/ miércoles 11 de noviembre de 2020

Vida Pública | ¿Quieres ganar la próxima elección?

Si quieres ser la próxima presidenta o presidente municipal, integrante de algún ayuntamiento de la entidad, o diputado federal o local, ya sea abanderando la candidatura de un partido político o como opción independiente, no tiene sentido que intentes darte a conocer, debes dedicarte a escuchar, entender a los electores, para saber cinco cosas.

1. Cuántos votos necesitas obtener para ganar en cada una de las decenas de secciones electorales en las que se divide tu municipio o distrito electoral.

2. Cuáles de esas secciones electorales pueden ser fuente de nuevos votos para ti, y en cuáles debes tener cuidado de que tus adversarios no crezcan demasiado.

3. Cuáles y cuántos de esos votos ya los tienes: es decir, los nombres y domicilios de las personas que están dispuestas a votar por ti, agrupados por sección electoral.

4. Por exclusión, sabiendo lo anterior, podrás conocer cuántas personas votantes más, también podrían votar por ti, pues conviven, coinciden y comparten valores y visión de vida con quienes sí están dispuestos a elegirte.

5. Cuáles son las emociones -que no razones- que motivan a esas personas a levantarse temprano en domingo para acudir a la casilla y, en la intimidad de la urna, a cruzar tu nombre y el de tu partido para hacerte ganador.

Esas cinco informaciones son públicas, pero no todos se dan el tiempo de verlas; están al alcance de cualquiera, pero casi nadie las toma en cuenta; son informaciones que los partidos políticos conocen y usan, pero suelen emplearla parcial e ineficazmente. Existe un método, probablemente más, pero solamente uno, probado, actualizado y práctico, que ha documentado su éxito en las elecciones celebradas este año, para conocer los resortes del comportamiento de los ciudadanos al momento de elegir en procesos de elección, nada más existe un ADN electoral.

Es un error, desde esta perspectiva del ADN electoral, que privilegia la eficacia y la eficiencia, empezar la tarea proselitista, como podemos observar que ya empezaron algunos, haciendo y pagando -con recursos, siempre de nebulosa procedencia- propaganda, así sea disfrazada de publicidad sobre activismo social, también es un error, comenzar por invertir en encuestas de posicionamiento, pues este es el peor momento para enviar a hacer entrevistas personales cara a cara a las casas de los vecinos y ciudadanos ya que, en más de un caso, podría significar enviarles al mensajero de la enfermedad, si no es que de la muerte, y los otros métodos de consulta, digital o telefónico, tienen un defecto de origen y márgenes de error bien documentados que no los hace suficientemente precisos y confiables. Son herramientas del siglo XX que poca rentabilidad tienen en el XXI.

Por el bien de todos, las campañas político electorales, como las que en breve se desatarán en todo el país, y cuyos primeros escarceos ya observamos por todos lados, deben tener dos virtudes: la precisión y la eficiencia. Lo primero significa que todo esfuerzo que los aspirantes realicen, se pueda medir en intenciones de voto a su favor, desde ahora; y lo segundo, que cada contacto que se realice, a partir de este momento, se registre, permita darle seguimiento y genere la interacción individualizada hasta convertirla, de intención, a voto, durante la jornada electiva. Sí, esta es la época del uso de metadatos, para llevar a cabo microcampañas electorales. Lo macro y lo micro, los datos y las emociones, la táctica y la estrategia, quienes se atrevan a usarla, tendrán éxito en el proceso electoral más importante de la historia, al que inexorablemente, a cada momento nos acercamos.

@HuicocheaAlanis

Si quieres ser la próxima presidenta o presidente municipal, integrante de algún ayuntamiento de la entidad, o diputado federal o local, ya sea abanderando la candidatura de un partido político o como opción independiente, no tiene sentido que intentes darte a conocer, debes dedicarte a escuchar, entender a los electores, para saber cinco cosas.

1. Cuántos votos necesitas obtener para ganar en cada una de las decenas de secciones electorales en las que se divide tu municipio o distrito electoral.

2. Cuáles de esas secciones electorales pueden ser fuente de nuevos votos para ti, y en cuáles debes tener cuidado de que tus adversarios no crezcan demasiado.

3. Cuáles y cuántos de esos votos ya los tienes: es decir, los nombres y domicilios de las personas que están dispuestas a votar por ti, agrupados por sección electoral.

4. Por exclusión, sabiendo lo anterior, podrás conocer cuántas personas votantes más, también podrían votar por ti, pues conviven, coinciden y comparten valores y visión de vida con quienes sí están dispuestos a elegirte.

5. Cuáles son las emociones -que no razones- que motivan a esas personas a levantarse temprano en domingo para acudir a la casilla y, en la intimidad de la urna, a cruzar tu nombre y el de tu partido para hacerte ganador.

Esas cinco informaciones son públicas, pero no todos se dan el tiempo de verlas; están al alcance de cualquiera, pero casi nadie las toma en cuenta; son informaciones que los partidos políticos conocen y usan, pero suelen emplearla parcial e ineficazmente. Existe un método, probablemente más, pero solamente uno, probado, actualizado y práctico, que ha documentado su éxito en las elecciones celebradas este año, para conocer los resortes del comportamiento de los ciudadanos al momento de elegir en procesos de elección, nada más existe un ADN electoral.

Es un error, desde esta perspectiva del ADN electoral, que privilegia la eficacia y la eficiencia, empezar la tarea proselitista, como podemos observar que ya empezaron algunos, haciendo y pagando -con recursos, siempre de nebulosa procedencia- propaganda, así sea disfrazada de publicidad sobre activismo social, también es un error, comenzar por invertir en encuestas de posicionamiento, pues este es el peor momento para enviar a hacer entrevistas personales cara a cara a las casas de los vecinos y ciudadanos ya que, en más de un caso, podría significar enviarles al mensajero de la enfermedad, si no es que de la muerte, y los otros métodos de consulta, digital o telefónico, tienen un defecto de origen y márgenes de error bien documentados que no los hace suficientemente precisos y confiables. Son herramientas del siglo XX que poca rentabilidad tienen en el XXI.

Por el bien de todos, las campañas político electorales, como las que en breve se desatarán en todo el país, y cuyos primeros escarceos ya observamos por todos lados, deben tener dos virtudes: la precisión y la eficiencia. Lo primero significa que todo esfuerzo que los aspirantes realicen, se pueda medir en intenciones de voto a su favor, desde ahora; y lo segundo, que cada contacto que se realice, a partir de este momento, se registre, permita darle seguimiento y genere la interacción individualizada hasta convertirla, de intención, a voto, durante la jornada electiva. Sí, esta es la época del uso de metadatos, para llevar a cabo microcampañas electorales. Lo macro y lo micro, los datos y las emociones, la táctica y la estrategia, quienes se atrevan a usarla, tendrán éxito en el proceso electoral más importante de la historia, al que inexorablemente, a cada momento nos acercamos.

@HuicocheaAlanis