/ miércoles 28 de noviembre de 2018

Vida Pública


AMLO no tiene pretexto

Antier, Carlos Urzúa, el muy próximo secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno que encabezará AMLO, dijo a voz en cuello que “México es uno de los países emergentes importantes que no tiene problemas financieros en este momento”. Añadió: “Nos sentimos muy satisfechos en la manera como está entregando las cuentas el actual equipo de Hacienda”; por si fuera poco, explicó que México está muy bien por el equilibrio presupuestal, las finanzas públicas son sanas, las reservas internacionales importantes, prevalecen líneas de crédito disponibles. Por lo anterior, aseguró el nuevo gobierno dará continuidad al manejo económico, respetará la autonomía del Banco de México, no tocará las reservas, ni respaldará las propuestas de legisladores aliados de Morena que han planteado variar el manejo de la macroeconomía, y disponer del ahorro de los trabajadores depositado en las Afores.

Aunque tardía, la precisión del futuro servidor público es relevante porque debilita lo que el mundo financiero reconoce y con lo que Urzúa remató: “La economía mexicana está bien”.

En esas buenas condiciones económicas terminará esta semana el sexenio más transformador de la historia reciente e iniciará el que ha recibido más respaldo ciudadano, también en la historia.

País con cifras históricas en generación de empleos que, así sea modestamente, no ha parado de crecer, que tiene en las reformas de telecomunicaciones, financiera, hacendaria, laboral y energética, una plataforma de crecimiento apuntalada por un acuerdo comercial con EU y Canadá prácticamente firmado y actualizado.

El déficit que ha reconocido el gobierno saliente, el de la inseguridad, abre la oportunidad al entrante. Asunto de la vida nacional en el que al menos por lo anunciado hasta ahora por el presidente electo, va a fallar en el arranque pues no sólo ha propuesto dar continuidad a la estrategia que no ha dado resultados, sino que ha decidido reforzarla, lo que en estos términos significa empeorarla.

Los innegables problemas que el país enfrenta, como la inseguridad, la corrupción y la mala distribución de los ingresos que genera millones de pobres, son todos atendibles, y para cada uno hay soluciones. Ninguna sencilla o de fácil ejecución pero en todos es posible avanzar. Hay muy pocos requisitos para lograrlo, el primero es hacerlo con base en los procedimientos previstos en la ley y el segundo es escuchar, respetar, tolerar y colaborar con quienes piensan diferente. Hasta ahora AMLO ha optado por enfrentar a los inversionistas al cancelar el aeropuerto y a los gobernadores con amagos centralistas. Ojalá opte por una vía menos confrontacionista. El gobierno de AMLO no tiene pretexto para cumplir esas condiciones y dar los resultados que ha prometido y por los que muchos votaron.

@HuicocheaAlanis



AMLO no tiene pretexto

Antier, Carlos Urzúa, el muy próximo secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno que encabezará AMLO, dijo a voz en cuello que “México es uno de los países emergentes importantes que no tiene problemas financieros en este momento”. Añadió: “Nos sentimos muy satisfechos en la manera como está entregando las cuentas el actual equipo de Hacienda”; por si fuera poco, explicó que México está muy bien por el equilibrio presupuestal, las finanzas públicas son sanas, las reservas internacionales importantes, prevalecen líneas de crédito disponibles. Por lo anterior, aseguró el nuevo gobierno dará continuidad al manejo económico, respetará la autonomía del Banco de México, no tocará las reservas, ni respaldará las propuestas de legisladores aliados de Morena que han planteado variar el manejo de la macroeconomía, y disponer del ahorro de los trabajadores depositado en las Afores.

Aunque tardía, la precisión del futuro servidor público es relevante porque debilita lo que el mundo financiero reconoce y con lo que Urzúa remató: “La economía mexicana está bien”.

En esas buenas condiciones económicas terminará esta semana el sexenio más transformador de la historia reciente e iniciará el que ha recibido más respaldo ciudadano, también en la historia.

País con cifras históricas en generación de empleos que, así sea modestamente, no ha parado de crecer, que tiene en las reformas de telecomunicaciones, financiera, hacendaria, laboral y energética, una plataforma de crecimiento apuntalada por un acuerdo comercial con EU y Canadá prácticamente firmado y actualizado.

El déficit que ha reconocido el gobierno saliente, el de la inseguridad, abre la oportunidad al entrante. Asunto de la vida nacional en el que al menos por lo anunciado hasta ahora por el presidente electo, va a fallar en el arranque pues no sólo ha propuesto dar continuidad a la estrategia que no ha dado resultados, sino que ha decidido reforzarla, lo que en estos términos significa empeorarla.

Los innegables problemas que el país enfrenta, como la inseguridad, la corrupción y la mala distribución de los ingresos que genera millones de pobres, son todos atendibles, y para cada uno hay soluciones. Ninguna sencilla o de fácil ejecución pero en todos es posible avanzar. Hay muy pocos requisitos para lograrlo, el primero es hacerlo con base en los procedimientos previstos en la ley y el segundo es escuchar, respetar, tolerar y colaborar con quienes piensan diferente. Hasta ahora AMLO ha optado por enfrentar a los inversionistas al cancelar el aeropuerto y a los gobernadores con amagos centralistas. Ojalá opte por una vía menos confrontacionista. El gobierno de AMLO no tiene pretexto para cumplir esas condiciones y dar los resultados que ha prometido y por los que muchos votaron.

@HuicocheaAlanis