/ viernes 21 de mayo de 2021

Vox Populi | Rumbo al final de campaña 

Una de las preguntas clásicas de la investigación electoral, es la relacionada con las motivaciones del voto, es decir porque vota la gente como lo hace. La mayoría de las aportaciones advierten que la identidad partidista o ideológica esta asociada al comportamiento electoral. Otras aportaciones apuntan a variables de tipo retrospectivo como el estado de la economía, la evaluación del partido en el gobierno, los atributos personales de los candidatos, así como variables de expectativas futuras como las propuestas de campaña.

Hay que destacar las aportaciones del psicológo David Kanehman, quien a contra corriente de los neoclásicos, señala que la toma de decisiones están condicionadas por las emociones más que en la racionalidad, de tal manera que el voto puede manifestarse más como un sentir. Esta corriente ha dominado la mercadotecnia y las campañas en las últimas décadas.

Ejercicios como las encuestas de salida nos permiten estimar el comportamiento electoral el día de la jornada electoral, y ademas identificar motivaciones, y elementos sobre la orientación del voto de los ciudadanos. Como referencia, en las elecciones de Gobernador de 2011, 52% de los votantes habían decidido su voto antes de que iniciará la campaña, y el restante 48% lo hizo durante el desarrollo de la misma, en función de las ofertas de partidos y candidatos. De entre quienes deciden durante la campaña, alrededor del 15% lo hizo durante las últimas dos semanas antes de la jornada electoral (www.parametro.com.mx). Estas proporciones pueden cambiar en función del interés, y la competitividad de la contienda.

En una elección intermedia con participación baja, de alrededor de mitad de los electores, partidos y candidatos han apostado por afianzar sus bases de apoyo, es decir su voto duro. El partido gobernante Morena y la coalición integrada por PAN, PRI y PRD han sido parte de una narrativa de polarización política y social que ha marcado las campañas. En este contexto, ha destacado el rol de una Presidencia omnipresente que continúa dominando la agenda pública, y que ha sido cuestionada por su injerencia en el proceso electoral.

Sin embargo hacia el final de la campaña, en elecciones cerradas, tendrán que arriesgar, y convocar a ciudadanos que todavía no saben por quién votar, o que están indecisos de su preferencia. ¿Cómo lo podrán hacer…?. De acuerdo, a una encuesta realizada en el municipio de Tlalnepantla (www.parametro.com.mx), 23.5% votará por el partido con quién más se identifica, 16.5% por el menos peor, 5.8% manifiesta estar harto y anulará su voto; y 3.5% votará para que no gane Morena, un voto de castigo pequeño, pero significativo.

En un contexto dominado por una polarización electoral, noticias falsas, y encuestas disfrazadas como propaganda, una de las ventanas de oportunidad para candidatos y partidos hacia el final de la campaña, es comunicar una oferta de valor al ciudadano, una agenda temática de futuro, pues la mitad de quienes aún no saben por quien votar (48.5%), advierte que lo hará por quien presente las mejores propuestas.


Una de las preguntas clásicas de la investigación electoral, es la relacionada con las motivaciones del voto, es decir porque vota la gente como lo hace. La mayoría de las aportaciones advierten que la identidad partidista o ideológica esta asociada al comportamiento electoral. Otras aportaciones apuntan a variables de tipo retrospectivo como el estado de la economía, la evaluación del partido en el gobierno, los atributos personales de los candidatos, así como variables de expectativas futuras como las propuestas de campaña.

Hay que destacar las aportaciones del psicológo David Kanehman, quien a contra corriente de los neoclásicos, señala que la toma de decisiones están condicionadas por las emociones más que en la racionalidad, de tal manera que el voto puede manifestarse más como un sentir. Esta corriente ha dominado la mercadotecnia y las campañas en las últimas décadas.

Ejercicios como las encuestas de salida nos permiten estimar el comportamiento electoral el día de la jornada electoral, y ademas identificar motivaciones, y elementos sobre la orientación del voto de los ciudadanos. Como referencia, en las elecciones de Gobernador de 2011, 52% de los votantes habían decidido su voto antes de que iniciará la campaña, y el restante 48% lo hizo durante el desarrollo de la misma, en función de las ofertas de partidos y candidatos. De entre quienes deciden durante la campaña, alrededor del 15% lo hizo durante las últimas dos semanas antes de la jornada electoral (www.parametro.com.mx). Estas proporciones pueden cambiar en función del interés, y la competitividad de la contienda.

En una elección intermedia con participación baja, de alrededor de mitad de los electores, partidos y candidatos han apostado por afianzar sus bases de apoyo, es decir su voto duro. El partido gobernante Morena y la coalición integrada por PAN, PRI y PRD han sido parte de una narrativa de polarización política y social que ha marcado las campañas. En este contexto, ha destacado el rol de una Presidencia omnipresente que continúa dominando la agenda pública, y que ha sido cuestionada por su injerencia en el proceso electoral.

Sin embargo hacia el final de la campaña, en elecciones cerradas, tendrán que arriesgar, y convocar a ciudadanos que todavía no saben por quién votar, o que están indecisos de su preferencia. ¿Cómo lo podrán hacer…?. De acuerdo, a una encuesta realizada en el municipio de Tlalnepantla (www.parametro.com.mx), 23.5% votará por el partido con quién más se identifica, 16.5% por el menos peor, 5.8% manifiesta estar harto y anulará su voto; y 3.5% votará para que no gane Morena, un voto de castigo pequeño, pero significativo.

En un contexto dominado por una polarización electoral, noticias falsas, y encuestas disfrazadas como propaganda, una de las ventanas de oportunidad para candidatos y partidos hacia el final de la campaña, es comunicar una oferta de valor al ciudadano, una agenda temática de futuro, pues la mitad de quienes aún no saben por quien votar (48.5%), advierte que lo hará por quien presente las mejores propuestas.