/ sábado 19 de octubre de 2019

Voz Millennial / México: el paraíso de los narcos


La noticia del jueves y viernes es controversial: soltaron a uno de los hijos del “Chapo” Guzmán, después de ser capturado en un operativo sin estrategia (lo admitieron en la conferencia mañanera) y con un trabajo en equipo entre los tres poderes del Estado. El resultado fue dejar a Culiacán como zona de guerra- incendiado, robado, lleno de hoyos y casquetes de balas, junto con heridos y muertos-. Quedó claro.

Y entre que si es la versión oficial junto con el mutismo de nuestro actual presidente o hay muchos comentarios entre los del norte, centro o sur de nuestro país, lo que queda claro es que el mensaje no es igual para todos pero sí muy claro para algunos: los narcos son intocables en cierto nivel… luego entonces, es conveniente ser “narco”.

Lo que más me preocupa es todo el simbolismo creado alrededor de esta fallida captura que, además, ha sido reforzado desde hace que comenzó la “guerra contra el narcotráfico” con productos mediáticos como los ‘Narcocorridos’, ‘narcoseries’ y la exaltación de los narcos como figuras heroicas, como suele serlo “el Chapo” en Zonas de Sinaloa o miembros de la “Familia michoacana” en parte de Tierra Caliente.

La esperanza en el futuro es simple y no os debe sorprender por qué cada día hay más niños y adolescentes que buscan dedicarse al crimen organizado de los cárteles de la droga de México: parece ser que ellos SÏ realizan sus sueños; tienen casas y autos lujosos, vidas glamourosas, mujeres y hombres estéticamente bellos, una vida de adrenalina, en donde el matar o morir es la consecuencia lógica de unos años de vivir “en el paraíso”.

Nuestros jóvenes ven ser narco como ser médico, abogado, profesor o ingeniero. Es una profesión más porque hemos permitido su normalización y acciones como la de estos últimos días legitiman el sentido de “endiosamiento” que hacen que esos delincuentes sean percibidos como intocables.

Lo que no se está dando cuenta el gobierno federal es que no todas las acciones son políticas o económicas sino que todas las acciones u omisiones del gobierno y los narcos se quedan en el imaginario colectivo, actuando desde el interaccionismo simbólico y dejando huella en las mentes de las generaciones que crece entre el miedo y la elocuencia de la mal llamada “narcocultura”.

Es bien importante que las autoridades de este país sepan que todo lo que hacen o no va a tener una consecuencia en alguna esfera de la sociedad y lo que hoy se hace para “pacificar”, mañana va a significar o un Gobierno débil o hasta un Estado fallido o una sociedad que justifica el narco como una actividad más de la cotidianidad.

En fin, espero que aprendan de su fracaso y la máxima autoridad de este país pueda hacerle frente con los pantalones bien puestos, pues el Ejecutivo tiene que parecer fuerte, seguro y sereno. Ya sea que combata o negocié, las acciones deben mandar el mensaje correcto. De otra forma, México seguirá siendo el paraíso para los narcos.

p.lemush19@gmail.com


La noticia del jueves y viernes es controversial: soltaron a uno de los hijos del “Chapo” Guzmán, después de ser capturado en un operativo sin estrategia (lo admitieron en la conferencia mañanera) y con un trabajo en equipo entre los tres poderes del Estado. El resultado fue dejar a Culiacán como zona de guerra- incendiado, robado, lleno de hoyos y casquetes de balas, junto con heridos y muertos-. Quedó claro.

Y entre que si es la versión oficial junto con el mutismo de nuestro actual presidente o hay muchos comentarios entre los del norte, centro o sur de nuestro país, lo que queda claro es que el mensaje no es igual para todos pero sí muy claro para algunos: los narcos son intocables en cierto nivel… luego entonces, es conveniente ser “narco”.

Lo que más me preocupa es todo el simbolismo creado alrededor de esta fallida captura que, además, ha sido reforzado desde hace que comenzó la “guerra contra el narcotráfico” con productos mediáticos como los ‘Narcocorridos’, ‘narcoseries’ y la exaltación de los narcos como figuras heroicas, como suele serlo “el Chapo” en Zonas de Sinaloa o miembros de la “Familia michoacana” en parte de Tierra Caliente.

La esperanza en el futuro es simple y no os debe sorprender por qué cada día hay más niños y adolescentes que buscan dedicarse al crimen organizado de los cárteles de la droga de México: parece ser que ellos SÏ realizan sus sueños; tienen casas y autos lujosos, vidas glamourosas, mujeres y hombres estéticamente bellos, una vida de adrenalina, en donde el matar o morir es la consecuencia lógica de unos años de vivir “en el paraíso”.

Nuestros jóvenes ven ser narco como ser médico, abogado, profesor o ingeniero. Es una profesión más porque hemos permitido su normalización y acciones como la de estos últimos días legitiman el sentido de “endiosamiento” que hacen que esos delincuentes sean percibidos como intocables.

Lo que no se está dando cuenta el gobierno federal es que no todas las acciones son políticas o económicas sino que todas las acciones u omisiones del gobierno y los narcos se quedan en el imaginario colectivo, actuando desde el interaccionismo simbólico y dejando huella en las mentes de las generaciones que crece entre el miedo y la elocuencia de la mal llamada “narcocultura”.

Es bien importante que las autoridades de este país sepan que todo lo que hacen o no va a tener una consecuencia en alguna esfera de la sociedad y lo que hoy se hace para “pacificar”, mañana va a significar o un Gobierno débil o hasta un Estado fallido o una sociedad que justifica el narco como una actividad más de la cotidianidad.

En fin, espero que aprendan de su fracaso y la máxima autoridad de este país pueda hacerle frente con los pantalones bien puestos, pues el Ejecutivo tiene que parecer fuerte, seguro y sereno. Ya sea que combata o negocié, las acciones deben mandar el mensaje correcto. De otra forma, México seguirá siendo el paraíso para los narcos.

p.lemush19@gmail.com

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