Las trompetas del contingente deportivo militarizado universitario sonaron al interior de la Galería universitaria "Fernando Cano", en su interior ya se encontraban amigos, familiares, alumnos y miembros de la comunidad artística y universitaria de Toluca para darle el último adiós al "escultor de fuego" Fernando Cano Cardozo, quien dejó esta tierra el pasado miércoles 6 de junio.
En féretro llegó al lugar en medio de un ambiente silencioso, los uniformados del contingente deportivo colocaron el emblema verde y oro de la autónoma mexiquense y rindieron guardia junto a la caja, la comunidad y amigos despedían a su Doctor Honoris Causa y al artista dos veces presea del Estado de México, quien dedicó cuerpo y alma a su gran pasión: la escultura.
Las primeras palabras estuvieron a cargo de su hijo mayor Fernando Iván que expresó lo orgulloso que se siente de su padre y su legado, del cariño que siempre le profesaron sus amigos y el reconocimiento del público mexiquense.
Luego tocó el turno a su hijo menor, Juan Ignacio Cano, quien permitió que su esposa leyera el texto que él había preparado, a manera de anecdotario breve y sentido compartió con los asistentes el hombre sencillo y generoso que era su padre, su pasión por los animales, sus pasatiempos con sus hijos y el cariño a su profesión.
Marthel Cano, esposa del escultor compartió emotivos recuerdos de su compañero de vida, con quien dijo ella, hizo equipo por más de treinta años, narró parte de su historia de vida, de sus momentos de amor y de su trabajo artístico aún en los últimos días de su existencia.
El rector de la Universidad Autónoma del Estado de México cerró este homenaje, con un emotivo discurso, "Hemos perdido a una persona inmejorable en su amistad, don de gente, ejemplo de vida, mexiquense excepcional, autor de cientos de forjas surrealistas diseminadas por instituciones de educación y cultura, por espacios públicos y privados, obra donde se combina la intensa energía del escultor y la sutil elegancia del poeta, nuestra comunidad se lamenta por esta perdida irrecusable de un compañero ejemplar".
Al término de la ceremonia, el cuerpo de Fernando Cano salió de la Galería Universitaria rumbo al panteón general de esta ciudad, donde fue sepultado alrededor de las 15:00 horas.