La Dra. Yadira Calvo, protagonista indiscutida del trabajo intelectual costarricense, publica en Editorial Costa Rica La mujer, víctima y cómplice (primera edición en 1981); estudio contradictorio como ningún otro porque el estilo es ameno y el impacto de lectura, perturbador.
Aprendió a leer casi de forma autodidacta a semejanza de Juana Inés de Asbaje. Desde sus primeros años sintió atracción por la fuerza de las palabras, ha sido fiel desde ese encuentro con la letra escrita, hasta dedicar su vida profesional a la filología, enfocada en la enseñanza secundaria y universitaria, además de preparar, a lo largo de su trayectoria profesional, varios estudios publicados sobre el malestar, personal y colectivo, de la mujer y algunos hombres costarricenses.
Recibió el Premio Magón, máximo reconocimiento cultural de Costa Rica, porque su obra ensayística es profundamente transformadora y, por lo tanto, política. La primera publicación de este libro, sus reediciones y reimpresiones, provocaron desde el principio, conmoción en el país centroamericano, pero, este análisis a partir de su sociedad, puede aplicarse perfectamente a la mexicana casi a punto de iniciar la segunda década del siglo XXI; a casi cuatro décadas de esa primera edición… ¿cuánto hemos avanzado?
Yadira Calvo tiene la cortesía de quien domina sus temas y desea invitar a otros hasta sus reflexiones, su obra tiene un estilo claro y comprensible, se aleja voluntariamente de complicaciones innecesarias, expone lo que en realidad es una persecución sin tregua desde el principio de la Historia hasta nuestros días.
Aparentemente, la historia es cíclica y tiende a repetirse, me refiero al decreto universal de la subordinación de la mujer. Calvo estudia en este libro la evolución de esa relación, mujer/hombre. El afán incontenible de dominación es revisado con rigor, este desfile de nombres inicia con los filósofos griegos, los padres de la iglesia y los “educadores”, cada uno aporta su justificación para “la natural inferioridad de la mujer”, hasta los personajes creados por un hombre de sonrisa eterna, Walter Disney, convocan el análisis de esta investigadora. Yadira Calvo estudia este aspecto en apariencia inocente, pero refuerza con éxito extraordinario los roles asignados, son los personajes nacidos en los estudios de animación desde la década de los treinta del siglo pasado.
Disney asigna los valores deseables como la inteligencia, capacidad, valentía y mando en ellos; los personajes femeninos invitan a las niñas a aspirar al modelo de mujer sumisa, hermosa, joven, amable y pasiva. Las transgresoras de Disney son brujas —feas y malas—, es decir, indeseables aún para el público infantil.
A manera de conclusión. ¿Complemento del hombre? La mujer era definida con base en esa relación: hija, hermana, esposa y madre; el panorama social y cultural mexicano cambia cada día, ahora ella es médica, abogada, periodista, piloto de avión, astronauta o artivista (la mujer que dedica su arte a la sensibilización pública), profesora, investigadora y, además, es esposa o no, madre o no. Te invitamos a leer a Yadira Calvo, sus libros están disponibles en e-books.
“Es el oprimido el que está obligado a luchar por su liberación puesto que nadie cede de buen grado sus privilegios”.