/ miércoles 16 de diciembre de 2020

Vida Pública | ¿Narcoestado mexicano?

A contrapelo de todos los especialistas y expertos financieros y, todo indica, en contra del interés superior de la Nación, mientras esto se escribe, los diputados federales de MORENA defienden reformas a la Ley del Banco de México, con las que se podrían incorporar a las reservas internacionales de nuestro país, dólares de procedencia ilícita. Eso haría del nuestro, un narcoestado.

Barbarismo de reciente cuño, existe cierto consenso en el sentido de que un narcoestado se aplica a aquellos países cuyas instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera importante por el poder y las riquezas del narcotráfico, cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes del tráfico de drogas narcóticas ilegales, amparados por sus potestades legales. Aprobar esa reforma implica un punto de quiebre para la solidez de las instituciones mexicanas y para el correcto manejo financiero de esta nación; no sólo se vulneraría la autonomía del banco central, que tardó décadas en construirse, y se amenazaría la prudencia monetaria que cualquier país requiere, sino que se comprometería la posición de nuestro país ante el orbe, dando pie a que se cuestione el respeto a la legalidad y la lucha contra la delincuencia, por parte de nuestras autoridades. Con esa reforma México y los mexicanos perdemos seguridad, certeza, confianza y respeto.

So pretexto de proteger las pocas remesas que los migrantes envían al país en efectivo, pues la inmensa mayoría lo hace por transferencias electrónicas (este año se recibieron casi 30,000 millones por transferencias, mientras que en efectivo se recibieron 200), se va a obligar al Banco de México a comprar, a cambiar por pesos, los dólares que en nuestra economía “sobran”, o mejor dicho, que nadie puede explicar cómo los adquirió y, lo más probable, es porque proceden de actividades criminales.

Cuando ingresan dólares al país y requieren ser cambiados por pesos, los tenedores del efectivo acuden a una institución bancaria, bancos o casas de cambio. Dichas instituciones, bajo rigurosos procedimientos para evitar el lavado de dinero procuran utilizarlos en las operaciones propias del banco o de la casa de cambio que los haya captado. Sin embargo, existe la posibilidad de que dólares captados no sean utilizados (en lo que va del año, solo 102 millones de dólares no han podido ser regresados a su país de origen) Digamos, “les sobran”, y para que vuelvan a circular, todos los bancos comerciales tienen acuerdos con bancos extranjeros para repatriar esos dólares, usualmente a Estados Unidos.

Todos los bancos mexicanos tienen esos acuerdos legales… excepto uno. En un par de años el banco propiedad del empresario más cercano en los afectos al Presidente de la República, ha acumulado más de 10 millones de dólares en sus existencias, que ahora son un problema para Banco Azteca.

La iniciativa presentada propone que esos dólares “excedentes”, esos que no pueden ser repatriados, los tenga que comprar el Banco de México usando nuestros recursos públicos. De suyo malo, a lo anterior habría que agregar que a BANXICO no le resulta útil acumular billetes, no es su función almacenarlos pues, de hacerlo, eso se convierte en deuda, es un mal negocio, pues, que abriría la puerta a que la principal institución monetaria del país, que se ha ganado a pulso el respeto que se le tiene, sea investigada por darle cabida a dinero no de turistas, compradores de productos y servicios hechos en México, ni de migrantes, sino de negocios ilícitos.

Queda la posibilidad, la esperanza, primero, de que se atienda el llamado a la cordura que todos los medios de comunicación han hecho a los diputados y no lo aprueben, pero como todo indica, dejando de escuchar a sus representados, lo harán, a menos que el propio Banco de México interponga algún recurso de revisión constitucional de esa decisión, para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo subsane. Pero esperar esto es un poco iluso, pues prácticamente todas las decisiones legislativas de la “Cuatro T”, han sido atacadas por esa vía y duermen “el sueño de los justos”, en los pendientes de la SCJN. Pero ese será otro tema.

@HuicocheaAlanis

A contrapelo de todos los especialistas y expertos financieros y, todo indica, en contra del interés superior de la Nación, mientras esto se escribe, los diputados federales de MORENA defienden reformas a la Ley del Banco de México, con las que se podrían incorporar a las reservas internacionales de nuestro país, dólares de procedencia ilícita. Eso haría del nuestro, un narcoestado.

Barbarismo de reciente cuño, existe cierto consenso en el sentido de que un narcoestado se aplica a aquellos países cuyas instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera importante por el poder y las riquezas del narcotráfico, cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes del tráfico de drogas narcóticas ilegales, amparados por sus potestades legales. Aprobar esa reforma implica un punto de quiebre para la solidez de las instituciones mexicanas y para el correcto manejo financiero de esta nación; no sólo se vulneraría la autonomía del banco central, que tardó décadas en construirse, y se amenazaría la prudencia monetaria que cualquier país requiere, sino que se comprometería la posición de nuestro país ante el orbe, dando pie a que se cuestione el respeto a la legalidad y la lucha contra la delincuencia, por parte de nuestras autoridades. Con esa reforma México y los mexicanos perdemos seguridad, certeza, confianza y respeto.

So pretexto de proteger las pocas remesas que los migrantes envían al país en efectivo, pues la inmensa mayoría lo hace por transferencias electrónicas (este año se recibieron casi 30,000 millones por transferencias, mientras que en efectivo se recibieron 200), se va a obligar al Banco de México a comprar, a cambiar por pesos, los dólares que en nuestra economía “sobran”, o mejor dicho, que nadie puede explicar cómo los adquirió y, lo más probable, es porque proceden de actividades criminales.

Cuando ingresan dólares al país y requieren ser cambiados por pesos, los tenedores del efectivo acuden a una institución bancaria, bancos o casas de cambio. Dichas instituciones, bajo rigurosos procedimientos para evitar el lavado de dinero procuran utilizarlos en las operaciones propias del banco o de la casa de cambio que los haya captado. Sin embargo, existe la posibilidad de que dólares captados no sean utilizados (en lo que va del año, solo 102 millones de dólares no han podido ser regresados a su país de origen) Digamos, “les sobran”, y para que vuelvan a circular, todos los bancos comerciales tienen acuerdos con bancos extranjeros para repatriar esos dólares, usualmente a Estados Unidos.

Todos los bancos mexicanos tienen esos acuerdos legales… excepto uno. En un par de años el banco propiedad del empresario más cercano en los afectos al Presidente de la República, ha acumulado más de 10 millones de dólares en sus existencias, que ahora son un problema para Banco Azteca.

La iniciativa presentada propone que esos dólares “excedentes”, esos que no pueden ser repatriados, los tenga que comprar el Banco de México usando nuestros recursos públicos. De suyo malo, a lo anterior habría que agregar que a BANXICO no le resulta útil acumular billetes, no es su función almacenarlos pues, de hacerlo, eso se convierte en deuda, es un mal negocio, pues, que abriría la puerta a que la principal institución monetaria del país, que se ha ganado a pulso el respeto que se le tiene, sea investigada por darle cabida a dinero no de turistas, compradores de productos y servicios hechos en México, ni de migrantes, sino de negocios ilícitos.

Queda la posibilidad, la esperanza, primero, de que se atienda el llamado a la cordura que todos los medios de comunicación han hecho a los diputados y no lo aprueben, pero como todo indica, dejando de escuchar a sus representados, lo harán, a menos que el propio Banco de México interponga algún recurso de revisión constitucional de esa decisión, para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo subsane. Pero esperar esto es un poco iluso, pues prácticamente todas las decisiones legislativas de la “Cuatro T”, han sido atacadas por esa vía y duermen “el sueño de los justos”, en los pendientes de la SCJN. Pero ese será otro tema.

@HuicocheaAlanis