Se cumplieron 173 años de la defensa del Colegio Militar ante la invasión norteamericana, los alumnos participaron valientemente en el resguardo del plantel, muy conocidos son los nombres de los cadetes que perecieron, pero muchos otros resultaron heridos, además de 37 alumnos de fila, uno de ellos cayó herido hacia el jardín botánico: Ramón Rodríguez Arangoiti.
Nombre muy conocido en Toluca, pues fue quién, como arquitecto, dejó amplia huella con sus obras: Palacio Municipal, Palacio de Gobierno -hoy Tribunal Superior de Justicia-, proyecto de la Catedral y casa de los hacendados Barbabosa, entre otras.
Rodríguez nació en 1830; después de aquella acción estudió arquitectura en la Academia de San Carlos; hoy no nos ocuparnos de su profesión, resaltaremos su valiente papel como defensor de México.
La obra titulada: “Los Recuerdos de la invasión norteamericana (1846-1848), por un joven de entonces”, proporciona importantes datos. Quién escribió ese libro fue José María Roa Bárcena, nacido el 3 de septiembre de 1827 en Jalapa, Veracruz.
A los 26 años Roa se dirigió a la Ciudad de México; como todo joven talentoso se comprometió con un ideal; su formación familiar le indujo a incorporarse al partido conservador.
Jiménez Rueda dice qué: Roa, a su manera, fue un patriota a pesar de haber servido al Imperio y que fue reconocido por liberales como Justo Sierra, Francisco Sosa y José María Vigil.
El libro antes citado, referente a la invasión, apareció en 1882, justamente el año en que murió Ramón Rodríguez Arangoiti.
La versión de Roa asienta dos hechos importantes, uno, que Scott, del ejército invasor, decía que el primer paso era tomar Chapultepec, cerro aislado de gran elevación, extremadamente fortificado en su base, pendiente y altura; además allí estaba el Colegio Militar con gran número de subtenientes y otros alumnos, por lo que era muy importante tomar por asalto ese fuerte.
El otro hecho es qué, por su parte, el general de División Nicolás Bravo quién tenía el mando de la fortaleza y se le había dado orden de devolver al general Simón Ramírez los cuerpos pertenecientes a su brigada que estaba en Chapultepec, un día antes le decía el Ministro de Guerra lo siguiente:
“Con la falta de estos cuerpos, este punto queda con solo los de Toluca y 10º, y una pequeña fuerza de Querétaro, apenas suficientes para cubrir sus guardias, y por lo mismo, no sería posible que se separe ninguna fuerza de ellos en adelante, lo que creo de mi deber advertir oportunamente á V.E.”.
La advertencia de Bravo, de que con la tropa que tenía era imposible hacer la defensa, no tuvo eco, parte de su gente desmoralizada desertó en la noche del 12 de septiembre, debilitándose aún más la guarnición.
El resto de la historia es conocida.
Al pie del cerro fue construido un hermoso monumento con los nombres de las víctimas, su autor: el arquitecto Ramón Rodríguez Arangoiti.
*Cronista municipal de Toluca y miembro de AMECROM y ANACCIM.