/ miércoles 17 de noviembre de 2021

Vida Pública | Buenos gobiernos municipales

Un buen gobierno municipal, como se espera que sean los que el 1 de enero próximo comenzarán su mandato en el Estado de México, tiene dos obligaciones fundamentales, a las que ayer el Gobernador Alfredo Del Mazo Maza se refirió como “el más importante desafío, aún pendiente”: mejorar la seguridad pública, y “un reto fundamental”: fortalecer las finanzas municipales. De superar esos dos grandes obstáculos, dependerán todos los esfuerzos que hagan las flamantes autoridades para la reactivación económica, el ordenamiento territorial, la promoción de la educación y la salud, y hasta de la igualdad de género. Sin seguridad, ni recursos financieros adicionales propios, será imposible responder con eficacia a las necesidades y exigencias de la ciudadanía mexiquense, para lograr la legitimidad.

Muchas son las herramientas que existen para ayudar a las personas presidentas municipales electas a gobernar; de hecho, en una primera aproximación, parecen demasiadas, y el primer problema es por cuál comenzar. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico propone 12 variables, que suman cientos de indicadores (por ejemplo, plantea: Calidad de gobierno, con 55 indicadores; Sociedad civil, población y cultura, con 70 indicadores; Conflicto y función militar, con 40; además de Educación, Energía e infraestructura; Ambiente; Equidad de Género; Salud; Poder Judicial; y más recientemente: Carga Administrativa). El Banco Interamericano de Desarrollo sugiere 6 indicadores, con los que forma su muy interesante Índice de Integridad; y el Banco Mundial evalúa 6 dimensiones de un indicador compuesto. Por si lo anterior fuera poco, algunas instancias internacionales llevan a cabo sus propias escalas de evaluación, entre ellas, el Foro Económico Mundial y Transparencia Internacional, a las que podríamos agregar a las Agencias Calificadoras de Riesgo, enfocadas en las finanzas. También están, ya sea en formato de asociaciones o sociedades civiles, prestigiadas organizaciones no gubernamentales como México Evalúa, el Instituto Mexicano de la Competitividad, The World Justice Project; México, Cómo Vamos; y centros de investigación como el Centro Latinoamericano para el Desarrollo; la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; y el Laboratorio de Políticas Públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas, entre otros. También existen certámenes y concursos varios que evalúan y premian la gestión municipal con métricas de evaluación propias, y la bien conocida International Organization for Standardization que ha generado diversos estándares de calidad, específicamente para el sector público como ISO9001, enfocado en transparencia gubernamental; ISO140001 abocado a la sustentabilidad; ISO50001 concentrado en la gestión energética; ISO27001 dedicado a las tecnologías de la información; y OHSAS18001 para la gestión en salud y seguridad en el trabajo. Pero después de leer el largo listado, prevalece la pregunta, por cuál y cómo comenzar.

Si el propósito del ayuntamiento y quien lo presidirá, es el mismo que el de la gente que gobernará; esto es: dar prioridad a la seguridad pública municipal; también atender la sugerencia formulada por el Gobernador, desde su experiencia propia de como presidente municipal, en el sentido de aprovechar al máximo el primer año del gobierno municipal, la respetuosa sugerencia es no comenzar por ninguno de los indicadores y métodos mencionados.

Al tiempo de asegurarse que su bando municipal observe los principios constitucionales, y obedecer las obligaciones que tienen de ejercer el gasto público con orden y transparencia, se sugiere que los presidentes municipales comiencen por completar el diagnóstico singular de su municipio que, para efectos de la seguridad pública significa conocer la prevalencia e incidencia delictivas, y la percepción de inseguridad, por medio de una encuesta ad hoc, y el clima laboral de su corporación policial, antes de emprender la reforma policial. En materia financiera, sobre todo las condiciones de deuda, los ingresos propios y, ojo, algo que poco se observa: la cartera vencida del último lustro. Esos son los mínimos, pero indispensables datos para arrancar gobiernos municipales exitosos, y para ambas necesidades de los futuros ayuntamientos, el Instituto de Administración Pública del Estado de México, el IAPEM está preparado para ayudarlos.

@HuicocheaAlanis

Un buen gobierno municipal, como se espera que sean los que el 1 de enero próximo comenzarán su mandato en el Estado de México, tiene dos obligaciones fundamentales, a las que ayer el Gobernador Alfredo Del Mazo Maza se refirió como “el más importante desafío, aún pendiente”: mejorar la seguridad pública, y “un reto fundamental”: fortalecer las finanzas municipales. De superar esos dos grandes obstáculos, dependerán todos los esfuerzos que hagan las flamantes autoridades para la reactivación económica, el ordenamiento territorial, la promoción de la educación y la salud, y hasta de la igualdad de género. Sin seguridad, ni recursos financieros adicionales propios, será imposible responder con eficacia a las necesidades y exigencias de la ciudadanía mexiquense, para lograr la legitimidad.

Muchas son las herramientas que existen para ayudar a las personas presidentas municipales electas a gobernar; de hecho, en una primera aproximación, parecen demasiadas, y el primer problema es por cuál comenzar. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico propone 12 variables, que suman cientos de indicadores (por ejemplo, plantea: Calidad de gobierno, con 55 indicadores; Sociedad civil, población y cultura, con 70 indicadores; Conflicto y función militar, con 40; además de Educación, Energía e infraestructura; Ambiente; Equidad de Género; Salud; Poder Judicial; y más recientemente: Carga Administrativa). El Banco Interamericano de Desarrollo sugiere 6 indicadores, con los que forma su muy interesante Índice de Integridad; y el Banco Mundial evalúa 6 dimensiones de un indicador compuesto. Por si lo anterior fuera poco, algunas instancias internacionales llevan a cabo sus propias escalas de evaluación, entre ellas, el Foro Económico Mundial y Transparencia Internacional, a las que podríamos agregar a las Agencias Calificadoras de Riesgo, enfocadas en las finanzas. También están, ya sea en formato de asociaciones o sociedades civiles, prestigiadas organizaciones no gubernamentales como México Evalúa, el Instituto Mexicano de la Competitividad, The World Justice Project; México, Cómo Vamos; y centros de investigación como el Centro Latinoamericano para el Desarrollo; la Escuela de Gobierno del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey; y el Laboratorio de Políticas Públicas del Centro de Investigación y Docencia Económicas, entre otros. También existen certámenes y concursos varios que evalúan y premian la gestión municipal con métricas de evaluación propias, y la bien conocida International Organization for Standardization que ha generado diversos estándares de calidad, específicamente para el sector público como ISO9001, enfocado en transparencia gubernamental; ISO140001 abocado a la sustentabilidad; ISO50001 concentrado en la gestión energética; ISO27001 dedicado a las tecnologías de la información; y OHSAS18001 para la gestión en salud y seguridad en el trabajo. Pero después de leer el largo listado, prevalece la pregunta, por cuál y cómo comenzar.

Si el propósito del ayuntamiento y quien lo presidirá, es el mismo que el de la gente que gobernará; esto es: dar prioridad a la seguridad pública municipal; también atender la sugerencia formulada por el Gobernador, desde su experiencia propia de como presidente municipal, en el sentido de aprovechar al máximo el primer año del gobierno municipal, la respetuosa sugerencia es no comenzar por ninguno de los indicadores y métodos mencionados.

Al tiempo de asegurarse que su bando municipal observe los principios constitucionales, y obedecer las obligaciones que tienen de ejercer el gasto público con orden y transparencia, se sugiere que los presidentes municipales comiencen por completar el diagnóstico singular de su municipio que, para efectos de la seguridad pública significa conocer la prevalencia e incidencia delictivas, y la percepción de inseguridad, por medio de una encuesta ad hoc, y el clima laboral de su corporación policial, antes de emprender la reforma policial. En materia financiera, sobre todo las condiciones de deuda, los ingresos propios y, ojo, algo que poco se observa: la cartera vencida del último lustro. Esos son los mínimos, pero indispensables datos para arrancar gobiernos municipales exitosos, y para ambas necesidades de los futuros ayuntamientos, el Instituto de Administración Pública del Estado de México, el IAPEM está preparado para ayudarlos.

@HuicocheaAlanis