/ viernes 22 de enero de 2021

Vox Populi | La base de la piramide y la crisis

Los efectos negativos de la crisis del coronavirus, y la económica se resienten más en la población con menores recursos, en la llamada base de la pirámide que surgió como concepto gracias a las aportaciones de Prahald y Hart en 1998. En toda sociedad, la parte inferior de la pirámide por ingresos, presenta una base más ancha que tiende a ser más delgada conforme avanzamos hacia su pico. El Banco Mundial advierte que la población que vive con menos de 2 doláres al día (40 pesos), puede alcanzar hasta el 60% de la población mundial. La crisis del COVID aumentará el tamaño de la base de la pirámide en países emergentes como México.

El Consejo Nacional de Evaluación de la política social (CONEVAL) confirma que la población en pobreza y extrema pobreza aumentará con el paso de la crisis, hasta alcanzar el 67% de la población total. Quienes viven en pobreza extrema representan el escalón más bajo, que no pueden acceder a la canasta básica de alimentos, y frecuentemente no pueden consumir calorías básicas diarias, de tal forma que algunos de ellos están a un paso de la indigencia, o incluso forman parte de ella. Vivir en constante inestabilidad, incertidumbre, prácticamente en estado de supervivencia caracterizan a una población donde poder elegir representa una de las maneras de dignificar su vida, y ver opciones para salir de la pobreza. Con el paso de la crisis, quienes viven en pobreza pasarán de 41 a 49%, y quienes viven en extrema pobreza, pasará de 11 a 17.5%.

El estado mexicano tiene el reto de aliviar el peso de la crisis en esta población. Apoyos como pensiones de adultos mayores, becas dirigidas a los jóvenes, huertos familiares son importantes, y representan un alivio temporal, sin embargo en el mediano plazo, la economía tendrá que funcionar para revertir esta situación. Los primeros dos años del gobierno de AMLO han sido negativos, los datos duros asi lo demuestran, pues se ha registrado una caída en los niveles de ingreso en la población en general, y se ha agudizado en estos segmentos.

La teoría de la base de la pirámide considera que las personas con menores recursos representan un importante mercado que se puede integrar a la cadena productiva como consumidores, proveedores, distribuidores. La coyuntura actual nos obliga a buscar modelos innovadores para revertir estos efectos. La idea básica es que a se busque al mismo tiempo reducir la pobreza a largo plazo y reactivar la economía local.

Los críticos de la base de la pirámide dudan de la viabilidad a largo plazo de los negocios en este segmento, y advierten que se puede dejar a este segmento en manos del gobierno y organizaciones sin fines de lucro. Además se cuestiona si las empresas privadas pueden solas contribuir a mejorar las condiciones de los más pobres. Evidentemente, la respuesta debe de ser conjunta entre sociedad, gobierno y sector privado.

De acuerdo a Coneval, el Estado de México, es uno de las entidades con mayores niveles de pobreza en el país, que alcanza a la mitad de la población, y por números absolutos, es el estado con mayor número de pobres con más de 8 millones de mexiquenses que verán empeoradas sus condiciones de ingreso y bienestar con el paso de la pandemia.


Los efectos negativos de la crisis del coronavirus, y la económica se resienten más en la población con menores recursos, en la llamada base de la pirámide que surgió como concepto gracias a las aportaciones de Prahald y Hart en 1998. En toda sociedad, la parte inferior de la pirámide por ingresos, presenta una base más ancha que tiende a ser más delgada conforme avanzamos hacia su pico. El Banco Mundial advierte que la población que vive con menos de 2 doláres al día (40 pesos), puede alcanzar hasta el 60% de la población mundial. La crisis del COVID aumentará el tamaño de la base de la pirámide en países emergentes como México.

El Consejo Nacional de Evaluación de la política social (CONEVAL) confirma que la población en pobreza y extrema pobreza aumentará con el paso de la crisis, hasta alcanzar el 67% de la población total. Quienes viven en pobreza extrema representan el escalón más bajo, que no pueden acceder a la canasta básica de alimentos, y frecuentemente no pueden consumir calorías básicas diarias, de tal forma que algunos de ellos están a un paso de la indigencia, o incluso forman parte de ella. Vivir en constante inestabilidad, incertidumbre, prácticamente en estado de supervivencia caracterizan a una población donde poder elegir representa una de las maneras de dignificar su vida, y ver opciones para salir de la pobreza. Con el paso de la crisis, quienes viven en pobreza pasarán de 41 a 49%, y quienes viven en extrema pobreza, pasará de 11 a 17.5%.

El estado mexicano tiene el reto de aliviar el peso de la crisis en esta población. Apoyos como pensiones de adultos mayores, becas dirigidas a los jóvenes, huertos familiares son importantes, y representan un alivio temporal, sin embargo en el mediano plazo, la economía tendrá que funcionar para revertir esta situación. Los primeros dos años del gobierno de AMLO han sido negativos, los datos duros asi lo demuestran, pues se ha registrado una caída en los niveles de ingreso en la población en general, y se ha agudizado en estos segmentos.

La teoría de la base de la pirámide considera que las personas con menores recursos representan un importante mercado que se puede integrar a la cadena productiva como consumidores, proveedores, distribuidores. La coyuntura actual nos obliga a buscar modelos innovadores para revertir estos efectos. La idea básica es que a se busque al mismo tiempo reducir la pobreza a largo plazo y reactivar la economía local.

Los críticos de la base de la pirámide dudan de la viabilidad a largo plazo de los negocios en este segmento, y advierten que se puede dejar a este segmento en manos del gobierno y organizaciones sin fines de lucro. Además se cuestiona si las empresas privadas pueden solas contribuir a mejorar las condiciones de los más pobres. Evidentemente, la respuesta debe de ser conjunta entre sociedad, gobierno y sector privado.

De acuerdo a Coneval, el Estado de México, es uno de las entidades con mayores niveles de pobreza en el país, que alcanza a la mitad de la población, y por números absolutos, es el estado con mayor número de pobres con más de 8 millones de mexiquenses que verán empeoradas sus condiciones de ingreso y bienestar con el paso de la pandemia.