Las tradiciones refuerzan la identidad de los habitantes de un país, sin embargo en un mundo globalizado y con la participación de los medios de comunicación las influencias externas siempre están presentes lo que al final enriquece la autenticidad.
En México hay algunos productos que se consideran 100% de origen nacional pero no es así, lo que puede sorprender a más de uno.
El Día de Muertos no se podría considerar sin las calaveritas de azúcar, sin embargo el portal México Desconocido en su artículo titulado: Cosas que creías que eran mexicanas… y no lo son, refiere que los primeros en hacer figuras de alfeñique (palabra de origen árabe) fueron los italianos, quienes al visitar México durante el siglo XVII para hacer misiones heredaron la técnica al Nuevo Mundo.
Otro de los casos son la galleta María, su origen se remonta a Londres en 1874 y es un producto hecho Peek Freans para celebrar el matrimonio entre la Gran duquesa María Aleksándrovna de Rusia y el príncipe Alfredo I de Sajonia-Coburgo-Gotha.
No obstante su popularidad se extendió rápidamente a Europa pero su producción se dio en España durante la Guerra Civil (1935-1939), la cual pronto fue masiva gracias al abaratamiento del producto lo que hizo posible también su llegada a México donde rápidamente se colocaron en el gusto de la gente.
La salsa Tabasco es de origen estadounidense y fue creada en 1868 por Edmund McIlhenny, esta salsa tampoco se produce en México, la empresa encargada de ello es McIlhenny Company, quien la distribuye a todos los países del mundo donde se comercializa.
En en caso de los churros tienen un origen muy lejano, estas deliciosas frituras tienen sus antecedentes en China, este platillo nació en el país oriental bajo el nombre de youtiao, conocido en occidente como porra, no obstante a diferencia de nuestros churros que llevan canela y azúcar, el youtaia es salado.
El artículo también señala a la Rosca de Reyes y su relación con los los tamales del Día de la Candelaria, este pan no es 100% mexicano ya que fue traído por los españoles. Su origen es rastreable hasta la Europa medieval del siglo III.
