/ miércoles 3 de agosto de 2022

Vida Pública | ¡Huele a gas!

Huele a gas y, si no hacemos nada, con cualquier chispa, el orden constitucional e institucional que da forma a nuestro país, en tan sólo unas semanas, puede reventar y destruirse, con catastróficas consecuencias para todas las personas, y comprometiendo la vida de nuestras hijas e hijos.

El llamado es a que las personas demócratas, las que sabemos que la regla de convivencia es la Ley, que pugnamos por el respeto a los derechos de todas las personas y el establecimiento de límites al poder gubernamental en favor de la sociedad, y que buscamos el constante mejoramiento económico, cultural y social de todas y todos; esas y esos demócratas que militan en los partidos políticos de todo el espectro ideológico, desde MORENA, hasta el PAN, pasando por el PT, PRD, PVEM, PRI y MC, además de una pléyade de fuerzas políticas, así como todas esas personas demócratas que no militan en partido alguno, pero desde la sociedad pugnan por los mismos valores de la civilización, todas y todos juntos, evitemos la catástrofe que el pestilente gas anuncia, como amenaza. Ese olor a gas lo detectan todas las personas demócratas y es un llamado a la acción.

Huele a gas cuando la mayor parte de la sociedad es insolente y el Poder Ejecutivo Federal omiso ante un mandato del Poder Judicial de la Federación, dejando en indefensión la selva en la península de Yucatán pues, independientemente de quién tenga la razón, se rompe el sistema de frenos y contrapesos del sistema democrático y el equilibrio de poderes, cuando está claro que la Ley es la soberanía: sobre ella nada, en contra de ella nadie. Huele a gas que los servidores públicos hagan campaña por indicaciones superiores en clara contradicción de la legislación electoral que muchos de ellos ayudaron a construir, y que lo hagan con la aparente complacencia de los demócratas que militan en su mismo movimiento. Huele a gas la tibieza de los empresarios, ante el endurecimiento de una posición carente de razonamientos lógicos, de nuestras autoridades, frente a los reclamos de nuestros socios comerciales por incumplimiento de acuerdos en materia energética, lo que, más allá de intereses económicos, está teniendo efectos contaminantes en el aire que respiramos; y huele a gas la posibilidad de desafiar hasta romper el acuerdo comercial más exitoso de la historia, el que ha hecho de nuestro país una de las mayores potencias exportadoras de bienes y servicios, y correr el riesgo de, entre tantas repercusiones negativas, dejen de llegar con la facilidad de ahora, las remesas, la principal fuente de ingresos de las familias mexicanas más necesitadas.

Esta es la hora de quienes saben que la democracia es la soberanía de la razón, los argumentos y la legalidad. Demócratas morenistas y de toda militancia y adscripción, usando esas herramientas de la democracia, juntos, debemos ir cerrando las fugas de gas, evitar el colapso, y acelerar el paso hacia la prosperidad, el progreso compartido, la seguridad, la legalidad, la justicia y la paz.

@HuicocheaAlanis

Huele a gas y, si no hacemos nada, con cualquier chispa, el orden constitucional e institucional que da forma a nuestro país, en tan sólo unas semanas, puede reventar y destruirse, con catastróficas consecuencias para todas las personas, y comprometiendo la vida de nuestras hijas e hijos.

El llamado es a que las personas demócratas, las que sabemos que la regla de convivencia es la Ley, que pugnamos por el respeto a los derechos de todas las personas y el establecimiento de límites al poder gubernamental en favor de la sociedad, y que buscamos el constante mejoramiento económico, cultural y social de todas y todos; esas y esos demócratas que militan en los partidos políticos de todo el espectro ideológico, desde MORENA, hasta el PAN, pasando por el PT, PRD, PVEM, PRI y MC, además de una pléyade de fuerzas políticas, así como todas esas personas demócratas que no militan en partido alguno, pero desde la sociedad pugnan por los mismos valores de la civilización, todas y todos juntos, evitemos la catástrofe que el pestilente gas anuncia, como amenaza. Ese olor a gas lo detectan todas las personas demócratas y es un llamado a la acción.

Huele a gas cuando la mayor parte de la sociedad es insolente y el Poder Ejecutivo Federal omiso ante un mandato del Poder Judicial de la Federación, dejando en indefensión la selva en la península de Yucatán pues, independientemente de quién tenga la razón, se rompe el sistema de frenos y contrapesos del sistema democrático y el equilibrio de poderes, cuando está claro que la Ley es la soberanía: sobre ella nada, en contra de ella nadie. Huele a gas que los servidores públicos hagan campaña por indicaciones superiores en clara contradicción de la legislación electoral que muchos de ellos ayudaron a construir, y que lo hagan con la aparente complacencia de los demócratas que militan en su mismo movimiento. Huele a gas la tibieza de los empresarios, ante el endurecimiento de una posición carente de razonamientos lógicos, de nuestras autoridades, frente a los reclamos de nuestros socios comerciales por incumplimiento de acuerdos en materia energética, lo que, más allá de intereses económicos, está teniendo efectos contaminantes en el aire que respiramos; y huele a gas la posibilidad de desafiar hasta romper el acuerdo comercial más exitoso de la historia, el que ha hecho de nuestro país una de las mayores potencias exportadoras de bienes y servicios, y correr el riesgo de, entre tantas repercusiones negativas, dejen de llegar con la facilidad de ahora, las remesas, la principal fuente de ingresos de las familias mexicanas más necesitadas.

Esta es la hora de quienes saben que la democracia es la soberanía de la razón, los argumentos y la legalidad. Demócratas morenistas y de toda militancia y adscripción, usando esas herramientas de la democracia, juntos, debemos ir cerrando las fugas de gas, evitar el colapso, y acelerar el paso hacia la prosperidad, el progreso compartido, la seguridad, la legalidad, la justicia y la paz.

@HuicocheaAlanis