/ sábado 21 de noviembre de 2020

Vox Populi | El triunfo de la paridad de género

El sistema de cuotas ayudará a aumentar el nivel de participación política de las mujeres. 2018 represento un paso adelante hacia la igualdad política, pues los resultados produjeron una paridad de genero. De 500 curules en la Cámara de Diputados, las mujeres alcanzan 48% (241). En el Senado, tenemos 63 senadoras de un total de 128 espacios. Con estas reformas, veremos cada vez más gobernadoras ejerciendo el poder, así como mujeres en los más altos cargos de la administración pública.


La paridad de genero llego para quedarse, y representa un paso más para alcanzar el ejercicio pleno de los derechos políticos de las mujeres. La lucha histórica inicio con el acceso al derecho al voto, y más recientemente con la promulgación de cuotas que garantizan la equidad de genero en candidaturas y cargos públicos para todos los niveles. El sistema de cuotas garantiza un determinado número de candidaturas, escaños o cargos, con la finalidad de elevar el porcentaje de mujeres en política, sin embargo no ha estado exenta de cuestionamientos. Los más frecuentes apuntan a que regalan cargos a las mujeres solo por el hecho de serlo, y que han servido para aumentar la simulación de los partidos al postular perfiles con baja competitividad.


En el año 2000, el IFE solicitó a los partidos cuotas de género para los cargos de diputados y senadores en una proporción de 70 % para hombres y, al menos 30 % para mujeres. En 2014, se estableció la obligatoriedad en una proporción de 50 % para mujeres, y 50 % para hombres.


Recientemente, el Instituto Nacional Electoral ordeno a los partidos políticos registrar al menos 7 mujeres de las 15 candidaturas a Gobernador que se renovarán en 2021. En México, solo 9 mujeres han sido gobernadoras. Ivonne Ortega en Yucatán, se convirtió en 2007 en la primera Gobernadora electa. Actualmente, Claudia Sheinbaum en Cdmx, y Claudia Pavlovich en Sonora son las únicas mujeres Gobernadoras de un total de 32 mandatarios estatales. La opinión pública apoya casi por unanimidad la causa de las mujeres, sin embargo este ambiente es resultado de la evolución del sistema de creencias de la sociedad.


De acuerdo a la serie de encuestas de Gallup, en 1937, la opinión pública norteamericana registraba un rechazo mayoritario del 65% a que una mujer pudiera ser Presidente de los Estados Unidos. Esta tendencia negativa permaneció durante décadas. A finales de los 60s, en el contexto de la ampliación de derechos sociales y políticos, la tendencia cambió, y en 1971, una mayoría de norteamericanos (66%) apoyaba a que una mujer pudiera ser Presidente hasta alcanzar 92% en 1999. En México, no contamos con datos de la época, sin embargo, es previsible que las tendencias hayan sido similares o incluso mas bajas. En 2016, la encuestadora Demotecnia, afirmaba que 72% de los mexicanos estaban de acuerdo en que una mujer tengan un cargo público importante, y sin embargo, 1 de cada 2 (49%) consideraba que México no estaba preparado para ser gobernado por una mujer.


Hasta la década de los 50s, las encuestas indagaban el apoyo hacia las mujeres, siempre y cuando tuvieran las habilidades requeridas. Posteriormente se dejo de realizar ese tipo de preguntas. En la actualidad no hay duda de la capacidad de las mujeres. Ejemplo de ello, son la inglesa Margaret Tacher en los 80s, la canciller alemana Angela Merkel, o la primera ministra neozelandeza Jacinta Ardem.


El sistema de cuotas ayudará a aumentar el nivel de participación política de las mujeres. 2018 represento un paso adelante hacia la igualdad política, pues los resultados produjeron una paridad de genero. De 500 curules en la Cámara de Diputados, las mujeres alcanzan 48% (241). En el Senado, tenemos 63 senadoras de un total de 128 espacios. Con estas reformas, veremos cada vez más gobernadoras ejerciendo el poder, así como mujeres en los más altos cargos de la administración pública.


El sistema de cuotas ayudará a aumentar el nivel de participación política de las mujeres. 2018 represento un paso adelante hacia la igualdad política, pues los resultados produjeron una paridad de genero. De 500 curules en la Cámara de Diputados, las mujeres alcanzan 48% (241). En el Senado, tenemos 63 senadoras de un total de 128 espacios. Con estas reformas, veremos cada vez más gobernadoras ejerciendo el poder, así como mujeres en los más altos cargos de la administración pública.


La paridad de genero llego para quedarse, y representa un paso más para alcanzar el ejercicio pleno de los derechos políticos de las mujeres. La lucha histórica inicio con el acceso al derecho al voto, y más recientemente con la promulgación de cuotas que garantizan la equidad de genero en candidaturas y cargos públicos para todos los niveles. El sistema de cuotas garantiza un determinado número de candidaturas, escaños o cargos, con la finalidad de elevar el porcentaje de mujeres en política, sin embargo no ha estado exenta de cuestionamientos. Los más frecuentes apuntan a que regalan cargos a las mujeres solo por el hecho de serlo, y que han servido para aumentar la simulación de los partidos al postular perfiles con baja competitividad.


En el año 2000, el IFE solicitó a los partidos cuotas de género para los cargos de diputados y senadores en una proporción de 70 % para hombres y, al menos 30 % para mujeres. En 2014, se estableció la obligatoriedad en una proporción de 50 % para mujeres, y 50 % para hombres.


Recientemente, el Instituto Nacional Electoral ordeno a los partidos políticos registrar al menos 7 mujeres de las 15 candidaturas a Gobernador que se renovarán en 2021. En México, solo 9 mujeres han sido gobernadoras. Ivonne Ortega en Yucatán, se convirtió en 2007 en la primera Gobernadora electa. Actualmente, Claudia Sheinbaum en Cdmx, y Claudia Pavlovich en Sonora son las únicas mujeres Gobernadoras de un total de 32 mandatarios estatales. La opinión pública apoya casi por unanimidad la causa de las mujeres, sin embargo este ambiente es resultado de la evolución del sistema de creencias de la sociedad.


De acuerdo a la serie de encuestas de Gallup, en 1937, la opinión pública norteamericana registraba un rechazo mayoritario del 65% a que una mujer pudiera ser Presidente de los Estados Unidos. Esta tendencia negativa permaneció durante décadas. A finales de los 60s, en el contexto de la ampliación de derechos sociales y políticos, la tendencia cambió, y en 1971, una mayoría de norteamericanos (66%) apoyaba a que una mujer pudiera ser Presidente hasta alcanzar 92% en 1999. En México, no contamos con datos de la época, sin embargo, es previsible que las tendencias hayan sido similares o incluso mas bajas. En 2016, la encuestadora Demotecnia, afirmaba que 72% de los mexicanos estaban de acuerdo en que una mujer tengan un cargo público importante, y sin embargo, 1 de cada 2 (49%) consideraba que México no estaba preparado para ser gobernado por una mujer.


Hasta la década de los 50s, las encuestas indagaban el apoyo hacia las mujeres, siempre y cuando tuvieran las habilidades requeridas. Posteriormente se dejo de realizar ese tipo de preguntas. En la actualidad no hay duda de la capacidad de las mujeres. Ejemplo de ello, son la inglesa Margaret Tacher en los 80s, la canciller alemana Angela Merkel, o la primera ministra neozelandeza Jacinta Ardem.


El sistema de cuotas ayudará a aumentar el nivel de participación política de las mujeres. 2018 represento un paso adelante hacia la igualdad política, pues los resultados produjeron una paridad de genero. De 500 curules en la Cámara de Diputados, las mujeres alcanzan 48% (241). En el Senado, tenemos 63 senadoras de un total de 128 espacios. Con estas reformas, veremos cada vez más gobernadoras ejerciendo el poder, así como mujeres en los más altos cargos de la administración pública.