/ viernes 11 de febrero de 2022

Vox Populi | La base dura de AMLO

Mucho se ha escrito sobre las razones de la popularidad de AMLO, y de cómo en medio de la crisis sanitaria, recesión económica, inflación, desempleo e inseguridad, se ha mantenido por arriba del 60%. Para sus críticos puede resultar sorprendente que una gestión sin resultados de gobierno se haya mantenido en niveles razonablemente positivos en medio de la crisis.

Cuando el mandatario habla de su testamento, o del vaporub para aliviar el Covid 19, reprobamos el mensaje desde el canal racional, sin embargo el mensaje es emocional, y alimenta a su base de apoyo social, a la base dura que lo apoya casi incondicionalmente desde hace años. Por virtud propia, AMLO ha logrado desarrollar un modelo de comunicación política permanente, de cercanía con su base, ganando la agenda, generando contraste y polarización política.

El manejo de la agenda es uno de los elementos claves en su gestión, pues domina la agenda pública, y puede generar corrientes de opinión en contra de sus críticos. Lamentablemente, desde el poder ataca y fustiga a sus críticos, cerrándole el paso a la pluralidad de ideas, elemento central de la democracia. La conferencia mañanera ha generado una audiencia conformada principalmente por su base dura que espera cada mañana el mensaje de su Presidente para replicarlo posteriormente.

De acuerdo a oraculus.mx en el mes de enero, la aprobación promedio del Presidente alcanza 64%. Para muchos, su popularidad descansa en el carisma, en la consistencia durante décadas de sus temas bandera como el combate a la corrupción, la austeridad, y la desigualdad social. Sin embargo, la encuesta de Alejandro Moreno publicada el 3 de febrero en el Financiero advierte que al Presidente se le apoya principalmente porque otorga apoyos sociales, y se le rechaza por la percepción de derroche en megaobras y apoyos.

Los resultados de la encuesta señalan que la aprobación más intensa hacia AMLO se da en su base social, con los simpatizantes de Morena que aprueban en más de 90 por ciento, seguido por quienes reciben directamente algún tipo de apoyo o beneficio de programas sociales, con 77 por ciento.

El perfil de la base dura de AMLO, entre quienes destacan quienes reciben los apoyos sociales está conformada mayormente por mujeres más que hombres, mayores de 50 años, con niveles de escolaridad básica, de clases populares y, más notablemente en la región sur del país.

Los programas sociales son sumamente valorados por la población vulnerable a los estragos de la pandemia, y son claves para mantener la aprobación hacia el Presidente, pero también contribuyen a mantener la estabilidad social en importantes segmentos afectados por el desempleo, la inflación y la recesión económica. Lo malo es que el modelo continúa siendo el mismo que se criticó en el pasado: generar clientelas políticas con recursos públicos, dar pescados en lugar de enseñar a pescar.


Mucho se ha escrito sobre las razones de la popularidad de AMLO, y de cómo en medio de la crisis sanitaria, recesión económica, inflación, desempleo e inseguridad, se ha mantenido por arriba del 60%. Para sus críticos puede resultar sorprendente que una gestión sin resultados de gobierno se haya mantenido en niveles razonablemente positivos en medio de la crisis.

Cuando el mandatario habla de su testamento, o del vaporub para aliviar el Covid 19, reprobamos el mensaje desde el canal racional, sin embargo el mensaje es emocional, y alimenta a su base de apoyo social, a la base dura que lo apoya casi incondicionalmente desde hace años. Por virtud propia, AMLO ha logrado desarrollar un modelo de comunicación política permanente, de cercanía con su base, ganando la agenda, generando contraste y polarización política.

El manejo de la agenda es uno de los elementos claves en su gestión, pues domina la agenda pública, y puede generar corrientes de opinión en contra de sus críticos. Lamentablemente, desde el poder ataca y fustiga a sus críticos, cerrándole el paso a la pluralidad de ideas, elemento central de la democracia. La conferencia mañanera ha generado una audiencia conformada principalmente por su base dura que espera cada mañana el mensaje de su Presidente para replicarlo posteriormente.

De acuerdo a oraculus.mx en el mes de enero, la aprobación promedio del Presidente alcanza 64%. Para muchos, su popularidad descansa en el carisma, en la consistencia durante décadas de sus temas bandera como el combate a la corrupción, la austeridad, y la desigualdad social. Sin embargo, la encuesta de Alejandro Moreno publicada el 3 de febrero en el Financiero advierte que al Presidente se le apoya principalmente porque otorga apoyos sociales, y se le rechaza por la percepción de derroche en megaobras y apoyos.

Los resultados de la encuesta señalan que la aprobación más intensa hacia AMLO se da en su base social, con los simpatizantes de Morena que aprueban en más de 90 por ciento, seguido por quienes reciben directamente algún tipo de apoyo o beneficio de programas sociales, con 77 por ciento.

El perfil de la base dura de AMLO, entre quienes destacan quienes reciben los apoyos sociales está conformada mayormente por mujeres más que hombres, mayores de 50 años, con niveles de escolaridad básica, de clases populares y, más notablemente en la región sur del país.

Los programas sociales son sumamente valorados por la población vulnerable a los estragos de la pandemia, y son claves para mantener la aprobación hacia el Presidente, pero también contribuyen a mantener la estabilidad social en importantes segmentos afectados por el desempleo, la inflación y la recesión económica. Lo malo es que el modelo continúa siendo el mismo que se criticó en el pasado: generar clientelas políticas con recursos públicos, dar pescados en lugar de enseñar a pescar.