/ viernes 24 de abril de 2020

Vox Populi | Pemex quebrado

La coyuntura actual es compleja y díficil porque la crisis es sistémica. Enfrentarla demanda de liderazgos proactivos, que ajusten su estrategia en función de un entorno que cambia rápida y profundamente. En tiempos de desafección, el discurso populista fue sumamente exitoso, sin embargo en esta crisis, este tipo de gobiernos parecen limitados en la medida que toman decisiones basados en criterios ideológicos por encima de variables técnico económicas como es el caso de la debacle petrolera.

AMLO sueña con el petroleo como motor del desarrollo, alcanzar la soberanía energética para reducir la desigualdad, sin embargo la epoca dorada del petroleo parece estar llegando a su fin, para darle paso a las energías alternativas. Adicionalmente se presento un hecho histórico, debido a la sobre oferta a nivel internacional, el petroleo cotizo en precios negativos, y existe incertidumbre en el corto y mediano plazo sobre su recuperación para alcanzar precios rentables.

Efectivamente, López Obrador no es responsable de la tormenta, pero sí del timón en esta coyuntura. Como gobierno, ha sido consistente con lo dicho en campaña, teniendo como banderas principales al combate a la corrupción, el apoyo a grupos vulnerables, y la austeridad; sin embargo la crisis del petroleo lo obliga a replantear la viabilidad de construir la refineria de Dos Bocas, Tabasco. En tiempos de crisis del petroleo a nivel internacional, AMLO continúa soñando con rescatar a Pemex. Ante la debacle, su respuesta fue que vamos bien, que vamos a salir de esta crisis basado en la fortaleza del pueblo.

El Presidente ha elegido continuar con la construcción de la refinería de de Dos Bocas. La llamada soberanía energética, la autosuficiencia en la producción de diesel y gasolina, es un tema que ha hecho suyo por decadas, desde la oposición y ahora como gobierno. Sin embargo, hoy en día es más barato importarlas que producirlas, incluso lo que se destina a exportación resulta más caro producirlo (15 USD) que su valor en el mercado (7 USD). AMLO, podría darle una salida política posponiendolo para mejores tiempos, sin embargo parece empecinado en continuarlos. Pemex no es negocio, y ante la actual crisis puede convertirse en un problema de finanzas públicas considerando que la renta petrolera continua aportando alrededor del 20% del presupuesto público.

Lo bueno es que derivado de esta crisis petrolera, tendremos insumos más baratos como gasolina, diesel y otros derivados. Lo malo es que Pemex está quebrado, y puede contaminar las finanzas públicas. AMLO lo sabe, pero por criterios ideológicos esta tentado a sostener su proyecto, a pesar de que es un mal negocio para todos.

Por estupidez humana, burócratas soviéticos tomaron decisiones incorrectas con criterios ideológicos en el reactor nuclear de Chernobyl. Por cuestiones ideológicas, funcionarios, como la secretaría de energía, Rocio Nahle, apoyan proyectos inviables como la refinería de Dos Bocas, sosteniendo un proyecto ideológico en medio de una recesión, y de la mayor crisis del petroleo en decadas. Esperemos que el Presidente confie, pero tambien verifique, y ajuste su estrategia para bien de todos.

La coyuntura actual es compleja y díficil porque la crisis es sistémica. Enfrentarla demanda de liderazgos proactivos, que ajusten su estrategia en función de un entorno que cambia rápida y profundamente. En tiempos de desafección, el discurso populista fue sumamente exitoso, sin embargo en esta crisis, este tipo de gobiernos parecen limitados en la medida que toman decisiones basados en criterios ideológicos por encima de variables técnico económicas como es el caso de la debacle petrolera.

AMLO sueña con el petroleo como motor del desarrollo, alcanzar la soberanía energética para reducir la desigualdad, sin embargo la epoca dorada del petroleo parece estar llegando a su fin, para darle paso a las energías alternativas. Adicionalmente se presento un hecho histórico, debido a la sobre oferta a nivel internacional, el petroleo cotizo en precios negativos, y existe incertidumbre en el corto y mediano plazo sobre su recuperación para alcanzar precios rentables.

Efectivamente, López Obrador no es responsable de la tormenta, pero sí del timón en esta coyuntura. Como gobierno, ha sido consistente con lo dicho en campaña, teniendo como banderas principales al combate a la corrupción, el apoyo a grupos vulnerables, y la austeridad; sin embargo la crisis del petroleo lo obliga a replantear la viabilidad de construir la refineria de Dos Bocas, Tabasco. En tiempos de crisis del petroleo a nivel internacional, AMLO continúa soñando con rescatar a Pemex. Ante la debacle, su respuesta fue que vamos bien, que vamos a salir de esta crisis basado en la fortaleza del pueblo.

El Presidente ha elegido continuar con la construcción de la refinería de de Dos Bocas. La llamada soberanía energética, la autosuficiencia en la producción de diesel y gasolina, es un tema que ha hecho suyo por decadas, desde la oposición y ahora como gobierno. Sin embargo, hoy en día es más barato importarlas que producirlas, incluso lo que se destina a exportación resulta más caro producirlo (15 USD) que su valor en el mercado (7 USD). AMLO, podría darle una salida política posponiendolo para mejores tiempos, sin embargo parece empecinado en continuarlos. Pemex no es negocio, y ante la actual crisis puede convertirse en un problema de finanzas públicas considerando que la renta petrolera continua aportando alrededor del 20% del presupuesto público.

Lo bueno es que derivado de esta crisis petrolera, tendremos insumos más baratos como gasolina, diesel y otros derivados. Lo malo es que Pemex está quebrado, y puede contaminar las finanzas públicas. AMLO lo sabe, pero por criterios ideológicos esta tentado a sostener su proyecto, a pesar de que es un mal negocio para todos.

Por estupidez humana, burócratas soviéticos tomaron decisiones incorrectas con criterios ideológicos en el reactor nuclear de Chernobyl. Por cuestiones ideológicas, funcionarios, como la secretaría de energía, Rocio Nahle, apoyan proyectos inviables como la refinería de Dos Bocas, sosteniendo un proyecto ideológico en medio de una recesión, y de la mayor crisis del petroleo en decadas. Esperemos que el Presidente confie, pero tambien verifique, y ajuste su estrategia para bien de todos.