/ miércoles 21 de febrero de 2018

Vida Pública

Qué puede hacer Meade para ganar la Presidencia


Cinco acciones pueden y quizá deben implementar el candidato del PRI y este partido, para remontar en la competencia electoral que está prácticamente en marcha y ganar la Presidencia de la República.

Precisar cuántos votos necesita recabar en cada casilla e ir por ellos, literalmente, por cielo, mar y tierra. De ese modo, afianzar el voto priista, generando mística entre sus filas, dándoles motivo de orgullo y reconocer que serán ellos los protagonistas de una hazaña. Una poderosa oferta construida sobre los ejes que ya anunció, que atraiga a electores ciudadanos que, sin ser militantes, conceden al PRI capacidad de ejecución. Ignorar a sus adversarios, para que desaparezcan del discurso, al menos de él, de algunos espacios y plataformas de comunicación y, paulatinamente, del imaginario priista y de las encuestas. Y una buena dosis de audacia: fijar su posición política personal sobre los numerosos asuntos que han dejado insatisfechos a los mexicanos, como el escándalo de “la Casa Blanca”, el destino de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, la sombra de sospecha que no se disipa sobre empresas constructoras, por mencionar los que más desprestigio parecen haber causado al régimen.

Precisar cuántos votos necesita recabar en cada casilla e ir por ellos, literalmente, por cielo, mar y tierra. Ese es un trabajo de ingeniería electoral que ninguna otra fuerza lo hace mejor que el tricolor, pero habría que revisar si se ha hecho bien ahora, pues a juzgar por los sitios que visitó siendo precandidato y el tipo de precampaña que realizó, no ha tocado los puntos estratégicos que le darían el triunfo, ni pareciera saber lo que la gente espera. Ha mostrado un comportamiento inercial.

De ese modo, afianzar el voto priista, generando mística entre sus filas, dándoles motivo de orgullo y reconocer que el futuro de él depende del presente de ellos, y que serán los militantes los protagonistas de una hazaña. Esto es mucho más que recordar los muchos beneficios del gobierno actual; significa persuadirnos de que depende de los mexicanos y, al priismo, de que está en riesgo su lugar en la historia. Que ésta es una campaña épica en la que los militantes son los más importantes.

Una poderosa oferta construida sobre los ejes que ya anunció que atraiga a electores ciudadanos que, sin ser militantes, conceden al PRI capacidad de ejecución. Pues siendo prometedor, lo anunciado el domingo no mostró “punch”. La idea de un gobierno que responda de manera orgánica a las necesidades de cada mexicano es poderosa, y tiene elementos para construir una imagen de esa forma de gobierno que se adapta a cada uno y en el que todos tenemos un lugar.

Ignorar a sus adversarios, para que desaparezcan del discurso, del imaginario priista y tiendan a bajar en las encuestas ciudadanas. Sin más palabras.

Y una buena dosis de audacia: fijar su posición política personal sobre los numerosos asuntos que han dejado insatisfecha a los mexicanos, como el escándalo de “la Casa Blanca”, el destino de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, la sombra de sospecha que no se disipa sobre empresas constructoras, por mencionar los que más desprestigio parecen haber causado al régimen. Por supuesto es posible ubicarse del lado de la gente, sin confrontarse con el gobierno en turno. Nada más aceptar que en la democracia no hay tema, ni asunto vedado, y que todos pueden y deben ser revisados hasta que la nación muestre satisfacción a partir de un cierto nivel de consenso.

Cinco acciones a emprender indispensables. Una sola no garantiza el resultado, nada más la acción conjunta de todas ellas ofrece una esperanza fundada de triunfo.

@HuicocheaAlanis

Qué puede hacer Meade para ganar la Presidencia


Cinco acciones pueden y quizá deben implementar el candidato del PRI y este partido, para remontar en la competencia electoral que está prácticamente en marcha y ganar la Presidencia de la República.

Precisar cuántos votos necesita recabar en cada casilla e ir por ellos, literalmente, por cielo, mar y tierra. De ese modo, afianzar el voto priista, generando mística entre sus filas, dándoles motivo de orgullo y reconocer que serán ellos los protagonistas de una hazaña. Una poderosa oferta construida sobre los ejes que ya anunció, que atraiga a electores ciudadanos que, sin ser militantes, conceden al PRI capacidad de ejecución. Ignorar a sus adversarios, para que desaparezcan del discurso, al menos de él, de algunos espacios y plataformas de comunicación y, paulatinamente, del imaginario priista y de las encuestas. Y una buena dosis de audacia: fijar su posición política personal sobre los numerosos asuntos que han dejado insatisfechos a los mexicanos, como el escándalo de “la Casa Blanca”, el destino de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, la sombra de sospecha que no se disipa sobre empresas constructoras, por mencionar los que más desprestigio parecen haber causado al régimen.

Precisar cuántos votos necesita recabar en cada casilla e ir por ellos, literalmente, por cielo, mar y tierra. Ese es un trabajo de ingeniería electoral que ninguna otra fuerza lo hace mejor que el tricolor, pero habría que revisar si se ha hecho bien ahora, pues a juzgar por los sitios que visitó siendo precandidato y el tipo de precampaña que realizó, no ha tocado los puntos estratégicos que le darían el triunfo, ni pareciera saber lo que la gente espera. Ha mostrado un comportamiento inercial.

De ese modo, afianzar el voto priista, generando mística entre sus filas, dándoles motivo de orgullo y reconocer que el futuro de él depende del presente de ellos, y que serán los militantes los protagonistas de una hazaña. Esto es mucho más que recordar los muchos beneficios del gobierno actual; significa persuadirnos de que depende de los mexicanos y, al priismo, de que está en riesgo su lugar en la historia. Que ésta es una campaña épica en la que los militantes son los más importantes.

Una poderosa oferta construida sobre los ejes que ya anunció que atraiga a electores ciudadanos que, sin ser militantes, conceden al PRI capacidad de ejecución. Pues siendo prometedor, lo anunciado el domingo no mostró “punch”. La idea de un gobierno que responda de manera orgánica a las necesidades de cada mexicano es poderosa, y tiene elementos para construir una imagen de esa forma de gobierno que se adapta a cada uno y en el que todos tenemos un lugar.

Ignorar a sus adversarios, para que desaparezcan del discurso, del imaginario priista y tiendan a bajar en las encuestas ciudadanas. Sin más palabras.

Y una buena dosis de audacia: fijar su posición política personal sobre los numerosos asuntos que han dejado insatisfecha a los mexicanos, como el escándalo de “la Casa Blanca”, el destino de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, la sombra de sospecha que no se disipa sobre empresas constructoras, por mencionar los que más desprestigio parecen haber causado al régimen. Por supuesto es posible ubicarse del lado de la gente, sin confrontarse con el gobierno en turno. Nada más aceptar que en la democracia no hay tema, ni asunto vedado, y que todos pueden y deben ser revisados hasta que la nación muestre satisfacción a partir de un cierto nivel de consenso.

Cinco acciones a emprender indispensables. Una sola no garantiza el resultado, nada más la acción conjunta de todas ellas ofrece una esperanza fundada de triunfo.

@HuicocheaAlanis