Miércoles, un precioso día, hasta que oigo en el cuarto informe de gobierno de la Universidad Autónoma del Estado de México, que el rector, Alfredo Barrera Baca, menciona las legítimas protestas de cientos de universitarias sin dejar de enfatizar los daños materiales dejados pero no la falta de acciones de su administración frente a la imperante violencia sexual contra las mujeres que conformamos esta universidad. Parece ser que se le olvidó mencionar en su informe la ineficiencia para erradicar la violencia de género y la falta de justicia para las víctimas. A nosotras no se nos olvida, nos quedan las huellas.
¿Acaso a un año de las protestas, a nuestras autoridades universitarias se les olvidó tremendo problema o es sólo una simulación más de este show llamado elecciones internas? ¿De verdad fue un cobarde feminicidio de una profesora lo que provocó las manifestaciones de las universitarias? La respuesta es simple, en un año de gatopardismos lo mejor es resolver el problema en el discurso con argumentos a modo (como todo en esta administración).
Marzo es nuestro mes, el de las mujeres, el de las universitarias con digna rabia que año con año salimos a las calles a manifestarnos de decenas de maneras y parece ser que una cuarentena volvió silencio el grito de justicia. No, Dr. Barrera Baca, no estamos conformes y no nos vamos a conformar tampoco, menos cuando aparecen perfiles de hombres que se cuelgan de un movimiento para ayudar a tapar las malas decisiones y actos de corrupción de una gran universidad que está herida desde hace mucho tiempo. Y no, aunque no estemos ahí protestando afuera de las instalaciones de Rectoría, si podemos manifestar por todos los medios legítimos nuestra desaprobación hacia una de las gestiones más misóginas que ha tenido la UAEMéx.
A todas las jóvenes universitarias, desde las pequeñas adolescentes de bachillerato hasta las que estamos en posgrados o recién entradas a las aulas como profesoras y administrativas, les pido no olvidar la lucha por la dignidad que cada vez se ha tornado más fuerte porque cada vez tenemos más fuerza en la unidad y con mucho esfuerzo seguimos tomando espacios públicos para que escuchen nuestras voces y argumentos. Les pido que no olvidemos tampoco a la amiga que reprobó por no acostarse con el profesor, a la que violaron en la “peda” y nadie le creyó, a la que amenazaron los directivos si seguía organizando las protestas, a la que fue despedida por denunciar a su agresor, a todas las que nos antecedieron para darnos material bibliográfico y enriquecer nuestro saber sobre los derechos que tenemos como seres humanos.
A todas y cada una de las universitarias les pido no olvidar a las desaparecidas, a las silenciadas, a las asesinadas así como tampoco olvidar esa sensación de impotencia al sentirse agredida en los salones por compañeros, profesores y administrativos. No olvidemos que la educación en nuestro país es un derecho y una fortuna y que es más grande la UAEMéx gracias a quienes hacen investigación, al alumnado destacado y a quienes trabajan cada día a pesar de los míseros sueldos. En marzo, mujer universitaria, escucha, esta también es tu lucha.
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Lic. Paulina Lemus Hernández
Columnista de El Sol de TolucaMaestrante en Estudios Latinoamericanos
Activista social
