/ viernes 9 de abril de 2021

Voz Millennial | ¿Es seguro el regreso a  las aulas universitarias?

El día miércoles de esta semana, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Alfredo Barrera Baca, informó que a partir de este mes se estarían retomando las clases presenciales en varios de los planteles de preparatoria y nivel superior, acotando que es una asunto voluntario y que, en particular, sólo talleres, laboratorios y trámites serían las actividades que podrían continuar con las labores en “normalidad”, eso sí, con sus medidas de salubridad. ¿Realmente estamos en condiciones de retomar a clases por voluntad propia, tomando en cuenta que se espera la tercera ola de contagios por el descuido en las vacaciones pasadas?

La respuesta podría girar en dos ejes: La comunidad universitaria tendría que cambiar todos los protocolos, incluyendo el uso de cubrebocas y la desinfección de aulas y espacios comunes en periodos cortos de tiempo para poder empezar el gradual retorno o definitivamente es una demanda que traerá más males que beneficios a la comunidad UAEMita. Doy mis argumentos.

Esta semana hubo un ligero repunte en los casos de contagios por el COVID-19, pero de acuerdo a los médicos, se espera que entre este viernes y el miércoles de la siguiente semana empiecen a llegar os contagiados durante las vacaciones de Semana Santa, en donde vimos las peores muestras de egoísmo e ignorancia de nuestra época: miles de personas abarrotando las playas, centros turísticos y lugares de descanso, sin ningún tipo de cuidado y, para peor, llevando consigo a adultos mayores y personas vulnerables sólo porque “lo bailado nadie lo quita”.

El alumnado lo conforman mayormente personas de entre 15 y 25 años, es decir, un grupo que regularmente no tiene sintomatología o son casos leves. El problema no es que los alumnos se contagien sino que terminarán contagiando a sus familias, padres y abuelos incluidos, además del contagio al profesorado y personal administrativo, que está entre los 40 y 60 años de edad, principalmente, es decir, entre la población que más ha muerto en los últimos 6 meses.

Además, debemos tener en cuenta que en el caso de los adolescentes, pueden presentar una población de alto riesgo por las prácticas sociales, es decir, podría pasar lo mismo que en Chile, en donde empezaron a salir las personas menores de 30 años e inmediatamente tuvieron un repunte de contagios como nunca antes.

Sin embargo, he notado algo de responsabilidad y buen sentido común de ex alumnos y compañeras de clase: Al votar para regresar a clases presenciales, sigue ganando la negativa, sobre todo por la conciencia y el cuidado hacia las personas con las que se convive. Esto, para mí, es una muestra de un sentido cívico que va más allá de cualquier demanda política por cumplir de parte de las autoridades universitarias, ¿será acaso que urja el regreso para no retrasar el proceso electoral o para hacer como que funciona la endeble “democracia” en la pantomima llamada elecciones a rectoría?


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Lic. Paulina Lemus Hernández

Columnista de El Sol de TolucaMaestrante en Estudios Latinoamericanos

Activista social

El día miércoles de esta semana, el rector de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Alfredo Barrera Baca, informó que a partir de este mes se estarían retomando las clases presenciales en varios de los planteles de preparatoria y nivel superior, acotando que es una asunto voluntario y que, en particular, sólo talleres, laboratorios y trámites serían las actividades que podrían continuar con las labores en “normalidad”, eso sí, con sus medidas de salubridad. ¿Realmente estamos en condiciones de retomar a clases por voluntad propia, tomando en cuenta que se espera la tercera ola de contagios por el descuido en las vacaciones pasadas?

La respuesta podría girar en dos ejes: La comunidad universitaria tendría que cambiar todos los protocolos, incluyendo el uso de cubrebocas y la desinfección de aulas y espacios comunes en periodos cortos de tiempo para poder empezar el gradual retorno o definitivamente es una demanda que traerá más males que beneficios a la comunidad UAEMita. Doy mis argumentos.

Esta semana hubo un ligero repunte en los casos de contagios por el COVID-19, pero de acuerdo a los médicos, se espera que entre este viernes y el miércoles de la siguiente semana empiecen a llegar os contagiados durante las vacaciones de Semana Santa, en donde vimos las peores muestras de egoísmo e ignorancia de nuestra época: miles de personas abarrotando las playas, centros turísticos y lugares de descanso, sin ningún tipo de cuidado y, para peor, llevando consigo a adultos mayores y personas vulnerables sólo porque “lo bailado nadie lo quita”.

El alumnado lo conforman mayormente personas de entre 15 y 25 años, es decir, un grupo que regularmente no tiene sintomatología o son casos leves. El problema no es que los alumnos se contagien sino que terminarán contagiando a sus familias, padres y abuelos incluidos, además del contagio al profesorado y personal administrativo, que está entre los 40 y 60 años de edad, principalmente, es decir, entre la población que más ha muerto en los últimos 6 meses.

Además, debemos tener en cuenta que en el caso de los adolescentes, pueden presentar una población de alto riesgo por las prácticas sociales, es decir, podría pasar lo mismo que en Chile, en donde empezaron a salir las personas menores de 30 años e inmediatamente tuvieron un repunte de contagios como nunca antes.

Sin embargo, he notado algo de responsabilidad y buen sentido común de ex alumnos y compañeras de clase: Al votar para regresar a clases presenciales, sigue ganando la negativa, sobre todo por la conciencia y el cuidado hacia las personas con las que se convive. Esto, para mí, es una muestra de un sentido cívico que va más allá de cualquier demanda política por cumplir de parte de las autoridades universitarias, ¿será acaso que urja el regreso para no retrasar el proceso electoral o para hacer como que funciona la endeble “democracia” en la pantomima llamada elecciones a rectoría?


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Lic. Paulina Lemus Hernández

Columnista de El Sol de TolucaMaestrante en Estudios Latinoamericanos

Activista social

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