Afganistán, el difícil avance de su democracia
Afganistán se ubica en Asia, limita al norte con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán; al oeste con Irán; al sur y este con Pakistán; y al noroeste con la República Popular China. Su capital es Kabul, son idiomas oficiales el darí y el pastún. La esperanza de vida aproximada es de 59 años para hombres y 61 años para mujeres. Se organiza administrativamente en 34 provincias y 364 distritos.
Para comprender mejor qué ocurre hoy en Afganistán, debemos recordar que hace 17 años Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados intervinieron militarmente ese país con el argumento de acabar con Al Qaeda y el entonces vigente régimen talibán. Hoy, el Estado Islámico (ISIS) sustituyó a Al Qaeda y la insurgencia talibán continúa operando en gran parte del territorio afgano, razón por la que las tropas de la OTAN no han podido retirarse de dicho país.
Afganistán es una república islámica, un estado independiente, unitario e indivisible, su religión sagrada es el islam. La soberanía nacional pertenece a la nación y se manifiesta a través de sus representantes electos.
La Asamblea Nacional de la República Islámica de Afganistán es el órgano legislativo más alto, manifiesta la voluntad del pueblo afgano y representa a toda la nación. Se compone de dos casas: la Casa del Pueblo (Wolesi Yirga o Cámara de Diputados) y la Casa de los Ancianos (Meshrano Yirga o Cámara de Senadores).
Los miembros de la Casa del Pueblo son elegidos a través de una votación libre, general, secreta y directa, el número de sus miembros será proporcional a la población de cada circunscripción, sin exceder el máximo de 250 personas, asimismo se reservan 68 escaños para las mujeres y 10 escaños para los nómadas Kuchi.
En 2005 se realizaron las primeras elecciones parlamentarias por un mandato de cinco años. En septiembre de 2010 se llevaron a cabo los segundos comicios respecto de los cuales el periodo de mandato debió concluir 2015, aunque su vigencia se extendió, por decreto presidencial, en razón de falta de garantías y de seguridad para el desarrollo del proceso electoral.
Las siguientes elecciones parlamentarias tuvieron lugar el 20 de octubre del año en curso, pero nuevamente problemas organizativos y de seguridad (atentados de los talibanes y de ISIS) impidieron la apertura de aproximadamente 400 centros de votación. Así que la jornada electoral se extendió hasta el 21 de octubre, en la que sólo abrieron 253 centros de votación y 150 permanecieron cerrados. Se estima que en total acudieron a votar 4 millones de personas, es decir, un 45% de la totalidad de la ciudadanía que tenía la posibilidad de sufragar.
Existe información de enfrentamientos armados, así como de atentados terroristas que privaron de la vida a más de 30 personas, entre adultos u niños, y decenas de heridos tras el uso de minas colocadas al paso de automóviles y de atentados suicidas.
Se espera que la Comisión Electoral Independiente de Afganistán emita los resultados en noviembre próximo, aunque las amenazas de los talibanes continúan ahora en contra de los centros de recuento de votos. Es evidente que la población de ese país está convencida de su aspiración política democrática por encima de cualquier amenaza terrorista que provenga del movimiento insurgente talibán o de ISIS, el comportamiento ejemplar del pueblo afgano en busca de una democracia que les sirva es digno de reconocimiento en todo el orbe.
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