/ martes 23 de marzo de 2021

¿What?

De los creadores de la rifa del avión sin avión y la campaña de vacunación sin vacunas, nos llega la enseñanza del idioma inglés por plataforma digital, sin maestros y, ¿por qué no? sin dispositivos electrónicos en las escuelas ni en los hogares.

Las ocurrencias y los austericidios que impulsa el gobierno federal y avala su mayoría legislativa en San Lázaro, afectan ya la calidad educativa de la niñez y la juventud mexicanas, pero también los derechos laborales de un magisterio que esperaba ser revalorado y no marginado.

Es el caso de los más de 8 mil docentes del Programa Nacional de Inglés (PRONI), que a lo largo del país subsisten en condiciones labores distintas a las descritas en la Constitución y en las Leyes Generales, sin ser reconocidos como lo que son: maestras y maestros frente a grupo, sino como “asesores externos especializados”, por lo que no cuentan con seguridad social, aguinaldo, pago de vacaciones, no generan antigüedad y sobre todo, no son considerados dentro del Sistema de Carrera.

Aunado a lo anterior, recordemos que en enero de 2019 se anunciaba una plataforma digital en la cual las y los niños aprenderían inglés sin que el maestro guía tuviera conocimiento del idioma, una acción que vulnera por partida doble el derecho a la educación: que sea de calidad y que reconozca la labor del magisterio.

Pese a ello, los recursos asignados al PRONI han ido en detrimento del 36% de las y los alumnos de escuelas públicas que aprendían inglés, ya que bajo los criterios de austeridad que de forma inexplicable Morena y su gobierno aplican a la educación pública, se redujo aún más la cobertura, pues pasó de casi 827 millones de pesos asignados en 2018, a cerca de 654 millones de pesos en este 2021.

Por tal motivo, en días pasados presenté una iniciativa en la Cámara de Diputados para que el PRONI sea implementado de forma homogénea en las entidades federativas, institucionalizándolo a través de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, lo que permitiría exigir la asignación puntual de recursos.

El aprendizaje del idioma inglés, además de ser una asignatura curricular obligatoria en México, es una herramienta indispensable para que las nuevas generaciones puedan acceder a mayores oportunidades educativas y laborales a lo largo de su vida y cumplir con el perfil de egreso establecido en la educación básica.

Escatimar recursos para su enseñanza en las escuelas públicas y no brindar las condiciones mínimas de certeza laboral para quienes imparten la materia, solo describe la falta de visión de un gobierno, su desprecio a la misma Constitución que reformó en 2019 y lo más grave: ensanchará nuestras de por sí profundas desigualdades como país.


*Diputada federal mexiquense.

@AnaLiliaHerrera.

De los creadores de la rifa del avión sin avión y la campaña de vacunación sin vacunas, nos llega la enseñanza del idioma inglés por plataforma digital, sin maestros y, ¿por qué no? sin dispositivos electrónicos en las escuelas ni en los hogares.

Las ocurrencias y los austericidios que impulsa el gobierno federal y avala su mayoría legislativa en San Lázaro, afectan ya la calidad educativa de la niñez y la juventud mexicanas, pero también los derechos laborales de un magisterio que esperaba ser revalorado y no marginado.

Es el caso de los más de 8 mil docentes del Programa Nacional de Inglés (PRONI), que a lo largo del país subsisten en condiciones labores distintas a las descritas en la Constitución y en las Leyes Generales, sin ser reconocidos como lo que son: maestras y maestros frente a grupo, sino como “asesores externos especializados”, por lo que no cuentan con seguridad social, aguinaldo, pago de vacaciones, no generan antigüedad y sobre todo, no son considerados dentro del Sistema de Carrera.

Aunado a lo anterior, recordemos que en enero de 2019 se anunciaba una plataforma digital en la cual las y los niños aprenderían inglés sin que el maestro guía tuviera conocimiento del idioma, una acción que vulnera por partida doble el derecho a la educación: que sea de calidad y que reconozca la labor del magisterio.

Pese a ello, los recursos asignados al PRONI han ido en detrimento del 36% de las y los alumnos de escuelas públicas que aprendían inglés, ya que bajo los criterios de austeridad que de forma inexplicable Morena y su gobierno aplican a la educación pública, se redujo aún más la cobertura, pues pasó de casi 827 millones de pesos asignados en 2018, a cerca de 654 millones de pesos en este 2021.

Por tal motivo, en días pasados presenté una iniciativa en la Cámara de Diputados para que el PRONI sea implementado de forma homogénea en las entidades federativas, institucionalizándolo a través de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, lo que permitiría exigir la asignación puntual de recursos.

El aprendizaje del idioma inglés, además de ser una asignatura curricular obligatoria en México, es una herramienta indispensable para que las nuevas generaciones puedan acceder a mayores oportunidades educativas y laborales a lo largo de su vida y cumplir con el perfil de egreso establecido en la educación básica.

Escatimar recursos para su enseñanza en las escuelas públicas y no brindar las condiciones mínimas de certeza laboral para quienes imparten la materia, solo describe la falta de visión de un gobierno, su desprecio a la misma Constitución que reformó en 2019 y lo más grave: ensanchará nuestras de por sí profundas desigualdades como país.


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