/ viernes 20 de abril de 2018

Vida Pública


La ¿única? opción de Meade

Ubicarse del lado de la ciudadanía. Esta es, probablemente, la única y última del candidato Meade de cambiar el curso de la elección presidencial, volver a la competencia y ganar.

La campaña presidencial priista pareciera no escuchar la voz del electorado y por lo tanto no entender la narrativa con la que la ciudadanía está viviendo el proceso electoral. Las encuestas confirman que para la gente la elección consiste en sacar al PRI. Las razones también están claras: se trata de castigar a un gobierno que, según algunos y las encuestas, no dio respuestas en momentos de crisis, o que habiéndolas dado no parecieron satisfactorias.

Ante eso poco importa a los electores que el actual sea el gobierno más reformador en un siglo, y que esas transformaciones alcanzadas ya estén cambiando positivamente la vida de millones de personas, aportando beneficios constantes y sonantes. Por eso el candidato que lleva 18 años repitiendo la misma cantaleta, sin variar un discurso demagógico y una oferta pobre, deja de representar un peligro y hasta se vuelve atractivo para 40 por ciento de los electores, según las encuestas. Eso mismo parece arrastrar las campañas que concurren con la elección presidencial.

No será en el debate del domingo cuando se revierta la tendencia electoral, pues estos procesos no se definen por nocaut, con un golpe de suerte.

Quizá la única alternativa que tiene el candidato del PRI es ubicarse del lado de la mayoría de la gente que opina que las explicaciones acerca de los más sonados escándalos del sexenio no han resultado suficientes. Quienes, como yo, tenemos la certeza acerca del desempeño impecable del titular del Ejecutivo Federal, no nos cabe duda que sería muy sano que se dieran cuantas explicaciones sean necesarias y, en su caso, se dé su merecido a quien haya cometido alguna falta o delito, sin importar de quién se trate, y se aclare de una vez y para siempre todo eso sobre lo que actualmente prevalecen la duda y la sospecha, en la que engendra la desconfianza en el gobierno y de donde surge el resentimiento en contra del gobernante actual.

Si el candidato del PRI se convirtiera en el vocero de la sociedad, en el primero que, desde el corazón del actual régimen expresara el resentimiento ciudadano, podría recuperar puntos en las encuestas, llamar la atención de la gente, y posicionar sus propuestas y su persona en posibilidad de triunfo. Lo que está en riesgo no es el futuro de unos mexicanos con nombre y apellido, lo que se disputa es el futuro de todos los mexicanos.

@HuicocheaAlanis


La ¿única? opción de Meade

Ubicarse del lado de la ciudadanía. Esta es, probablemente, la única y última del candidato Meade de cambiar el curso de la elección presidencial, volver a la competencia y ganar.

La campaña presidencial priista pareciera no escuchar la voz del electorado y por lo tanto no entender la narrativa con la que la ciudadanía está viviendo el proceso electoral. Las encuestas confirman que para la gente la elección consiste en sacar al PRI. Las razones también están claras: se trata de castigar a un gobierno que, según algunos y las encuestas, no dio respuestas en momentos de crisis, o que habiéndolas dado no parecieron satisfactorias.

Ante eso poco importa a los electores que el actual sea el gobierno más reformador en un siglo, y que esas transformaciones alcanzadas ya estén cambiando positivamente la vida de millones de personas, aportando beneficios constantes y sonantes. Por eso el candidato que lleva 18 años repitiendo la misma cantaleta, sin variar un discurso demagógico y una oferta pobre, deja de representar un peligro y hasta se vuelve atractivo para 40 por ciento de los electores, según las encuestas. Eso mismo parece arrastrar las campañas que concurren con la elección presidencial.

No será en el debate del domingo cuando se revierta la tendencia electoral, pues estos procesos no se definen por nocaut, con un golpe de suerte.

Quizá la única alternativa que tiene el candidato del PRI es ubicarse del lado de la mayoría de la gente que opina que las explicaciones acerca de los más sonados escándalos del sexenio no han resultado suficientes. Quienes, como yo, tenemos la certeza acerca del desempeño impecable del titular del Ejecutivo Federal, no nos cabe duda que sería muy sano que se dieran cuantas explicaciones sean necesarias y, en su caso, se dé su merecido a quien haya cometido alguna falta o delito, sin importar de quién se trate, y se aclare de una vez y para siempre todo eso sobre lo que actualmente prevalecen la duda y la sospecha, en la que engendra la desconfianza en el gobierno y de donde surge el resentimiento en contra del gobernante actual.

Si el candidato del PRI se convirtiera en el vocero de la sociedad, en el primero que, desde el corazón del actual régimen expresara el resentimiento ciudadano, podría recuperar puntos en las encuestas, llamar la atención de la gente, y posicionar sus propuestas y su persona en posibilidad de triunfo. Lo que está en riesgo no es el futuro de unos mexicanos con nombre y apellido, lo que se disputa es el futuro de todos los mexicanos.

@HuicocheaAlanis