/ miércoles 3 de junio de 2020

Vida pública | Por el bien de todos, primero el predial

Los ayuntamientos tienen una gran oportunidad, y un enorme desafío: cobrar impuestos con eficiencia, gastar con eficacia y transparentar totalmente ingresos, gastos y resultados. Ciertamente esa ha sido siempre su tarea pero, como no la han cumplido, a partir de COVID19, no hay alternativa para los que deseen superar la crisis y hasta aprovecharla para resurgir de ella fortalecidos y generando mejores condiciones de vida para las personas.

Ya sabíamos, pero ahora es evidente: los recursos públicos son escasos, apenas alcanzan para tratar de salvar vidas e intentar detener la pandemia, son insuficientes para detener la pérdida empleos y no alcanzan para reactivar el consumo y la actividad de las empresas. Y eso no mejorará, pues la Ley de Ingresos del gobierno federal para este año calculó que la economía nacional crecería dos por ciento, pero se está achicando; por ende, en el presupuesto, la cantidad que dispuso para los estados y municipios del país, difícilmente se alcanzará a pagar, pues los ingresos del gobierno de la República serán mucho menores; para empeorar, los excedentes por ingresos petroleros que antes se destinaban para estabilizar las finanzas de los estados, parece que ya no existen, pues PEMEX ha dejado de generar ganancias.

Y a pesar de todo, entre tanta obscuridad, hay luz en el camino, y no se trata de una locomotora que viene en sentido contrario, sino de un rayo de esperanza que surge desde el lugar donde vivimos cada uno de nosotros.

Los mexicanos somos muy malos pagadores de impuestos o, dicho de otro modo, nuestros gobiernos son muy malos para cobrarnos. El hecho es que México tiene uno de los peores ingresos públicos por el cobro del impuesto predial y, en el concierto nacional, el Estado de México es de los que tienen peor desempeño; así que los mexiquenses somos de los más malos, entre los malos para cumplir esa obligación. Predial significa “relativo al predio”. Es el nombre de un impuesto que se cobra prácticamente en todo el mundo, por el hecho de poseer un bien inmueble y, lógicamente es proporcional a las características de cada uno de esos bienes, de modo que pague más, quien más y mejor terreno, casa, departamento, edificio, etcétera, posea. En nuestro país, y desde hace casi cuatro décadas, se decidió dar la potestad; es decir, el podee cobrar ese impuesto a los gobiernos municipales. En todo este tiempo la gran mayoría no ha asumido esa responsabilidad, casi todos han preferido que lo haga el gobierno estatal, -antiguo poseedor de esa facultad- cobre una comisión por su servicio, y les entregue la parte que les corresponde. Ya se describió arriba el resultado de esa decisión.

Para cobrarlo eficazmente los gobiernos municipales necesitan, centralmente, dos cosas: decidir hacerlo e información cartográfica confiable y actualizada. La primera, la voluntad política de hacerlo hoy cobra forma de amenaza, los ayuntamientos que no hagan nada para empezar a cobrar el predial o a modernizar esta tarea, podrían estarse condenando a la pobreza y con ellos, empobrecer a quienes en ellos viven. La segunda es posible generarla, hoy más que nunca, gracias a las tecnologías de la comunicación y la información, aunque ciertamente requiere algo muy escaso; recursos financieros. Pero este es el momento de las decisiones visionarias, destinar recursos a la obtención de cartografía confiable no es un gasto, sino una inversión que, dicho sea de paso, tiene un retorno asegurado en muy corto plazo, y claras ganancias al paso del tiempo. Políticamente, además, sería un gran legado del ayuntamiento que se atreva a hacerlo.

No sin razón habrá quien cuestione si esta es buena época de salir a cobrar impuestos a la sociedad, cuando la gente también está viendo mermada su economía, al respecto nada más habrá que observar el crecimiento del gasto de las familias que no pagan impuestos, pero no si hacen más gastos superfluos, como se reporta en cifras oficiales, en servicios como el de televisión de paga, usos de aplicaciones móviles, consumo de bebidas alcohólicas y cigarros, por sólo mencionar algunos. De modo que casi todos pueden pagar, aunque sea poco, pero más de lo que ahora aportan, si les sabemos cobrar desde el sector público municipal, como bien lo hacemos desde el privado. Así que, gobernantes y gobernados, para enfrentar la crisis exitosamente hay que cobrar y pagar, primero el predial.

@HuicocheaAlanis

Los ayuntamientos tienen una gran oportunidad, y un enorme desafío: cobrar impuestos con eficiencia, gastar con eficacia y transparentar totalmente ingresos, gastos y resultados. Ciertamente esa ha sido siempre su tarea pero, como no la han cumplido, a partir de COVID19, no hay alternativa para los que deseen superar la crisis y hasta aprovecharla para resurgir de ella fortalecidos y generando mejores condiciones de vida para las personas.

Ya sabíamos, pero ahora es evidente: los recursos públicos son escasos, apenas alcanzan para tratar de salvar vidas e intentar detener la pandemia, son insuficientes para detener la pérdida empleos y no alcanzan para reactivar el consumo y la actividad de las empresas. Y eso no mejorará, pues la Ley de Ingresos del gobierno federal para este año calculó que la economía nacional crecería dos por ciento, pero se está achicando; por ende, en el presupuesto, la cantidad que dispuso para los estados y municipios del país, difícilmente se alcanzará a pagar, pues los ingresos del gobierno de la República serán mucho menores; para empeorar, los excedentes por ingresos petroleros que antes se destinaban para estabilizar las finanzas de los estados, parece que ya no existen, pues PEMEX ha dejado de generar ganancias.

Y a pesar de todo, entre tanta obscuridad, hay luz en el camino, y no se trata de una locomotora que viene en sentido contrario, sino de un rayo de esperanza que surge desde el lugar donde vivimos cada uno de nosotros.

Los mexicanos somos muy malos pagadores de impuestos o, dicho de otro modo, nuestros gobiernos son muy malos para cobrarnos. El hecho es que México tiene uno de los peores ingresos públicos por el cobro del impuesto predial y, en el concierto nacional, el Estado de México es de los que tienen peor desempeño; así que los mexiquenses somos de los más malos, entre los malos para cumplir esa obligación. Predial significa “relativo al predio”. Es el nombre de un impuesto que se cobra prácticamente en todo el mundo, por el hecho de poseer un bien inmueble y, lógicamente es proporcional a las características de cada uno de esos bienes, de modo que pague más, quien más y mejor terreno, casa, departamento, edificio, etcétera, posea. En nuestro país, y desde hace casi cuatro décadas, se decidió dar la potestad; es decir, el podee cobrar ese impuesto a los gobiernos municipales. En todo este tiempo la gran mayoría no ha asumido esa responsabilidad, casi todos han preferido que lo haga el gobierno estatal, -antiguo poseedor de esa facultad- cobre una comisión por su servicio, y les entregue la parte que les corresponde. Ya se describió arriba el resultado de esa decisión.

Para cobrarlo eficazmente los gobiernos municipales necesitan, centralmente, dos cosas: decidir hacerlo e información cartográfica confiable y actualizada. La primera, la voluntad política de hacerlo hoy cobra forma de amenaza, los ayuntamientos que no hagan nada para empezar a cobrar el predial o a modernizar esta tarea, podrían estarse condenando a la pobreza y con ellos, empobrecer a quienes en ellos viven. La segunda es posible generarla, hoy más que nunca, gracias a las tecnologías de la comunicación y la información, aunque ciertamente requiere algo muy escaso; recursos financieros. Pero este es el momento de las decisiones visionarias, destinar recursos a la obtención de cartografía confiable no es un gasto, sino una inversión que, dicho sea de paso, tiene un retorno asegurado en muy corto plazo, y claras ganancias al paso del tiempo. Políticamente, además, sería un gran legado del ayuntamiento que se atreva a hacerlo.

No sin razón habrá quien cuestione si esta es buena época de salir a cobrar impuestos a la sociedad, cuando la gente también está viendo mermada su economía, al respecto nada más habrá que observar el crecimiento del gasto de las familias que no pagan impuestos, pero no si hacen más gastos superfluos, como se reporta en cifras oficiales, en servicios como el de televisión de paga, usos de aplicaciones móviles, consumo de bebidas alcohólicas y cigarros, por sólo mencionar algunos. De modo que casi todos pueden pagar, aunque sea poco, pero más de lo que ahora aportan, si les sabemos cobrar desde el sector público municipal, como bien lo hacemos desde el privado. Así que, gobernantes y gobernados, para enfrentar la crisis exitosamente hay que cobrar y pagar, primero el predial.

@HuicocheaAlanis