En las últimos meses hemos experimentado una gradual y continua alza de precios de diversos productos de consumo. No resulta tan evidente, pero cuando vamos a comprar la despensa, o llenamos el tanque de gasolina el bolsillo lo resiente. En este contexto, el presidente alertó de la subida del precio del gas en los últimos meses, sensible para toda la población, pero con mayor impacto para el segmento de bajos ingresos que destina la mayor parte de su quincena a la compra de alimentos, de tal forma que el gas LP se convierte en un recurso energético de primera necesidad.
El costo de un cilindro de gas LP de 20 kilos que se consume en 1 mes cuesta más de 500 pesos, a los que hay que sumar los gastos de alimentos y transporte. El gas incrementó alrededor del 25%, pues un tanque pasó de 387 pesos en diciembre de 2020 a 485 pesos en marzo de este año, y actualmente puede puede alcanzar 540 pesos.
La inflación representa un aumento generalizado y sostenido de los precios de una economía a lo largo del tiempo. La opinión pública suele ser sumamente sensible a este fenómeno. De acuerdo al INEGI, la inflación durante el mes de junio alcanzó el 5.8% a tasa anual, por encima de los objetivos trazados por el Banco de México.
La tentación de controlar precios es parte de la historia económica de México de las últimas décadas.
Ante la subida de precios de gas LP, el Presidente López Obrador acuso a las empresas que distribuyen el gas de poner altos precios, y anuncio la intención de crear una empresa del Estado que se llamara Gas Bienestar para distribuir gas LP a precios “justos” , y con ello hacerle competencia a las empresas que distribuyen este producto.
Estamos frente a una medida que pudiera pasar la delgada línea roja de ejercer control de precios en la economía. Medidas similares han sido tomadas anteriormente por gobiernos latinoamericanos como Chávez y Maduro en Venezuela, y por supuesto en el pasado reciente en México.
Se trata de una medida que como la mayoría de los temas anunciado en la conferencia mañanera atrae la atención de la opinión pública. Desde el punto de vista político, puede resultar favorable para la imagen del Presidente porque favorece su narrativa social de ayudar a los pobres. Sin embargo desde el punto de vista económico, se advierte el riesgo de transitar por el populismo económico y el el control de precios pueden tener la intención de ayudar a los que menos tienen, pero que terminarán por distorsionar el mercado porque desalienta la inversión, genera desconfianza y termina por incentivar aún más la ola inflacionaria.
La inflación continuará, incluso podría aumentar por arriba del 6%, alejándose cada vez más de la meta oficial del 3% de Banxico. Hoy es el gran tema en Mexico, Estados Unidos y en general en la economía global agravada por el efecto de la pandemia. La tentación populista de controlar los precios tiene una larga historia. Estamos frente a una nueva tentación populista anunciando Gas o Tortillas Bienestar para ganar popularidad en la coyuntura, pero con efectos regresivos para la economía en el mediano plazo.
