/ miércoles 20 de febrero de 2019

Vida Pública


Gobernantes y gobernados mirando en direcciones opuestas

Si bien coinciden en la urgente necesidad de recuperar la seguridad en nuestra comunidad para vivir en armonía y disfrutar de paz, salta a la vista que gobernantes y gobernados estamos mirando en direcciones, no sólo distintas, sino opuestas al momento de decidir cómo hacerlo.

Todas las encuestas coinciden, la principal preocupación de los mexicanos en prácticamente todo el país es la inseguridad. Si un presidente municipal, gobernador o el presidente de la República no hiciera ninguna otra cosa que recuperar la tranquilidad de su población, sería suficiente para dejar un gran legado y obtendría la garantía de poder continuar su trayectoria política con éxito, por haber enfrentado lo que nadie ha hecho, y alcanzado lo que muchos ni siquiera se han propuesto.

Una de las noticias de estos días, es la referente a la creación de la Guardia Nacional planteada por el presidente de la República. Haciendo alarde de vocación democrática y apertura al diálogo, antes de proceder a votar dicho planteamiento, el Senado convocó a sesiones de “parlamento abierto” en las que todo aquel que tuviera algo que decir al respecto se manifestara y, en teoría, estas opiniones moldearían la opinión de los legisladores. Mismo ejercicio ya había llevado a cabo hace unas semanas la Cámara de Diputados. En largas, interesantes e intensas sesiones trasmitidas por televisión y redes sociales, un muy nutrido y bien documentado grupo de ciudadanos, a título personal y en nombre de diversas instituciones de carácter público y privado, argumentaron de modo inteligente y en todos los casos, sobradamente bien documentados, sus razones para rechazar la propuesta del Ejecutivo Federal.

Si, prácticamente todas las voces se pronunciaron en contra de la idea. Los muchos argumentos son impecables e irrefutables. Todos coinciden con, también, prácticamente todos los editorialistas, académicos, periodistas y en general “opinadores” que han escrito y dicho abundantemente por qué no es buena idea la propuesta presidencial.

Sin embargo, los gobernadores del PRI y los Senadores que integran la mayoría parlamentaria, han dicho que aprobarán la iniciativa, reprobada por sus gobernados y representados. Seguramente todos ellos podrán decir que, a pesar de las sesiones de parlamento y de lo que opinen quienes escriben y hablan en los medios de comunicación, no son la mayoría del pueblo, que éste, lo que quiere es, finalmente, recuperar la paz, y que la GN es le mecanismo para conseguirlo.

Ya no tiene sentido repetir aquí que, quienes piensan como estos últimos, no tienen razón. Lo que si es importante recordar es que la Guardia Nacional será de todos modos insuficiente, y que la luz de la esperanza para quienes estamos decididos a vivir en armonía social, es que los gobernadores y presidentes municipales de todos modos tienen la obligación legal que garantizar nuestra integridad y la de nuestras familias haciendo su esfuerzo propio, que no pueden evadirlo suponiendo que ya no les corresponde la seguridad pública, y que para ello existe un modelo, llamado: de policía de proximidad y justicia cívica; cuyo método para implementarlo está listo y disponible, que es perfectamente compatible con la estrategia federal, y que ahora es la mejor y única respuesta que pueden dar a sus gobernantes, los que de todos modos les vamos a exigir lo que merecemos: vivir en paz.

@HuicocheaAlanis


Gobernantes y gobernados mirando en direcciones opuestas

Si bien coinciden en la urgente necesidad de recuperar la seguridad en nuestra comunidad para vivir en armonía y disfrutar de paz, salta a la vista que gobernantes y gobernados estamos mirando en direcciones, no sólo distintas, sino opuestas al momento de decidir cómo hacerlo.

Todas las encuestas coinciden, la principal preocupación de los mexicanos en prácticamente todo el país es la inseguridad. Si un presidente municipal, gobernador o el presidente de la República no hiciera ninguna otra cosa que recuperar la tranquilidad de su población, sería suficiente para dejar un gran legado y obtendría la garantía de poder continuar su trayectoria política con éxito, por haber enfrentado lo que nadie ha hecho, y alcanzado lo que muchos ni siquiera se han propuesto.

Una de las noticias de estos días, es la referente a la creación de la Guardia Nacional planteada por el presidente de la República. Haciendo alarde de vocación democrática y apertura al diálogo, antes de proceder a votar dicho planteamiento, el Senado convocó a sesiones de “parlamento abierto” en las que todo aquel que tuviera algo que decir al respecto se manifestara y, en teoría, estas opiniones moldearían la opinión de los legisladores. Mismo ejercicio ya había llevado a cabo hace unas semanas la Cámara de Diputados. En largas, interesantes e intensas sesiones trasmitidas por televisión y redes sociales, un muy nutrido y bien documentado grupo de ciudadanos, a título personal y en nombre de diversas instituciones de carácter público y privado, argumentaron de modo inteligente y en todos los casos, sobradamente bien documentados, sus razones para rechazar la propuesta del Ejecutivo Federal.

Si, prácticamente todas las voces se pronunciaron en contra de la idea. Los muchos argumentos son impecables e irrefutables. Todos coinciden con, también, prácticamente todos los editorialistas, académicos, periodistas y en general “opinadores” que han escrito y dicho abundantemente por qué no es buena idea la propuesta presidencial.

Sin embargo, los gobernadores del PRI y los Senadores que integran la mayoría parlamentaria, han dicho que aprobarán la iniciativa, reprobada por sus gobernados y representados. Seguramente todos ellos podrán decir que, a pesar de las sesiones de parlamento y de lo que opinen quienes escriben y hablan en los medios de comunicación, no son la mayoría del pueblo, que éste, lo que quiere es, finalmente, recuperar la paz, y que la GN es le mecanismo para conseguirlo.

Ya no tiene sentido repetir aquí que, quienes piensan como estos últimos, no tienen razón. Lo que si es importante recordar es que la Guardia Nacional será de todos modos insuficiente, y que la luz de la esperanza para quienes estamos decididos a vivir en armonía social, es que los gobernadores y presidentes municipales de todos modos tienen la obligación legal que garantizar nuestra integridad y la de nuestras familias haciendo su esfuerzo propio, que no pueden evadirlo suponiendo que ya no les corresponde la seguridad pública, y que para ello existe un modelo, llamado: de policía de proximidad y justicia cívica; cuyo método para implementarlo está listo y disponible, que es perfectamente compatible con la estrategia federal, y que ahora es la mejor y única respuesta que pueden dar a sus gobernantes, los que de todos modos les vamos a exigir lo que merecemos: vivir en paz.

@HuicocheaAlanis