El 19 de abril de 1967 Kathrine Switzer se convirtió en la primera mujer en participar oficialmente en un maratón y pudo romper una de las barreras más simbólicas de la discriminación de género en la competencias deportivas.
Sin embargo además de la fecha y el nombre hay un elemento más que hace que ese momento sea histórico para las mujeres, 261 fue el número que portó en el pecho durante la competencia que se realizó en Boston, el cual pasó a tener un significado importante en la equidad de género en el deporte y demostrar que no había límites.
En ese entonces las mujeres tenían prohibido participar en cualquier carrera por encima de los 800 metros de distancia porque se consideraba peligroso para su salud y su feminidad, se pensaba que podían sufrir un desprendimiento del útero, desarrollar enormes piernas y que le podía salir pelo en el pecho.
Es por eso que su sola presencia en el maratón generó un revuelo inusual hasta el punto que fue perseguida durante la carrera por los fotógrafos y acosada por los periodistas, pero que inmortalizaron su hazaña sobre todo cuando fue atacada por el director de carrera Jock Semple, de acuerdo al artículo publicado por la BBC News Mundo con el título: Por qué el 261 se convirtió en uno de los números más emblemáticos de las mujeres en el deporte.
El ataque y la atención que estaba recibiendo contribuyó a que Switzer cruzara la línea de meta después de 4:20:00, aunque la intención inicial era únicamente participar, con el paso de los kilómetros se dio cuenta que si no terminaba nadie creería que las mujeres podían correr.
Después de la hazaña logró ganar el maratón de Nueva York en 1974, un año después quedó en el segundo lugar en el de Boston con un tiempo de 2:51:37 y como activista fue una de las impulsoras de la campaña para incluir la maratón femenina en los Juegos Olímpicos, que logró a partir de Los Ángeles en 1984.
Ha sido esa motivación la que le ha permitido seguir adelante con el movimiento que ella misma fundó, el 261 Valiente, organización que se enfoca en la sensación de poder que brinda el correr a las mujeres.