La contingencia sanitaria por Covid-19 en la entidad aplastó las ventas de rebozos artesanales en el municipio de Tenancingo, actividad de la cual decenas de familias obtienen ingresos para sobrevivir, entre ellas la del señor Jesús Zárate Escobar, quien desde hace más de 50 años se dedica a la confección de estas prendas tan características del sur de la entidad mexiquense.
Debido a que las ventas de estas elegantes prendas se desplomaron prácticamente en un cien por ciento, el artesano decidió confeccionar cubrebocas a partir del tejido que él mismo realiza en su hogar.
Tan sólo para la elaboración de un solo rebozo, se debe analizar la cantidad de hilos que llevará la pieza una vez concluida, pues de ello depende el tipo de fondo que tendrá como base y el dibujo que le dará vida.
En entrevista con El Sol de Toluca, el artesano destacó que la tela del rebozo es cien por ciento algodón, por lo que los cubrebocas que comenzó a elaborar a partir de esta tela, también lo son, sin embargo, a éstos se le agregan tres capas de peyón quirúrgico, con costura a máquina realizado por otra integrante de la familia.
“Desde el mes de marzo empezamos a no tener demanda de nuestro trabajo, y para abril no teníamos ninguna venta, y al ver que comenzó a surgir a demanda de los cubrebocas se nos ocurrió la idea de elaborarlos pero con tela artesanal, es decir, con la tela de nuestros rebozos”, mencionó el artesano.
Aún cuando reconoció que no se trata de una iniciativa propia, pues varios de sus compañeros artesanos de la región ya la habían adoptado, Jesús mencionó que esta actividad les ha dejado los recursos apenas suficientes para sobrevivir.
Distribución
Mientras que los rebozos artesanales de Jesús han recorrido distintas partes del mundo, los cubrebocas son únicamente comercializados en Tenancingo y en el municipio de Toluca.
“Han tenido una buena aceptación por la gente porque quieren cuidarse pero también verse diferentes, y eso es lo que nosotros como artesanos estamos promoviendo, el cuidado pero también la originalidad”.
Mientras que un rebozo tradicional se cotiza entre 450 y 600 pesos por pieza, también hay rebozos de diseño único se cotizan hasta en quince mil pesos, sin embargo, para la elaboración de los cubrebocas se utiliza el de corte tradicional.
Cada cubrebocas es ofertado a 45 pesos y los hay de distintos colores, como café, negro y blanco, azul y verde con café.
De un rebozo salen aproximadamente 26 piezas de cubrebocas para adulto, mientras que si son para niños salen unas piezas más.
“Los vamos cortando y haciendo conforme nos los van pidiendo. No nos gustarían que se nos quedaran porque es nuestro trabajo y de eso vivimos, de las piezas completas de un rebozo”, indicó el señor Jesús.
Al concluir la entrevista con este diario, el artesano hizo un llamado a la población a no olvidarse de su sector y que les compren su mercancía, pues en la mayoría de los casos, no cuentan con un ingreso adicional que les ayude a sobrevivir.
