/ miércoles 11 de diciembre de 2019

Vida Pública | SuperAMLO


El ejercicio de gobierno de AMLO es 99 por ciento comunicación, 1 por ciento resultados. Y por eso es tan eficaz. No tendría por qué ser diferente, pues así le funcionó muy bien siendo candidato. De ese modo ha logrado hacer que los hechos no sean tan importantes como los dichos en su conferencia mañanera; de modo que ésta es la que importa y con la cual se forma la opinión publica mexicana. No importa que en la frontera norte del país estemos viviendo una crisis humanitaria, protagonizada por migrantes olvidados, sino que se perdone el hurto del embajador en Argentina, pues de esto es de lo que el Presidente habló por la mañana.

Y esa comunicación es exitosa porque permanentemente observa una trama; una urdimbre lógica e integral de todas sus declaraciones, las que no importa si son ciertas o mentiras, importa que sean congruentes con la narrativa que viene construyendo. Trama que forma una historia básica y creíble, de acuerdo con la cual, una víctima es constantemente sometida por una élite malvada, a la que únicamente se atreve a enfrentar el héroe quien, por supuesto, después de innumerables aventuras, y yendo siempre a contracorriente habrá de triunfar. Funciona porque, corresponde al guión que siguen prácticamente todas las historietas épicas; de ese modo, el héroe podría ser, por ejemplo, Súperman, el malvado Lex Luthor, capaz de las peores atrocidades y la población de Metropolis, las innumerables víctimas que, por momentos dramáticos adquieren rostro en la figura de Luisa Lane.

De eso se trata este cuento, titulado 4T, este momento de la historia que vivimos en el que, sustituyendo roles, el "pueblo bueno" es la víctima siempre inocente; "el inombrable" la "mafia del poder" o ahora los "conservadores del periodo neoliberal", personificados por el "PRIAN" -juntos, como si fueran lo mismos- han sido vencidos por Superamlo, y deben ser combatidos para nunca más volver.

Por supuesto es un cuento, como muchos otros, y por eso tantos lo creen hasta caer en la urdimbre, exhibiendo sus profundas carencias emocionales, expresadas en su necesidad de creer en una esperanza aunque esté vacía de sentido.

Por supuesto existe la "kriptonita", la sustancia que puede acabar con el héroe pero, hasta hace poco permanecía cuidadosamente escondida. Ese secreto letal, recientemente salió a la luz pero, sigilosamente, Superamlo lo ha ido escondiendo nuevamente y los opositores no lo advirtieron y están dejando pasar su oportunidad de vencerlo.

La misión de los enemigos del súper héroe consiste en romper el triángulo, hasta ahora perfecto, que forman víctima-victimarios-protagonista, pues sólo así, se exhibirán las debilidades estructurales del cuento y éste perderá credibilidad. Romper el vínculo emocional de las víctimas con el héroe, es lo único que puede quebrar su base de apoyo.

Y esa debilidad ya ha asomado. La errática liberación de Ovidio Guzmán, hizo ver o parecer, que el héroe dista de ser infalible y leal defensor del pueblo; por primera vez, apareció cercano y hasta amistoso de otro personaje -que casualmente no existía hasta ahora en la historieta- verdadero enemigo de la gente, el narcotráfico y la violencia homicida son espectros que evidentemente causan temor en el personaje, ante los cuales se ve dubitativo, indeciso y acobardado. No es la inseguridad que vivimos lo que golpea la popularidad del Presidente, es su indefinición ante ella, y al evadirla, permite que las dudas sobre su lealtad adquiera tintes de credibilidad a su cercanía con la delincuencia o parte de ella.

La comunicación del Ejecutivo es emocional y es ahí, en el terreno de las emociones, no de las razones, donde se le puede obligar a conducirse como jefe de Estado y no de una secta.

@HuicocheaAlanis


El ejercicio de gobierno de AMLO es 99 por ciento comunicación, 1 por ciento resultados. Y por eso es tan eficaz. No tendría por qué ser diferente, pues así le funcionó muy bien siendo candidato. De ese modo ha logrado hacer que los hechos no sean tan importantes como los dichos en su conferencia mañanera; de modo que ésta es la que importa y con la cual se forma la opinión publica mexicana. No importa que en la frontera norte del país estemos viviendo una crisis humanitaria, protagonizada por migrantes olvidados, sino que se perdone el hurto del embajador en Argentina, pues de esto es de lo que el Presidente habló por la mañana.

Y esa comunicación es exitosa porque permanentemente observa una trama; una urdimbre lógica e integral de todas sus declaraciones, las que no importa si son ciertas o mentiras, importa que sean congruentes con la narrativa que viene construyendo. Trama que forma una historia básica y creíble, de acuerdo con la cual, una víctima es constantemente sometida por una élite malvada, a la que únicamente se atreve a enfrentar el héroe quien, por supuesto, después de innumerables aventuras, y yendo siempre a contracorriente habrá de triunfar. Funciona porque, corresponde al guión que siguen prácticamente todas las historietas épicas; de ese modo, el héroe podría ser, por ejemplo, Súperman, el malvado Lex Luthor, capaz de las peores atrocidades y la población de Metropolis, las innumerables víctimas que, por momentos dramáticos adquieren rostro en la figura de Luisa Lane.

De eso se trata este cuento, titulado 4T, este momento de la historia que vivimos en el que, sustituyendo roles, el "pueblo bueno" es la víctima siempre inocente; "el inombrable" la "mafia del poder" o ahora los "conservadores del periodo neoliberal", personificados por el "PRIAN" -juntos, como si fueran lo mismos- han sido vencidos por Superamlo, y deben ser combatidos para nunca más volver.

Por supuesto es un cuento, como muchos otros, y por eso tantos lo creen hasta caer en la urdimbre, exhibiendo sus profundas carencias emocionales, expresadas en su necesidad de creer en una esperanza aunque esté vacía de sentido.

Por supuesto existe la "kriptonita", la sustancia que puede acabar con el héroe pero, hasta hace poco permanecía cuidadosamente escondida. Ese secreto letal, recientemente salió a la luz pero, sigilosamente, Superamlo lo ha ido escondiendo nuevamente y los opositores no lo advirtieron y están dejando pasar su oportunidad de vencerlo.

La misión de los enemigos del súper héroe consiste en romper el triángulo, hasta ahora perfecto, que forman víctima-victimarios-protagonista, pues sólo así, se exhibirán las debilidades estructurales del cuento y éste perderá credibilidad. Romper el vínculo emocional de las víctimas con el héroe, es lo único que puede quebrar su base de apoyo.

Y esa debilidad ya ha asomado. La errática liberación de Ovidio Guzmán, hizo ver o parecer, que el héroe dista de ser infalible y leal defensor del pueblo; por primera vez, apareció cercano y hasta amistoso de otro personaje -que casualmente no existía hasta ahora en la historieta- verdadero enemigo de la gente, el narcotráfico y la violencia homicida son espectros que evidentemente causan temor en el personaje, ante los cuales se ve dubitativo, indeciso y acobardado. No es la inseguridad que vivimos lo que golpea la popularidad del Presidente, es su indefinición ante ella, y al evadirla, permite que las dudas sobre su lealtad adquiera tintes de credibilidad a su cercanía con la delincuencia o parte de ella.

La comunicación del Ejecutivo es emocional y es ahí, en el terreno de las emociones, no de las razones, donde se le puede obligar a conducirse como jefe de Estado y no de una secta.

@HuicocheaAlanis