/ sábado 18 de diciembre de 2021

Vox Populi | AMLO y los Presidenciables 

El Presidente ha mantenido aprobación por arriba del 60%, incluso durante la pandemia, y en los últimos meses alcanzó 64% (Noviembre 2021, Oraculus.mx). Quienes lo apoyan, señalan que su popularidad se debe a los programas dirigidos a la base de la pirámide como el aumento de más del 50% al salario mínimo desde 2019, programas de becas como jóvenes construyendo el futuro, el apoyo a adultos mayores, y por supuesto la vacunación permanente contra el COVID. Quienes no están de acuerdo, critican los resultados del gobierno en seguridad, economía, salud, y su narrativa populista, exitosa a nivel político electoral, pero riesgosa porque los indicadores macro se han descompuesto como la caída de la economía, el ingreso de inversión extranjera, la salida de capitales, y la inflación galopante.

El Presidente ha sabido comunicar una narrativa exitosa y consistente basado en el combate a la corrupción y la austeridad, ser percibido como un gobernante cercano, y polarizar su mensaje al estilo de estas conmigo o contra mi, para diferenciarse de una oposición débil. Apoyado en su populariad, AMLO ha mantenido gobernabilidad durante la pandemia y la crisis.

De acuerdo a diversas encuestas, partidos como PAN, PRI y PRD registran bajos niveles de credibilidad e imagen. Enfrentarse a Morena de forma independiente parece una derrota anunciada, por lo que la coalición parece ser la opción para ser competitivos. La falta de resultados y miles de damnificados por la cancelación y recorte de programas esperan una oferta política que les convenza, y detonar el voto de castigo contra Morena. Veremos si la oposición es capaz de articular un mensaje alternativo a la narrativa de la 4T.


La ruta de Morena es clara: continuar endureciendo su base social a partir de la polarización. La ruta pasa por la revocación de mandato, las elecciones de Gobernador en 2022, 2023 , para llegar a la elección presidencial de 2024. En este contexto, en días recientes, se publicaron resultados sobre los aspirantes a candidatos presidenciales de Morena (10 de diciembre, El Financiero) que nos dan luz sobre la ruta, y sobre las bases de apoyo social con las que cuentan los tres principales aspirantes de Morena: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.

El inicio de la sucesión presidencial se caracteriza por una división social advierte el encuestador Alejandro Moreno. Al estilo de la narrativa de la 4T, Claudia Sheinbaum es identificada como la candidata oficial y de las mujeres, con fuertes apoyos en la base dura de Morena, en los obradoristas, en la izquierda, y segmentos de menores ingresos y escolaridad. Por su parte, a Marcelo Ebrard cuentan con fuertes apoyos de segmentos urbanos y escolarizados, de la llamada clase media aspiracionista, identificandose como el candidato de los “progres”. La sucesión parece una batalla de clases entre ambos, quienes gracias al control de la agenda, han sorteado el conflicto de la caída de la Línea 12 del metro, y han recuperado niveles de imagen positiva.

El tercero en discordia, el senador Ricardo Monreal, que no ha sido mencionado por el Presidente como aspirante, cuenta con apoyos entre quienes no aprueban la gestión de AMLO, convirtiéndose de esta forma en el perfil antisistema dentro del sistema, y eventualmente en fuente de división al interior de Morena.

La sucesión parece lejana, pero cuenta con algunos datos para configurar escenarios. De entrada, como en el pasado, el Presidente lleva mano en la decisión de su sucesor. El partido gobernante cuenta con la aprobación positiva de AMLO, y con perfiles definidos. La oposición aún no cuenta con aspirantes visibles, y esta a la espera de una posible coalición que les permita ser competentes frente al partido gobernante.


El Presidente ha mantenido aprobación por arriba del 60%, incluso durante la pandemia, y en los últimos meses alcanzó 64% (Noviembre 2021, Oraculus.mx). Quienes lo apoyan, señalan que su popularidad se debe a los programas dirigidos a la base de la pirámide como el aumento de más del 50% al salario mínimo desde 2019, programas de becas como jóvenes construyendo el futuro, el apoyo a adultos mayores, y por supuesto la vacunación permanente contra el COVID. Quienes no están de acuerdo, critican los resultados del gobierno en seguridad, economía, salud, y su narrativa populista, exitosa a nivel político electoral, pero riesgosa porque los indicadores macro se han descompuesto como la caída de la economía, el ingreso de inversión extranjera, la salida de capitales, y la inflación galopante.

El Presidente ha sabido comunicar una narrativa exitosa y consistente basado en el combate a la corrupción y la austeridad, ser percibido como un gobernante cercano, y polarizar su mensaje al estilo de estas conmigo o contra mi, para diferenciarse de una oposición débil. Apoyado en su populariad, AMLO ha mantenido gobernabilidad durante la pandemia y la crisis.

De acuerdo a diversas encuestas, partidos como PAN, PRI y PRD registran bajos niveles de credibilidad e imagen. Enfrentarse a Morena de forma independiente parece una derrota anunciada, por lo que la coalición parece ser la opción para ser competitivos. La falta de resultados y miles de damnificados por la cancelación y recorte de programas esperan una oferta política que les convenza, y detonar el voto de castigo contra Morena. Veremos si la oposición es capaz de articular un mensaje alternativo a la narrativa de la 4T.


La ruta de Morena es clara: continuar endureciendo su base social a partir de la polarización. La ruta pasa por la revocación de mandato, las elecciones de Gobernador en 2022, 2023 , para llegar a la elección presidencial de 2024. En este contexto, en días recientes, se publicaron resultados sobre los aspirantes a candidatos presidenciales de Morena (10 de diciembre, El Financiero) que nos dan luz sobre la ruta, y sobre las bases de apoyo social con las que cuentan los tres principales aspirantes de Morena: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.

El inicio de la sucesión presidencial se caracteriza por una división social advierte el encuestador Alejandro Moreno. Al estilo de la narrativa de la 4T, Claudia Sheinbaum es identificada como la candidata oficial y de las mujeres, con fuertes apoyos en la base dura de Morena, en los obradoristas, en la izquierda, y segmentos de menores ingresos y escolaridad. Por su parte, a Marcelo Ebrard cuentan con fuertes apoyos de segmentos urbanos y escolarizados, de la llamada clase media aspiracionista, identificandose como el candidato de los “progres”. La sucesión parece una batalla de clases entre ambos, quienes gracias al control de la agenda, han sorteado el conflicto de la caída de la Línea 12 del metro, y han recuperado niveles de imagen positiva.

El tercero en discordia, el senador Ricardo Monreal, que no ha sido mencionado por el Presidente como aspirante, cuenta con apoyos entre quienes no aprueban la gestión de AMLO, convirtiéndose de esta forma en el perfil antisistema dentro del sistema, y eventualmente en fuente de división al interior de Morena.

La sucesión parece lejana, pero cuenta con algunos datos para configurar escenarios. De entrada, como en el pasado, el Presidente lleva mano en la decisión de su sucesor. El partido gobernante cuenta con la aprobación positiva de AMLO, y con perfiles definidos. La oposición aún no cuenta con aspirantes visibles, y esta a la espera de una posible coalición que les permita ser competentes frente al partido gobernante.