Afganistán tiene dos instituciones electorales de relevancia: la Comisión Nacional Independiente (CNI) que se encarga de administrar y supervisar todo tipo de elecciones, gestionar el registro de votantes, certificar las listas de candidatos y votantes, entre otras; y la Comisión Electoral de Quejas, responsable de atender las objeciones y quejas derivadas de negligencia electoral y violaciones, e identificar crímenes relacionados con las elecciones.
Para la elección presidencial del 28 de septiembre, en las que el fin institucional era tener “unas elecciones transparentes y creíbles”, la CNI utilizó tecnología para la verificación de votantes mediante un dispositivo de verificación biométrica del votante (VBV). En dicho dispositivo se ingresó el número de identificación único del ciudadano contenido en la tarjeta de identificación nacional durante el registro de electores. Una vez que se confirmó el número de identificación asignado a la mesa de votación, el dispositivo VBV capturó las huellas digitales de cada votante (dos dedos), una fotografía y una imagen de la tarjeta de identificación nacional para registrar la participación en esa mesa electoral.
Posteriormente, los datos biométricos se almacenaron en una base de datos a fin de que el dispositivo VBV indicara la impresión de una etiqueta codificada que se pegó a la boleta electoral antes de entregarla al votante.
El dispositivo VBV mostró información detallada sobre dónde estaba registrado el elector. Si se encontraba en la provincia incorrecta, el dispositivo VBV mostró la provincia correcta donde se le registró. Si ya había votado en la misma mesa electoral, el dispositivo indicó ese hecho y con ello se evitó que el mismo ciudadano votara más de una vez.
Con dicha tecnología no es posible recrear la imagen de la huella digital de las personas, y no se puede tener acceso a la identidad del votante, en razón de que ésta no se guarda con la plantilla codificada. El dispositivo VBV no verifica al votante usando los datos biométricos sino a través de su número de identificación. Los datos biométricos se capturan para garantizar que la ciudadanía vote solo una vez resguardando la secrecía del voto.
Se ha informado de una participación que ronda los dos millones de electores, con un padrón de más de nueve millones; considerando que muchas personas acudieron a votar sabiendo que hacerlo implica una sentencia de muerte por parte de los talibanes la cifra no es menor; en esto días circuló en twitter la imagen de un elector mostrando la punta de su dedo índice izquierdo “entintado” por haber votado, y en la misma imagen muestra el muñón donde debía esta la punta de su índice derecho, la cual fue cercenada por haber votado en una ocasión anterior, tal muestra de compromiso con los procesos democráticos es muy relevante, el anhelo por la democracia es una fuerza poderosa, a la que los violentos temen más que a la propia violencia.
Estaremos atentos a los resultados y deseamos larga vida al desarrollo democrático que está intentando el pueblo afgano.
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