han multiplicado los casos por Covid-19 y, lamentablemente, los decesos; sin embargo, la indicación es guardar silencio para que se perciba que estamos en la “nueva normalidad”.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Facebook: ricardo.joya.94 / Twitter: @RJoyaC

La detención, en Estados Unidos, de quien encabezó la Secretaría de la Defensa Nacional, el general retirado, Salvador Cienfuegos Zepeda, cimbró al sistema militar y de seguridad del país, empezando por el “Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas”: el presidente, Andrés Manuel López Obrador. La acusación y el eventual juicio tendrán repercusiones significativas.

La investigación estadounidense inició en agosto de 2019 –sin comunicarlo al gobierno mexicano-, y derivó en la detención –inédita- de un ex mando militar, del más alto rango, de un país extranjero, por lo que este arresto adquiere gran relevancia en el ámbito internacional, en virtud de que el ejército mexicano es, hasta ahora, una de las instituciones más confiables en el país.

Parecería que la detención del exsecretario sería favorable para la narrativa presidencial de “permanente lucha contra la corrupción” y para descalificar a los gobiernos anteriores, pero al ser el ejército un eje articulador de muchas acciones y constituirse en capital político para la gestión del presidente López Obrador, el impacto es distinto. Por ello, es comprensible su petición de que se investigue a la agencia antidrogas estadounidense: “Los de la DEA deben informar sobre su participación en todos estos casos, porque indudablemente trataron tanto con García Luna como con el general secretario del sexenio pasado”, dijo.

El artículo 11 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos indica: “El Mando Supremo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, corresponde al Presidente de la República, quien lo ejercerá por sí o a través del Secretario de la Defensa Nacional; para el efecto, durante su mandato se le denominará Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas”, por lo que podría implicarse al exgobernador y expresidente, Enrique Peña Nieto, en virtud de que las operaciones militares siempre se informan “a la superioridad”.

Más allá del “estruendo mediático”, la fiscalía estadounidense deberá probar los hechos en contra del “general secretario” en el gobierno de Peña Nieto, quien –de acuerdo con el artículo 12 de la referida Ley- ejercía el mando supremo en acciones de más de una fuerza armada.

De esa forma, las investigaciones y audiencias que se desarrollen en contra del general, podrían tener más implicaciones, porque la carrera militar dentro del Ejército Mexicano indica que los actuales mandos de la Sedena estuvieron necesariamente bajo las órdenes del general Cienfuegos y porque el Ejército, ahora más que nunca, es factor estratégico del actual gobierno.

PERCEPCIÓN

En diferentes dependencias e instituciones públicas se han multiplicado los casos por Covid-19 y, lamentablemente, los decesos; sin embargo, la indicación es guardar silencio para que se perciba que estamos en la “nueva normalidad”.

Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.

Facebook: ricardo.joya.94 / Twitter: @RJoyaC