/ lunes 3 de septiembre de 2018

Sofía Hernández promueve el arte contemporáneo a nivel mundial

A principios de este año llegó Sofía Hernández Chong Cuy a Róterdam con pocas maletas, pero muchas ideas, planes e ilusiones para colaborar con el Centro de arte contemporáneo Witte de With (WdW) como su directora.

Desde que abrió sus puertas (1990), ésta es una institución importantísima en el ámbito cultural a nivel mundial, ya que ahí se han llevado a cabo muchas exposiciones relevantes e innovadoras que han cambiado la historia del arte y han dado visibilidad a muchos artistas.

De inmediato Sofía puso manos a la obra aprovechando su vasta experiencia y amplia red de contactos que llega a todos los rincones del planeta. Y es que ha sido directora del Museo Tamayo de la Ciudad de México (2009-2010), comisaria - curadora de arte contemporáneo de la Colección Patricia Phelps de Cisneros (2011-2017) en Nueva York, directora artística y curadora en jefe de la 9a Bienal do Mercosul en Porto Alegre, Brasil en 2013, así como curadora invitada en diversos centros de arte en París, Nueva York y Buenos Aires, entre otros.

Es una mujer apasionada por el arte contemporáneo y comprometida con su vocación, que la ha llevado de su Mexicali natal (1975) a recorrer el mundo apoyando y promoviendo artistas que hoy están conectando a la sociedad con las distintas realidades y valores de nuestro entorno.

Un gran cambio que realizó Sofía ya como directora del WdW se da en la planta baja: la abrió al público, sin costo. Grandes ventanales conectan la calle con el interior, así que quien se sienta atraído puede entrar y ver las muestras temporales que ahí se exponen. Para empezar, unas sillas de bejuco, producidas en Oaxaca por el artesano Adrián López para el artista alemán Manuel Raeder, invitan a sentarse a leer y aprender.

Las primeras exhibiciones del WdW bajo su dirección estuvieron abiertas de mayo a agosto: Teresa Margolles (México) e Irene Kopelman (Argentina) con sendas exposiciones individuales, y Susana Mejía (Colombia), Pamela Rosenkranz (Suiza) y Anicka Yi (Corea del Sur-EUA) en una muestra colectiva. Para crear sus proyectos artísticos, todas combinaron el trabajo de campo con otros tipos de investigación plástica, técnica y bibliográfica.

Ahora están en preparación otras tres exposiciones, que se inaugurarán el 9 de septiembre. Sofía se ve como pez en el agua mientras supervisa el montaje y habla con los artistas. Su trato suave, pero conocedor, le ha ganado el respeto de su equipo de trabajo. Está feliz con este nuevo reto y disfruta de su vida en Holanda.


Desde que abrió sus puertas (1990), ésta es una institución importantísima en el ámbito cultural a nivel mundial, ya que ahí se han llevado a cabo muchas exposiciones relevantes e innovadoras que han cambiado la historia del arte y han dado visibilidad a muchos artistas.

De inmediato Sofía puso manos a la obra aprovechando su vasta experiencia y amplia red de contactos que llega a todos los rincones del planeta. Y es que ha sido directora del Museo Tamayo de la Ciudad de México (2009-2010), comisaria - curadora de arte contemporáneo de la Colección Patricia Phelps de Cisneros (2011-2017) en Nueva York, directora artística y curadora en jefe de la 9a Bienal do Mercosul en Porto Alegre, Brasil en 2013, así como curadora invitada en diversos centros de arte en París, Nueva York y Buenos Aires, entre otros.

Es una mujer apasionada por el arte contemporáneo y comprometida con su vocación, que la ha llevado de su Mexicali natal (1975) a recorrer el mundo apoyando y promoviendo artistas que hoy están conectando a la sociedad con las distintas realidades y valores de nuestro entorno.

Un gran cambio que realizó Sofía ya como directora del WdW se da en la planta baja: la abrió al público, sin costo. Grandes ventanales conectan la calle con el interior, así que quien se sienta atraído puede entrar y ver las muestras temporales que ahí se exponen. Para empezar, unas sillas de bejuco, producidas en Oaxaca por el artesano Adrián López para el artista alemán Manuel Raeder, invitan a sentarse a leer y aprender.

Las primeras exhibiciones del WdW bajo su dirección estuvieron abiertas de mayo a agosto: Teresa Margolles (México) e Irene Kopelman (Argentina) con sendas exposiciones individuales, y Susana Mejía (Colombia), Pamela Rosenkranz (Suiza) y Anicka Yi (Corea del Sur-EUA) en una muestra colectiva. Para crear sus proyectos artísticos, todas combinaron el trabajo de campo con otros tipos de investigación plástica, técnica y bibliográfica.

Ahora están en preparación otras tres exposiciones, que se inaugurarán el 9 de septiembre. Sofía se ve como pez en el agua mientras supervisa el montaje y habla con los artistas. Su trato suave, pero conocedor, le ha ganado el respeto de su equipo de trabajo. Está feliz con este nuevo reto y disfruta de su vida en Holanda.


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