Fernando Cano busca generar gran parte de su obra en Toluca

Toluca, México.- Proveniente de una familia de artistas, Fernando Cano Miranda es un joven muralista que busca plasmar su obra en Toluca, ciudad que asegura tenerle “mucho cariño”.

Desde los 14 años de edad hasta la actualidad, con 26 años, Fernando ha plasmado sus murales en museos, domicilios particulares, instituciones educativas y espacios independientes que se dedican al fomento de la cultura y el arte.

Para Fernando, la habilidad de crear arte no fue un problema, puesto que desde la infancia recuerda haber visitado los talleres de su abuelo, Fernando Cano Cardozo, así como también de otros artistas, teniendo la oportunidad de conocer los procesos creativos, múltiples técnicas, principalmente la escultura; al igual que los materiales y la actitud de los artistas en su cotidianidad, factores que asegura, formaron su “actuar en el arte”.

“Recuerdo mucho visitar la casa de mi abuelo, que es escultor, me fascinaba porque está llena de esculturas monumentales; su patio está lleno de esculturas de hierro forjado, principalmente siluetas de mujeres. Ir de niño a una casa así era genial porque podía jugar de mil maneras, imaginaba que las piezas eran parte de las historias que recreaba a la hora de jugar”.

Fernando asegura que el dibujo y la pintura es una forma de expresión inmediata y libre; dedicarse a ella y no a la escultura, como su abuelo, “fue un acto de rebeldía”.

“La escultura es exacta, para mí, el dibujo me permite experimentar por mi cuenta y en ella encuentro mucha más libertad. Además, desde niño pensé que quería dedicarme a algo en dónde no tuviera un punto de comparación, algo en el que pudiera cimentar mi propio estilo, con la escultura siento que siempre habría esa comparación con la obra de mi abuelo”.

 

A pesar de ello, Fernando expresó su inquietud por incursionar en la escultura, debido a su gusto por el volumen y cómo funciona éste en la realidad; característica similar al muralismo.

Aunque desde pequeño, siempre estuvo en contacto con el arte, no fue sino hasta los 14 años que descubrió su vocación por el dibujo, debido a que formó parte de un taller de cómic. Un año después, incursionó en el grafiti y continuó hasta los veintitrés años. Su primer acercamiento con ésta expresión urbana fue a través de una revista especializada, después con dibujos burdos en sus libretas y finalmente con murales elaborados con aerosoles de colores.

“El grafiti te pide solo que seas auténtico en tu estilo; no te pide que seas exacto en las técnicas ni esperar que le agrade a alguien más, considero que es uno de los artes más libres, porque puedes deformar letras o figuras a tu gusto, y no está mal, al contrario, se reconoce más” refirió.

 

Bajo el pseudónimo “Berde”, Fernando plasmó letras y caracteres en espacios abandonados, para posteriormente transitar al muralismo en 2012, con una obra en la calle de Villada, en la capital mexiquense. El mural para Fernando fue un nuevo reto a vencer, pues asegura, simbolizó plasmar sus dibujos en la calle con la intención de crear una significación en el entorno a partir de elementos que agradaran al espectador.

Después de casi una década inmerso en la técnica del grafiti y con casi treinta “pintas”, Fernando continuó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Toluca, en dónde conoció nuevas técnicas pictóricas y conceptos, piedras angulares de su desarrollo como muralista mexiquense.

“Desafortunadamente no concluí mis estudios en esa escuela, pero si quería seguir pintando y tenía la certeza que me gustaba pintar en la calle. Apelé al apoyo de las instituciones, en este caso el Instituto Municipal de la Juventud Toluca, quienes en noviembre del 2012, me apoyaron con material y un espacio para plasmar mi primer mural”.

Recordó que su primera obra como muralista se realizó a unos pasos del IMJ. En entrevista con este diario, dijo sentirse satisfecho con el resultado, puesto que utilizó técnicas tradicionales (pinturas acrílicas y pinceles), mismas que aún hasta la actualidad, se aprecian en sus murales.

La obra de “Fer Cam”, pseudónimo que adoptó como muralista, se caracteriza por adaptarse a los diferentes espacios de la ciudad. Desde murales contestatarios hasta temáticas que fomentan el valor del arte, la creatividad, el conocimiento, la condición humana, el cuidado del medio ambiente y los valores sociales, el artista espera continuar llevando su arte a las diversas comunidades del Estado de México.

En cuanto a sus planes a futuro, Fernando aseguró que desea continuar desarrollándose como muralista, con propuestas más grandes, en lugares más visibles y sobre todo, continuar experimentando con diferentes técnicas pictóricas.

Debido al gran cariño que Fer Cam le tiene a Toluca, expresó tener el deseo de generar gran parte de su obra en la capital mexiquense, además de combinar su trabajo con las nuevas tecnologías multimedia, que abren nuevas puertas para la apreciación del arte.

Hizo referencia al “time lapse” o cámara rápida, técnica utilizada para mostrar diferentes motivos o sucesos que por lo general suceden a velocidades muy lentas e imperceptibles al ojo humano. Esto con el principal objetivo de resaltar el proceso del arte, que el observador desconoce.

“Me gustaría utilizar estas nuevas técnicas para compartir el proceso y que sea parte de la misma obra, en general me gustaría enfocarme en pintar espacios cada vez más grandes”.

En otro tema, Fernando hizo evidente la “ausencia de arte en Toluca”, no por falta de talentos o artistas, sino por distintos factores tales como “la brecha generacional, la distinción de artistas con trayectoria y artistas emergentes, artistas con estudios académicos, recién egresados y autodidactas” y la falta de disposición en instituciones culturales para exponer la obra de artistas emergentes.

Reconoció que es necesaria la apertura de espacios para exponer arte, pues a pesar de que Toluca cuenta con veinticuatro museos, posicionándose como la segunda ciudad en México con mayor cantidad de museos, en muchos de estos espacios “no hay mucha disponibilidad para exponer, función que adoptan espacios independientes”.

“Hay mucho talento” continuó, “pero no hay mucha compartición ni disposición de espacios públicos para exhibición, factor que también influye en la fragmentación de la comunidad artística”.

Finalmente, invitó a la comunidad a apreciar y fomentar el arte en Toluca; “muchas veces, como artistas, nos detenemos de expresarnos a través del arte porque no encontramos espacios para ello. Si alguna persona pudiera donar una pared o materiales para que muralistas como yo puedan aprovecharlo y que así, continúe este flujo cultural en nuestra ciudad”.