/ lunes 27 de julio de 2020

Vox Populi | Efectos del Covid en el modelo educativo

Durante el confinamiento por el coronavirus, 30 millones de estudiantes de primaria y secundaria no han podido acudir a la escuela fisicamente. De acuerdo a la SEP, 250 mil escuelas públicas y privadas del sector básico, 18 mil del sector medio superior, 4 mil universidades, y miles de profesores han tenido que implementar clases virtuales para tratar de concluir el ciclo escolar. Las autoridades han confirmado que no tendremos clases presenciales hasta que existan condiciones sanitarias seguras para entrar al semaforo verde. Lo peor es que aún no se tiene certeza de la vacuna, de cuando llegará el pico, y cuando terminará la pandemia. El Covid 19 ha llegado a replantear nuestro bienestar, salud, seguridad, e incluso el modelo educativo presencial.

Debido a la carencia de recursos en la población de menores recursos, estos no han podido acceder de manera adecuada al modelo de clases virtuales. Definitivamente, el coronavirus nos tomo por sorpresa, y por lo menos en el sector público, sin plataformas consolidadas para desarrollar un modelo de educación virtual. Con mucha voluntad y esfuerzo se completaron miles, tal vez millones de cursos transmitidos por plataformas como zoom, sin embargo la experiencia no es la misma para el proceso de enseñanza-aprendizaje, particularmente en disciplinas que requieren de presencia fisica.

Es cierto que el Covid no será permanente, y que saldremos adelante, sin embargo esta pandemia nos empuja a adaptarnos a un entorno de cambios rápidos y profundos. Definitivamente somos otros antes y después de que el Covid-19 llegará a nuestras vidas.

De acuerdo a la Encuesta Telefónica de Confianza del Consumidor (ETCO) del INEGI, la mayoría de los sectores han sufrido drásticas caídas, advirtiendo que la confianza del consumidor se mantendrá negativa debido a los efectos del confinamiento en la actividad económica, sin embargo destacan por su crecimiento, la economía digital y el cuidado de la salud. Comparado con el año anterior, el comercio electrónico creció 59.9%, los artículos para el cuidado de la salud con 2.5%, y las tiendas de autoservicio con 1.2%.

Nos encontramos en una encrucijada en la que la pandemia del coronavirus nos ha empujado a una transición digital en todos los campos de la vida humana. Construir una comunidad digital global podrá ayudarnos a reducir la brecha de desigualdad social. Las plataformas digitales como Facebook y Google pueden ayudarnos a conectar al mundo, y aprovechar sus herramientas para llevar mas y mejor educación, particularmente en sectores de bajos ingresos que en otras circunstancias no podrían continuar estudiando. Un ejemplo de la revolución de la educación es la universidad del pueblo (uopeople.edu), una plataforma de educación gratuita en línea, que ofrece carreras universitarias en administración, ciencias, computación y salud, abierta a la población de cualquier país.

Con la recesión económica en puerta, es posible que para el siguiente ciclo escolar, muchos padres de familia tengan complicaciones para continuar pagando colegiaturas en las escuelas, y la deserción escolar sea una opción. Recordemos que tan solo en el primer mes de la pandemia, INEGI advirtió de la pérdida de 12 millones de empleos en México. Las plataformas digitales pueden ayudar a formar competencias específicas a costos más bajos que los de un campus universitario presencial. Esa es la disyuntiva de nuestro modelo educativo, renunciar a la formación de carácter universal, y obligados por las circunstacias darle paso a una formación digital en competencias técnicas y específicas.



Durante el confinamiento por el coronavirus, 30 millones de estudiantes de primaria y secundaria no han podido acudir a la escuela fisicamente. De acuerdo a la SEP, 250 mil escuelas públicas y privadas del sector básico, 18 mil del sector medio superior, 4 mil universidades, y miles de profesores han tenido que implementar clases virtuales para tratar de concluir el ciclo escolar. Las autoridades han confirmado que no tendremos clases presenciales hasta que existan condiciones sanitarias seguras para entrar al semaforo verde. Lo peor es que aún no se tiene certeza de la vacuna, de cuando llegará el pico, y cuando terminará la pandemia. El Covid 19 ha llegado a replantear nuestro bienestar, salud, seguridad, e incluso el modelo educativo presencial.

Debido a la carencia de recursos en la población de menores recursos, estos no han podido acceder de manera adecuada al modelo de clases virtuales. Definitivamente, el coronavirus nos tomo por sorpresa, y por lo menos en el sector público, sin plataformas consolidadas para desarrollar un modelo de educación virtual. Con mucha voluntad y esfuerzo se completaron miles, tal vez millones de cursos transmitidos por plataformas como zoom, sin embargo la experiencia no es la misma para el proceso de enseñanza-aprendizaje, particularmente en disciplinas que requieren de presencia fisica.

Es cierto que el Covid no será permanente, y que saldremos adelante, sin embargo esta pandemia nos empuja a adaptarnos a un entorno de cambios rápidos y profundos. Definitivamente somos otros antes y después de que el Covid-19 llegará a nuestras vidas.

De acuerdo a la Encuesta Telefónica de Confianza del Consumidor (ETCO) del INEGI, la mayoría de los sectores han sufrido drásticas caídas, advirtiendo que la confianza del consumidor se mantendrá negativa debido a los efectos del confinamiento en la actividad económica, sin embargo destacan por su crecimiento, la economía digital y el cuidado de la salud. Comparado con el año anterior, el comercio electrónico creció 59.9%, los artículos para el cuidado de la salud con 2.5%, y las tiendas de autoservicio con 1.2%.

Nos encontramos en una encrucijada en la que la pandemia del coronavirus nos ha empujado a una transición digital en todos los campos de la vida humana. Construir una comunidad digital global podrá ayudarnos a reducir la brecha de desigualdad social. Las plataformas digitales como Facebook y Google pueden ayudarnos a conectar al mundo, y aprovechar sus herramientas para llevar mas y mejor educación, particularmente en sectores de bajos ingresos que en otras circunstancias no podrían continuar estudiando. Un ejemplo de la revolución de la educación es la universidad del pueblo (uopeople.edu), una plataforma de educación gratuita en línea, que ofrece carreras universitarias en administración, ciencias, computación y salud, abierta a la población de cualquier país.

Con la recesión económica en puerta, es posible que para el siguiente ciclo escolar, muchos padres de familia tengan complicaciones para continuar pagando colegiaturas en las escuelas, y la deserción escolar sea una opción. Recordemos que tan solo en el primer mes de la pandemia, INEGI advirtió de la pérdida de 12 millones de empleos en México. Las plataformas digitales pueden ayudar a formar competencias específicas a costos más bajos que los de un campus universitario presencial. Esa es la disyuntiva de nuestro modelo educativo, renunciar a la formación de carácter universal, y obligados por las circunstacias darle paso a una formación digital en competencias técnicas y específicas.