/ viernes 1 de noviembre de 2019

Asesinos seriales II: Cuando la realidad y el terror superan la ficción

Historias de algunos personajes que parecieran no tener ninguna de las emociones básicas que puede experimentar un ser humano


El deseo de probar la sangre humana es irracional y aunque se crea que solo se observa en las típicas historias de terror presentadas en la gran pantalla, hay historias en la vida real que fácilmente superan a la ficción.

Es por eso que en esta ocasión mostraremos algunos de los asesinos seriales más impactantes en la historia mismos que, a pesar de los años, continúan presentes en el imaginario colectivo e incluso han servido de inspiración para escribir novelas o hacer series, películas y documentales.

La Condesa Sangrienta (Hungría)

La obsesión por encontrar la juventud eterna puede llevar a algunas personas a cometer actos impensables. Erzsébet Bárthory es el mejor ejemplo de ello, pues su búsqueda llena de crímenes y asesinatos la convirtieron en La Condesa Sangrienta.

Sobrina del príncipe de Transilvania y rey de Polonia, Erzsébet pertenecía a la nobleza húngara. Culta, hermosa, rica y joven, era un excelente partido para cualquier noble que quisiera desposarla. Y así fue cuando a los 15 años contrajo nupcias con Ferenc Nadasdy, un fiero conde que pasaba gran parte de su vida batallando contra los otomanos.

Tanto Ferenc como Erzsébet compartían una extraña afición por violentar y castigar a las sirvientas del castillo, ideando siempre nuevas formas de tortura. Golpeaba a la servidumbre con pesados mazos o martillos, las encerraba por días o les clavaba agujas debajo de las uñas.

Todo era un deleite para Erzsébet, quien tenía una fuerte atracción sexual por las mujeres, y en ausencia de su esposo seducía a las jóvenes del castillo para satisfacer sus requerimientos. Las chicas que se prestaban inicialmente se asustaban por las sádicas prácticas sexuales de Erzsébet que se caracterizaban por estar llenas de golpes, sangre y laceraciones.

No fue sino hasta la muerte de su marido en 1604 que la condesa daría rienda suelta a sus más oscuros deseos. Al morir Ferenc, Erzsébet tenía 44 años, edad que en aquella época era sinónimo de la vejez.

Como resultado de esto y en su obsesión por mantenerse joven y bella, la condesa, con ayuda de una bruja, adecuaron los sótanos del castillo como una cámara de tortura donde llevaban a cabo ritos satánicos y de magia negra, orgias con mujeres, torturas, homicidios y canibalismo.

La condesa disfrutaba beber y sumergirse en bañeras repletas de la sangre de chicas jóvenes, preferentemente vírgenes, debido a que creía que el vital líquido detendría su vejez.

Su locura por conseguir la juventud eterna no terminó con eso sino que también se pudo comprobar que Erzsébet llevaba un conteo de sus víctimas en su diario personal, mismo que demostró que, hasta el día de su detención en 1612, contabilizó 612 víctimas.

Tras ser denunciada por un sacerdote, Erzsébet fue sentenciada a la guillotina, sin embargo hizo valer sus títulos nobiliarios para reducir su condena de muerte a una de confinamiento solitario de por vida.

Finalmente murió encerrada en 1614 a los 54 años de edad pero, para desgracia suya, el pueblo no permitió que fuese enterrada en tierras sagradas motivo por el cual su cuerpo se perdió en una cripta a las afueras de la región.

El vampiro de Düsseldorf (Alemania)

Los hechos alrededor de sus crímenes estaban tan torcidos y repletos de crueldad que era imposible siquiera determinar un patrón o móvil plenamente establecido.

Peter Kürten, el verdadero nombre de este asesino, gozaba por degollar, violar, tijerear y coser a sus víctimas aunque en algunos casos también las molía a golpes con un martillo. Tras este tipo de torturas a muchas de sus víctimas les sorbía la sangre daba igual si eran mujeres, niñas u hombres.

La brutalidad de este personaje era innata ya que a la corta edad de nueve años realizaría algunos de sus primeros asesinatos como el hecho de ahogar a dos de sus amigos mientras se bañaban en el río Rin. Asimismo y luego de cometer crímenes intercalados se inició en el mundo de la tortura, la violación y el asesinato de perros abandonados, mismos que eran conseguidos por medio de su trabajo en una perrera local.

La histeria de los ciudadanos de Düsseldorf se desató con mayor fuerza en el año de 1929, cuando Kürten mató a una mujer y cuatro niñas de cinco, ocho y catorce años. La historia continuó el 29 de agosto de ese año cuando, tras asesinar a una niña de cinco años, envió un mapa para encontrar la tumba del cuerpo a un periódico local.

Sin embargo un año más tarde dejaría con vida a una de sus víctimas sexuales, quien no dejó escapar la oportunidad para delatarlo y facilitar su aprehensión.

Como resultado de varias investigaciones este asesino fue condenado a la guillotina en 1931, poniendo fin a su reinado de terror en Alemania; aunque sus últimas palabras fueron: "Dígame, cuando me hayan decapitado ¿podré oír siquiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?... sería el mayor placer, para terminar todos mis placeres”.

El Vampiro Tucumano (Argentina)

Su comportamiento no respondía al fanatismo por la obra de Bram Stoker, sino más bien a un diagnostico de esquizofrenia que lo acompañaba desde la niñez y que nunca tuvo tratamiento.

Sufría de delirios y alucinaciones sentía atracción sexual hacia la sangre, hecho que lo llevó a matar a 15 mujeres.A los 18 años de edad cometió su primer crimen, al colarse por la ventana de una desprevenida mujer en una noche calurosa.

El terrible hecho lo realizó golpeando fuertemente a la chica con un palo para luego morder su cuello sin cesar hasta provocar una gran hemorragia que saciara su sed. El placer que le provocaba beber el líquido que emanaba lo llevaba al orgasmo, luego de calmar sus instintos las dejaba morir desangradas.

En un lapso de siete años asesinó a quince mujeres sin discriminar edad, raza o clase social. Al actuar protegido por la oscuridad de la noche Fernández, se salió con la suya hasta que la policía detecto la cercanía de sus viviendas con la de las víctimas.

Tres meses después de su último asesinato, en febrero de 1960, se logró su captura y confesó todos los crímenes. Finalmente, lo encerraron en una institución psiquiátrica lugar en el que murió 8 años más tarde.

La Familia Manson (EUA)

Charles Milles Manson era el nombre del fundador de La Familia Manson, una comunidad sectaria que se encargó de poner de cabeza el glamour y la tranquilidad que aparentaban las vidas de las estrellas de Hollywood.

Con una personalidad carismática y elocuente, a través de un discurso supremacista, religioso y distorsionado (posiblemente por el abusos de las drogas y los traumas de la infancia) Charles Manson lograba convencer a hombres y mujeres de unirse a su comunidad bajo la promesa de encontrar la tan ansiada libertad que la sociedad de aquel entonces les negaba.

Su estilo de vida se caracterizaba por la promiscuidad de sus integrantes con la cabeza de la familia, abuso de LSD, violencia y chantaje emocional. Dentro de este sistema Charles tenía el control absoluto de los pensamientos y actos de los miembros de la secta, adorándolo como líder y siguiendo sus órdenes sin cuestionarlo.

Fue así como la noche del 8 y 9 de agosto de 1969 algunos de sus fieles seguidores le mostraron su lealtad a través de actos que quedarían plasmados en la memoria del país.

La historia oficial cuenta que tan sólo bastaron 48 horas para consumar poco menos de una década de liberalismo y pacifismo que caracterizó al movimiento hippie a finales de los años 60. ¿La razón? Siete vidas cobradas a manos algunos miembros de La Familia Manson, entre las cuales destaca la actriz Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polanski, quien tenía 8 meses y medio de embarazo.

Curiosamente y a pesar de que ni una sola gota de sangre manchó las manos de Manson, él sería recordado como el actor principal de la oscuridad que vino a silenciar y condenar por siempre a la contracultura hippie.

En 1971 fue condenado a muerte aunque le sería conmutada por cadena perpetua en 1972. Los autores materiales de las matanzas también fueron condenados a cadena perpetua y a diferencia de Manson, quien permaneció estoico hasta el día de su muerte en noviembre de 2017, sus seguidores expresaron su profundo arrepentimiento años más tarde.


El deseo de probar la sangre humana es irracional y aunque se crea que solo se observa en las típicas historias de terror presentadas en la gran pantalla, hay historias en la vida real que fácilmente superan a la ficción.

Es por eso que en esta ocasión mostraremos algunos de los asesinos seriales más impactantes en la historia mismos que, a pesar de los años, continúan presentes en el imaginario colectivo e incluso han servido de inspiración para escribir novelas o hacer series, películas y documentales.

La Condesa Sangrienta (Hungría)

La obsesión por encontrar la juventud eterna puede llevar a algunas personas a cometer actos impensables. Erzsébet Bárthory es el mejor ejemplo de ello, pues su búsqueda llena de crímenes y asesinatos la convirtieron en La Condesa Sangrienta.

Sobrina del príncipe de Transilvania y rey de Polonia, Erzsébet pertenecía a la nobleza húngara. Culta, hermosa, rica y joven, era un excelente partido para cualquier noble que quisiera desposarla. Y así fue cuando a los 15 años contrajo nupcias con Ferenc Nadasdy, un fiero conde que pasaba gran parte de su vida batallando contra los otomanos.

Tanto Ferenc como Erzsébet compartían una extraña afición por violentar y castigar a las sirvientas del castillo, ideando siempre nuevas formas de tortura. Golpeaba a la servidumbre con pesados mazos o martillos, las encerraba por días o les clavaba agujas debajo de las uñas.

Todo era un deleite para Erzsébet, quien tenía una fuerte atracción sexual por las mujeres, y en ausencia de su esposo seducía a las jóvenes del castillo para satisfacer sus requerimientos. Las chicas que se prestaban inicialmente se asustaban por las sádicas prácticas sexuales de Erzsébet que se caracterizaban por estar llenas de golpes, sangre y laceraciones.

No fue sino hasta la muerte de su marido en 1604 que la condesa daría rienda suelta a sus más oscuros deseos. Al morir Ferenc, Erzsébet tenía 44 años, edad que en aquella época era sinónimo de la vejez.

Como resultado de esto y en su obsesión por mantenerse joven y bella, la condesa, con ayuda de una bruja, adecuaron los sótanos del castillo como una cámara de tortura donde llevaban a cabo ritos satánicos y de magia negra, orgias con mujeres, torturas, homicidios y canibalismo.

La condesa disfrutaba beber y sumergirse en bañeras repletas de la sangre de chicas jóvenes, preferentemente vírgenes, debido a que creía que el vital líquido detendría su vejez.

Su locura por conseguir la juventud eterna no terminó con eso sino que también se pudo comprobar que Erzsébet llevaba un conteo de sus víctimas en su diario personal, mismo que demostró que, hasta el día de su detención en 1612, contabilizó 612 víctimas.

Tras ser denunciada por un sacerdote, Erzsébet fue sentenciada a la guillotina, sin embargo hizo valer sus títulos nobiliarios para reducir su condena de muerte a una de confinamiento solitario de por vida.

Finalmente murió encerrada en 1614 a los 54 años de edad pero, para desgracia suya, el pueblo no permitió que fuese enterrada en tierras sagradas motivo por el cual su cuerpo se perdió en una cripta a las afueras de la región.

El vampiro de Düsseldorf (Alemania)

Los hechos alrededor de sus crímenes estaban tan torcidos y repletos de crueldad que era imposible siquiera determinar un patrón o móvil plenamente establecido.

Peter Kürten, el verdadero nombre de este asesino, gozaba por degollar, violar, tijerear y coser a sus víctimas aunque en algunos casos también las molía a golpes con un martillo. Tras este tipo de torturas a muchas de sus víctimas les sorbía la sangre daba igual si eran mujeres, niñas u hombres.

La brutalidad de este personaje era innata ya que a la corta edad de nueve años realizaría algunos de sus primeros asesinatos como el hecho de ahogar a dos de sus amigos mientras se bañaban en el río Rin. Asimismo y luego de cometer crímenes intercalados se inició en el mundo de la tortura, la violación y el asesinato de perros abandonados, mismos que eran conseguidos por medio de su trabajo en una perrera local.

La histeria de los ciudadanos de Düsseldorf se desató con mayor fuerza en el año de 1929, cuando Kürten mató a una mujer y cuatro niñas de cinco, ocho y catorce años. La historia continuó el 29 de agosto de ese año cuando, tras asesinar a una niña de cinco años, envió un mapa para encontrar la tumba del cuerpo a un periódico local.

Sin embargo un año más tarde dejaría con vida a una de sus víctimas sexuales, quien no dejó escapar la oportunidad para delatarlo y facilitar su aprehensión.

Como resultado de varias investigaciones este asesino fue condenado a la guillotina en 1931, poniendo fin a su reinado de terror en Alemania; aunque sus últimas palabras fueron: "Dígame, cuando me hayan decapitado ¿podré oír siquiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?... sería el mayor placer, para terminar todos mis placeres”.

El Vampiro Tucumano (Argentina)

Su comportamiento no respondía al fanatismo por la obra de Bram Stoker, sino más bien a un diagnostico de esquizofrenia que lo acompañaba desde la niñez y que nunca tuvo tratamiento.

Sufría de delirios y alucinaciones sentía atracción sexual hacia la sangre, hecho que lo llevó a matar a 15 mujeres.A los 18 años de edad cometió su primer crimen, al colarse por la ventana de una desprevenida mujer en una noche calurosa.

El terrible hecho lo realizó golpeando fuertemente a la chica con un palo para luego morder su cuello sin cesar hasta provocar una gran hemorragia que saciara su sed. El placer que le provocaba beber el líquido que emanaba lo llevaba al orgasmo, luego de calmar sus instintos las dejaba morir desangradas.

En un lapso de siete años asesinó a quince mujeres sin discriminar edad, raza o clase social. Al actuar protegido por la oscuridad de la noche Fernández, se salió con la suya hasta que la policía detecto la cercanía de sus viviendas con la de las víctimas.

Tres meses después de su último asesinato, en febrero de 1960, se logró su captura y confesó todos los crímenes. Finalmente, lo encerraron en una institución psiquiátrica lugar en el que murió 8 años más tarde.

La Familia Manson (EUA)

Charles Milles Manson era el nombre del fundador de La Familia Manson, una comunidad sectaria que se encargó de poner de cabeza el glamour y la tranquilidad que aparentaban las vidas de las estrellas de Hollywood.

Con una personalidad carismática y elocuente, a través de un discurso supremacista, religioso y distorsionado (posiblemente por el abusos de las drogas y los traumas de la infancia) Charles Manson lograba convencer a hombres y mujeres de unirse a su comunidad bajo la promesa de encontrar la tan ansiada libertad que la sociedad de aquel entonces les negaba.

Su estilo de vida se caracterizaba por la promiscuidad de sus integrantes con la cabeza de la familia, abuso de LSD, violencia y chantaje emocional. Dentro de este sistema Charles tenía el control absoluto de los pensamientos y actos de los miembros de la secta, adorándolo como líder y siguiendo sus órdenes sin cuestionarlo.

Fue así como la noche del 8 y 9 de agosto de 1969 algunos de sus fieles seguidores le mostraron su lealtad a través de actos que quedarían plasmados en la memoria del país.

La historia oficial cuenta que tan sólo bastaron 48 horas para consumar poco menos de una década de liberalismo y pacifismo que caracterizó al movimiento hippie a finales de los años 60. ¿La razón? Siete vidas cobradas a manos algunos miembros de La Familia Manson, entre las cuales destaca la actriz Sharon Tate, esposa del director de cine Roman Polanski, quien tenía 8 meses y medio de embarazo.

Curiosamente y a pesar de que ni una sola gota de sangre manchó las manos de Manson, él sería recordado como el actor principal de la oscuridad que vino a silenciar y condenar por siempre a la contracultura hippie.

En 1971 fue condenado a muerte aunque le sería conmutada por cadena perpetua en 1972. Los autores materiales de las matanzas también fueron condenados a cadena perpetua y a diferencia de Manson, quien permaneció estoico hasta el día de su muerte en noviembre de 2017, sus seguidores expresaron su profundo arrepentimiento años más tarde.

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