Leer no es equivalente a un ejercicio disciplinario y mucho menos de tortura. Un libro debe ser interesante para ser leído, disfrutado y recomendado. Mujer en papel, Memorias inconclusas de Rita Macedo es además de interesante, un libro muy honesto y generoso, lejos de derrumbar ídolos solo los regresa a su dimensión humana.
Mujer en papel ha tenido cuatro ediciones y ha sido Libro del Año desde su debut en 2019, es decir, ha sido uno de los libros más leídos en 2020, 2021 y lo será este 2022. Un logro que no han tenido los textos de su papá, textos experimentales hasta límites casi ilegibles cuando menos para mí. Los de él textos incluidos en planes de estudio…pero no disfrutados. ¿Quién lo hubiera imaginado? La hija supera al padre, su libro es magnífico.
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Claro, las críticas a Mujer en papel también son interesantes: “no faltan la infidencia ni la maledicencia”, ni “los deslices sintácticos”, tampoco es “un libro de literatura, es de memorias” (como si las memorias “femeninas” no fueran literatura), “es un libro triste, lleno de culpas”, “ajuste de cuentas de una hija abandonada”. ¡Para nada! Mujer en papel es un libro de dos mujeres, madre e hija, de su gran amor y de lo difícil de su relación.
Este año, el próximo 6 de diciembre, se cumplirán treinta años del suicidio de Rita Macedo. Cuenta Cecilia Fuentes que Mujer en papel tuvo una gestación de esas mismas tres décadas. Desde el mismo día en que la actriz mexicana salió de su casa en Galeana, en San Ángel para dispararse dos veces, porque no murió con el primer disparo, hasta que su hija tuvo el libro en sus manos.
Como toda escritura, Mujer en papel fue para Cecilia Fuentes Macedo un libro terapéutico y catártico, por fin encontró a su verdadero papá y de paso, valoró más a su mamá. Ahora los tres están en paz y nosotras tenemos un libro para leer y releer y tal vez, animarnos a escribir nuestra propia biografía familiar.