/ sábado 30 de octubre de 2021

Vox Populi | Inflación y la base de la pirámide 

La inflación representa una amenaza para el bienestar de las familias, afectando principalmente a las de menores ingresos. De acuerdo al INEGI, el incremento de los precios del Indice Nacional de Precios al Consumidor fue de 6% en septiembre, su nivel más alto desde abril de este año, muy superior a la meta oficial del Banco de México que es del 3%. Alimentos y energéticos como el gas LP (incluido el gas bienestar) han tenido incrementos por arriba del 20%, situación que afecta mayormente a los segmentos que componen la llamada base de la pirámide, a las familias que representan el grueso de la población, pero que ganan menos.

Los niveles socioeconómicos (NSE) de la AMAI es una clasificación basada en la encuesta de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH) del INEGI. Los NSE identifican los principales rasgos de los hogares y los clasifica en 7 grupos. De manera general, quienes tienen mayor ingreso, bienes de consumo y escolaridad son quienes se encuentran en la cúspide, en tanto que los que se en encuentran en la base, tienen menores ingresos, menos escolaridad, y menos bienes de consumo y tecnología. Otro patrón importante, es que entre más abajo te ubiques, mayor cantidad de tu ingreso, lo destinaras al consumo de alimentos, y esto es una mala noticia en el contexto de la súbida de precios en alimentos, y energéticos.

Por ejemplo, los segmentos de mayor ingreso (A/B y C+) que representan al 15% de la población urbana del país, gastan entre 25 y 30% de sus ingresos en alimentos. En los segmentos medios como el nivel C, C- y D+ se ubican 4 de cada 10 familias mexicanas, y destinan entre 35 y 41% de los que ganan a la compra de alimentos. Finalmente, los segmentos de menores ingresos como el D y el E que están en la base de la pirámide, en los que se ubica el 42% de los hogares, destinan entre el 46 y el 52% de su ingreso a alimentos.

Entre los productos con aumentos por arriba del promedio de inflación en septiembre (6%), fue el chile serrano con 54%, jitomate con 32.2%, aceite comestible con 29.1%. Los energéticos también tuvieron incrementos importantes como el gas LP (20%) y la gasolina con 16%. Esto no es una buena noticia para el bienestar de las familias, porque la inflación continuará presionando a la alza durante los próximos meses.

El alza de precios ha venido acompañada de indicadores negativos consecuencia de la tercera ola. Los programas y subsidios enfocados mayormente a la base de la pirámide pueden aliviar temporalmente, pero no resolver la migraña que representa el fuerte choque inflacionario del presente, y que amenaza con continuar los meses venideros.

El control de la agenda, y el dominio de una narrativa basada en la lucha contra la desigualdad y la corrupción influye en el nivel de aprobación presidencial. En el contexto de la pandemia y la crisis, AMLO con 64%, se ubica entre los mandatarios mejor evaluados a nivel global. La popularidad de AMLO es significativa porque puede ayudar a aliviar las tensiones sociales producto de la pandemia, la crisis y la inflación que afecta mayormente a la base de la pirámide.


La inflación representa una amenaza para el bienestar de las familias, afectando principalmente a las de menores ingresos. De acuerdo al INEGI, el incremento de los precios del Indice Nacional de Precios al Consumidor fue de 6% en septiembre, su nivel más alto desde abril de este año, muy superior a la meta oficial del Banco de México que es del 3%. Alimentos y energéticos como el gas LP (incluido el gas bienestar) han tenido incrementos por arriba del 20%, situación que afecta mayormente a los segmentos que componen la llamada base de la pirámide, a las familias que representan el grueso de la población, pero que ganan menos.

Los niveles socioeconómicos (NSE) de la AMAI es una clasificación basada en la encuesta de ingresos y gastos de los hogares (ENIGH) del INEGI. Los NSE identifican los principales rasgos de los hogares y los clasifica en 7 grupos. De manera general, quienes tienen mayor ingreso, bienes de consumo y escolaridad son quienes se encuentran en la cúspide, en tanto que los que se en encuentran en la base, tienen menores ingresos, menos escolaridad, y menos bienes de consumo y tecnología. Otro patrón importante, es que entre más abajo te ubiques, mayor cantidad de tu ingreso, lo destinaras al consumo de alimentos, y esto es una mala noticia en el contexto de la súbida de precios en alimentos, y energéticos.

Por ejemplo, los segmentos de mayor ingreso (A/B y C+) que representan al 15% de la población urbana del país, gastan entre 25 y 30% de sus ingresos en alimentos. En los segmentos medios como el nivel C, C- y D+ se ubican 4 de cada 10 familias mexicanas, y destinan entre 35 y 41% de los que ganan a la compra de alimentos. Finalmente, los segmentos de menores ingresos como el D y el E que están en la base de la pirámide, en los que se ubica el 42% de los hogares, destinan entre el 46 y el 52% de su ingreso a alimentos.

Entre los productos con aumentos por arriba del promedio de inflación en septiembre (6%), fue el chile serrano con 54%, jitomate con 32.2%, aceite comestible con 29.1%. Los energéticos también tuvieron incrementos importantes como el gas LP (20%) y la gasolina con 16%. Esto no es una buena noticia para el bienestar de las familias, porque la inflación continuará presionando a la alza durante los próximos meses.

El alza de precios ha venido acompañada de indicadores negativos consecuencia de la tercera ola. Los programas y subsidios enfocados mayormente a la base de la pirámide pueden aliviar temporalmente, pero no resolver la migraña que representa el fuerte choque inflacionario del presente, y que amenaza con continuar los meses venideros.

El control de la agenda, y el dominio de una narrativa basada en la lucha contra la desigualdad y la corrupción influye en el nivel de aprobación presidencial. En el contexto de la pandemia y la crisis, AMLO con 64%, se ubica entre los mandatarios mejor evaluados a nivel global. La popularidad de AMLO es significativa porque puede ayudar a aliviar las tensiones sociales producto de la pandemia, la crisis y la inflación que afecta mayormente a la base de la pirámide.