/ miércoles 4 de marzo de 2020

Vida Pública | Sororidad


Tres propuestas de acción concreta permitirían actuar a favor de la sororidad, tan necesaria en estos días de extrema tensión social que hemos alcanzado por la algidez de la violencia en contra de las mujeres en nuestra sociedad y, peor aún, porque a pesar de las manifestaciones sociales de meses y semanas pasadas, y sobre todo las anunciadas para los próximos días, no se asoma siquiera un viso de solución o anuncio -así sea tímido- de alguna estrategia para proteger a nuestras madres, a nuestras parejas a nuestras hijas.

Sororidad es la solidaridad con las mujeres en su proceso de empoderamiento. Es un ideal que muchos compartimos y deseamos alcanzar, es también un deber que queremos difundir en nuestra sociedad. Y un para acercarnos a ella, son precisas acciones claras. Aquí propongo tres.

Se necesitan datos. Si más del 70 por ciento de la violencia ocurre en el hogar, es indispensable conocer detalladamente la dinámica de la violencia al interior de las familias mexiquenses y eso es posible a través de estudios fenomenológicos, de carácter muestral, levantados por personal especializado en una encuesta, al menos en cada uno de los municipios que han merecido alerta de género.

Urgen herramientas tecnológicas. Las mujeres necesitan una herramienta que les permita pedir auxilio en todo momento y lugar, y alertar que están en peligro a todas sus redes afectivas y a las autoridades, por medio de dispositivos tecnológicos que hoy es posible desarrollar, aprovechando las telecomunicaciones, previas reformas jurídicas necesarias para hacerlas más efectivas y menos costosas que los actuales y poco útiles botones de pánico.

Es indispensable ampliar la capacidad del Estado. Esto significa que es urgente reformar el marco legal para permitir que los policías municipales reciban denuncias de delitos, especialmente los de violencia doméstica, y que inicien investigaciones, a efecto de ser más eficaces en la prevención.

Con estas tres, y seguramente muchas otras acciones concretas, sería deseable amanecer el 10 de marzo, de modo que la expresión pública de las mujeres, no sólo sea llamativa, sino que resulte eficaz. El propósito de todos es la sororidad.

@HuicocheaAlanis


Tres propuestas de acción concreta permitirían actuar a favor de la sororidad, tan necesaria en estos días de extrema tensión social que hemos alcanzado por la algidez de la violencia en contra de las mujeres en nuestra sociedad y, peor aún, porque a pesar de las manifestaciones sociales de meses y semanas pasadas, y sobre todo las anunciadas para los próximos días, no se asoma siquiera un viso de solución o anuncio -así sea tímido- de alguna estrategia para proteger a nuestras madres, a nuestras parejas a nuestras hijas.

Sororidad es la solidaridad con las mujeres en su proceso de empoderamiento. Es un ideal que muchos compartimos y deseamos alcanzar, es también un deber que queremos difundir en nuestra sociedad. Y un para acercarnos a ella, son precisas acciones claras. Aquí propongo tres.

Se necesitan datos. Si más del 70 por ciento de la violencia ocurre en el hogar, es indispensable conocer detalladamente la dinámica de la violencia al interior de las familias mexiquenses y eso es posible a través de estudios fenomenológicos, de carácter muestral, levantados por personal especializado en una encuesta, al menos en cada uno de los municipios que han merecido alerta de género.

Urgen herramientas tecnológicas. Las mujeres necesitan una herramienta que les permita pedir auxilio en todo momento y lugar, y alertar que están en peligro a todas sus redes afectivas y a las autoridades, por medio de dispositivos tecnológicos que hoy es posible desarrollar, aprovechando las telecomunicaciones, previas reformas jurídicas necesarias para hacerlas más efectivas y menos costosas que los actuales y poco útiles botones de pánico.

Es indispensable ampliar la capacidad del Estado. Esto significa que es urgente reformar el marco legal para permitir que los policías municipales reciban denuncias de delitos, especialmente los de violencia doméstica, y que inicien investigaciones, a efecto de ser más eficaces en la prevención.

Con estas tres, y seguramente muchas otras acciones concretas, sería deseable amanecer el 10 de marzo, de modo que la expresión pública de las mujeres, no sólo sea llamativa, sino que resulte eficaz. El propósito de todos es la sororidad.

@HuicocheaAlanis