Toluca, México.- Hasta el tres de mayo de este año, la obra “Rojo 40”, del artista plástico Gabriel Garcilazo permanecerá abierta al público. La colección comprendida por doce piezas, se encuentra en el Museo Universitario “Leopoldo Flores” y es la primera seleccionada de la décimo tercera convocatoria de “Arte abierto, arte para todos”.
Durante la ceremonia inaugural, el rector de la máxima mexiquense hizo entrega del reconocimiento y el premio a la convocatoria “Arte abierto, arte para todos” al artista Gabriel Garcilazo, quien más tarde en entrevista con este diario impreso, dijo sentirse satisfecho al ver la culminación de este proyecto.
Previo al recorrido inaugural, el artista puntualizó que este proyecto surgió a partir de una revisión de archivos documentales de la alquimia medieval, de los cuales, se apropió y reconfiguró para hablar de la química actual de los alimentos, en la comida procesada, específicamente.
“Al recrear estos documentos históricos, lo que planteo es crear una visión con la apariencia de una nueva doctrina donde las búsquedas legendarias de la alquimia para encontrar la piedra filosofal ahora lo son para descubrir sabores artificiales o conservadores más potentes”, apuntaló.
El artista hizo referencia al “simulacro hiperrealista” del filósofo Jean Baudrillard y cómo los alimentos “se vuelven una simulación vacía, pero más real que lo real.“La comida se vuelve homogénea, sin errores ni diferencias, buscando una perfección que no es natural pero que ya aceptamos como normal. Todo esto siendo parte de una monopolización de la cultura alimentaria”.
En “Rojo 40”, el espectador podrá apreciar piezas basadas en documentos como el manuscrito de alquimia “Aurora Consurgens”, que el artista re configura para desglosar los quince ingredientes del “pan bimbo”.
La obra titulada “La torre de los misterios” está basada en la estructura de un torreón medieval. El artista construyó ladrillos de madera haciendo una mezcla entre una tabla de símbolos herméticos y de alquimia de un libro de 1692, junto con los códigos de más de 350 aditivos que se usan en la comida procesada. “La torre es una metáfora que ve a la comida procesada como un símbolo de poder”, puntualizó.
Otra pieza que sin duda captará la atención del observador es la tabla esmeralda, que representa el secreto alquímico del fuego y que en la exposición, describe los ingredientes químicos de un “hot dog”. El artista declaró que esta pieza está basada en un grabado que data de 1606, del alquimista Henrik Cunrad.
Finalmente, Alfredo Barrera Baca, rector de la UAEM, coincidió con las autoridades que presidieron el acto inauguran en que la obra de Garcilazo “tiene como finalidad compartir la visión de un producto artístico visual contemporáneo con la sociedad y de la comunidad universitaria que contribuye a una ciudadanía universal”.