/ miércoles 23 de octubre de 2019

Vida Pública / AMLO superando la crisis


El presidente de la República perdió el control de la narrativa, de la agenda y resintió el duro impacto de la crítica, quebrantó la ley, calló cuando más se le necesitaba escuchar y, a pesar de haber perdido capital político, sorprendentemente, mantiene su muy alto nivel de popularidad y aceptación.

Injustificable, ilegal, impopular, irresponsable, la temeraria e ingenua idea de ir sin planeación alguna, por el peligroso criminal para extraerlo de su cuna, casi literalmente, para ¿detenerlo, extraditarlo, procesarlo? Lo que significa cazar a un capo de la droga, justo ahora que el gobierno había renunciado a esa política de lucha criminal, abre demasiados cuestionamientos. Pero más allá de consideraciones estratégicas, en lo que esta colaboración quiere llamar la atención es que teniendo los elementos razonables y jurídicos, los adversarios del mandatario, esos que llevan once meses tratando de descifrar y desarticular la estrategia de comunicación del gobierno, optaron por ceder ante un argumento moral e imposible de demostrar: que estaban en riesgo “muchas vidas”; y condescendientes, decidieron respaldar la posición del titular del ejecutivo.

Después de la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, la decisión tomada respecto al asalto a Culiacán fue la mejor oportunidad que pudieron tener críticos y adversarios para señalar, con toda razón, el yerro del gobernante y recabar algo de empatía ciudadana. Y la están dejando pasar.

De acuerdo con la encuesta publicada ayer por El Financiero, si bien la imagen positiva del gobierno pasó de 45 a 32 por ciento de septiembre a octubre, que la opinión negativa creció de 34 a 47 por ciento y el 56 por ciento de los ciudadanos opina que el crimen organizado fue el que salió ganador de los sucesos en Culiacán; también es cierto que la evaluación de López Obrador se mantiene arriba del 67 por ciento de aceptación. Mejor que cualquier político en su mejor momento.

Esto significa que su imagen fue mínimamente afectada y la aceptación prácticamente no se movió. AMLO aguantó.

Mal presagio para la política ciudadana, crítica, democrática, libre y legal. Debilitados, las expresiones de los partidos políticos resultan insignificantes, cuando las hay.

Hoy quedó más claro que la vida democrática mexicana tiene una sola aliada: la sociedad y, cada vez menos, los medios de comunicación.

@HuicocheaAlanis


El presidente de la República perdió el control de la narrativa, de la agenda y resintió el duro impacto de la crítica, quebrantó la ley, calló cuando más se le necesitaba escuchar y, a pesar de haber perdido capital político, sorprendentemente, mantiene su muy alto nivel de popularidad y aceptación.

Injustificable, ilegal, impopular, irresponsable, la temeraria e ingenua idea de ir sin planeación alguna, por el peligroso criminal para extraerlo de su cuna, casi literalmente, para ¿detenerlo, extraditarlo, procesarlo? Lo que significa cazar a un capo de la droga, justo ahora que el gobierno había renunciado a esa política de lucha criminal, abre demasiados cuestionamientos. Pero más allá de consideraciones estratégicas, en lo que esta colaboración quiere llamar la atención es que teniendo los elementos razonables y jurídicos, los adversarios del mandatario, esos que llevan once meses tratando de descifrar y desarticular la estrategia de comunicación del gobierno, optaron por ceder ante un argumento moral e imposible de demostrar: que estaban en riesgo “muchas vidas”; y condescendientes, decidieron respaldar la posición del titular del ejecutivo.

Después de la cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, la decisión tomada respecto al asalto a Culiacán fue la mejor oportunidad que pudieron tener críticos y adversarios para señalar, con toda razón, el yerro del gobernante y recabar algo de empatía ciudadana. Y la están dejando pasar.

De acuerdo con la encuesta publicada ayer por El Financiero, si bien la imagen positiva del gobierno pasó de 45 a 32 por ciento de septiembre a octubre, que la opinión negativa creció de 34 a 47 por ciento y el 56 por ciento de los ciudadanos opina que el crimen organizado fue el que salió ganador de los sucesos en Culiacán; también es cierto que la evaluación de López Obrador se mantiene arriba del 67 por ciento de aceptación. Mejor que cualquier político en su mejor momento.

Esto significa que su imagen fue mínimamente afectada y la aceptación prácticamente no se movió. AMLO aguantó.

Mal presagio para la política ciudadana, crítica, democrática, libre y legal. Debilitados, las expresiones de los partidos políticos resultan insignificantes, cuando las hay.

Hoy quedó más claro que la vida democrática mexicana tiene una sola aliada: la sociedad y, cada vez menos, los medios de comunicación.

@HuicocheaAlanis