/ jueves 22 de abril de 2021

Voz Millennial | Cambiar el rumbo

Empezar de cero cuando eres un adulto suele ser una de los retos más complejos por los procesos de adaptación a los que te enfrentas. Empezar un nuevo trabajo, independizarte, cambiar de ciudad... Estos son retos que muchos millennial enfrentamos no hace mucho. Pero hay un reto mayor: romper con el mito de que ser profesionista es mejor y da más valor que un oficio u otra labor como las ventas.

Desafortunadamente, el sistema actual nos ha metido la idea de que la superación personal tiene que ver con las medallas obtenidas y la acumulación de bienes, casi todo ello producto de estudiar una carrera universitaria o emprender un exitoso negocio a través de mucho esfuerzo. Lo cierto es que en la realidad, esto pocas veces es así, entonces, ¿por qué cada día hay más jóvenes estudiando una licenciatura, por muy "patito" que sea la institución educativa?

Justo, porque la universidad pasó de cumplir con la función de crear conocimiento para el bien común a generar filas de obreros calificados en lo instrumental para ser explotados en el sistema empresarial. No es coincidencia que cada vez haya más precariedad laboral y sueldos más bajos para los que tenemos títulos universitarios. Sin embargo, la ideología sigue presente: estudia y tendrás éxito. "Se alguien en la vida, se un líder, comete al mundo".

Es por eso que hay tanta molestia entre los licenciados y truncos al ver que un taquero, la "neni" o el taxista, tienen mejores y más automóviles, casas y bienes materiales, porque sienten esa traición a la creencia de que al estudiar, mereces más recompensas visibles y presumibles. Pues tengo una noticia: estudiar no garantiza una vida de lujos, pero sí debería garantizar más saber y más compromiso social.

He conocido ya varios universitarios que han decidido cambiar el rumbo de sus vidas y convertirse en carniceros, vendedores de materiales para la construcción, estilistas, entre muchos otros oficios porque les dejan más dinero, más tiempo libre y hasta más satisfacciones que los trabajos que ofrece el mundo laboral "godín" y está bien, la visa no es un juego de metas y obstáculos superados para ganar un trofeo.

Los estudios universitarios deben darte herramientas para ayudar a mejorar el entorno social y para brindarte la felicidad a través de la adquisición de saberes que te apasione, no debe ser un paso más en el "Life" que nos enseñaron a interpretar en el modelo educativo de competencias capitalistas.

Y lo mejor de todo, es que siempre podemos cambiar de rumbo y emprender un negocio, sin importar si te da más o menos categoría social. No está mal que haya "licenciados" de taxistas, está mal que haya miles de universitarios frustrados y movidos por el interés material, engañados por el mito de la meritocracia enfermiza, alimentando el odio hacia sí mismos y lamentándose su mala suerte. Seamos más libres, hagamos lo que podamos y nos guste y que los títulos sean para la satisfacción nuestra, no una carrera de relevos.

Empezar de cero cuando eres un adulto suele ser una de los retos más complejos por los procesos de adaptación a los que te enfrentas. Empezar un nuevo trabajo, independizarte, cambiar de ciudad... Estos son retos que muchos millennial enfrentamos no hace mucho. Pero hay un reto mayor: romper con el mito de que ser profesionista es mejor y da más valor que un oficio u otra labor como las ventas.

Desafortunadamente, el sistema actual nos ha metido la idea de que la superación personal tiene que ver con las medallas obtenidas y la acumulación de bienes, casi todo ello producto de estudiar una carrera universitaria o emprender un exitoso negocio a través de mucho esfuerzo. Lo cierto es que en la realidad, esto pocas veces es así, entonces, ¿por qué cada día hay más jóvenes estudiando una licenciatura, por muy "patito" que sea la institución educativa?

Justo, porque la universidad pasó de cumplir con la función de crear conocimiento para el bien común a generar filas de obreros calificados en lo instrumental para ser explotados en el sistema empresarial. No es coincidencia que cada vez haya más precariedad laboral y sueldos más bajos para los que tenemos títulos universitarios. Sin embargo, la ideología sigue presente: estudia y tendrás éxito. "Se alguien en la vida, se un líder, comete al mundo".

Es por eso que hay tanta molestia entre los licenciados y truncos al ver que un taquero, la "neni" o el taxista, tienen mejores y más automóviles, casas y bienes materiales, porque sienten esa traición a la creencia de que al estudiar, mereces más recompensas visibles y presumibles. Pues tengo una noticia: estudiar no garantiza una vida de lujos, pero sí debería garantizar más saber y más compromiso social.

He conocido ya varios universitarios que han decidido cambiar el rumbo de sus vidas y convertirse en carniceros, vendedores de materiales para la construcción, estilistas, entre muchos otros oficios porque les dejan más dinero, más tiempo libre y hasta más satisfacciones que los trabajos que ofrece el mundo laboral "godín" y está bien, la visa no es un juego de metas y obstáculos superados para ganar un trofeo.

Los estudios universitarios deben darte herramientas para ayudar a mejorar el entorno social y para brindarte la felicidad a través de la adquisición de saberes que te apasione, no debe ser un paso más en el "Life" que nos enseñaron a interpretar en el modelo educativo de competencias capitalistas.

Y lo mejor de todo, es que siempre podemos cambiar de rumbo y emprender un negocio, sin importar si te da más o menos categoría social. No está mal que haya "licenciados" de taxistas, está mal que haya miles de universitarios frustrados y movidos por el interés material, engañados por el mito de la meritocracia enfermiza, alimentando el odio hacia sí mismos y lamentándose su mala suerte. Seamos más libres, hagamos lo que podamos y nos guste y que los títulos sean para la satisfacción nuestra, no una carrera de relevos.

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