Este sábado 21 de septiembre se celebra el Día Nacional de la Lucha Libre, deporte que desde hace muchos años ha sido un referente de la cultura mexicana a nivel internacional debido al colorido de los trajes y máscaras de los gladiadores.
Justamente este último artículo ha sido de vital importancia para los luchadores ya que para muchos, el anonimato, es uno de los puntos en donde radica la magia de este deporte.
¿Cómo surgen?
De acuerdo el artesano Pedro Rosas en una entrevista para Think Tank, las primeras máscaras fueron elaboradas por zapateros que utilizaron diversos materiales como piel de res o ternera, similar al que utilizaban para el calzado sin embargo, debido al material con el que se realizaban, los gladiadores debían mojarlas antes de subir al cuadrilátero para que se amoldaran mejor a la forma de su cabeza.
Con el paso de los años se le fue agregando tela de color a la piel para darle los toques característicos de cada luchador, siendo El Santo y su tradicional aspecto plateado, un pionero en esta actividad.
Posteriormente los materiales de fabricación cambiaron hasta que el poliéster sustituyó a la piel. Debido a la flexibilidad del material se les pudo dar un mejor acabado por lo que hoy en día varios elaboradores de tapas las realizan con licras.
Al respecto Pedro Rosas señaló que dicho material es menos resistente por lo que, en los últimos años, la identidad de los enmascarados ha estado más expuesta.
Durabilidad
Diversos trabajadores en el ambiente señalan que en promedio se pueden tardar hasta dos días en elaborar una máscara profesional, cuidando cada detalle al gusto de los luchadores y las medidas de su cabeza.
Asimismo destacaron que estos artículos tienen un periodo de vida de cinco meses con un uso rudo y constante, por lo que sus costos están cerca de los mil 500 pesos.
