La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) señala que al estar dividido en ocho fases, el ciclo lunar tiene una duración 29.53 días, es por eso que cada mes se tiene una Luna llena, sin embargo cada una representa algo distinto con nombre y significado.
Los nombres populares que reciben tienen su origen en el Almanaque del Granjero de Maine, una publicación que durante la década de los treinta recopiló los apelativos que los nativos americanos otorgaban a la Luna a lo largo del año, una tradición que la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) ha recuperado recientemente.
Durante enero se tiene la Luna de Lobo, ocurre en una de las noches más frías del año y es también una de las más largas; las naciones nativas americanas le pusieron ese nombre porque ofrece las condiciones ideales para ir a cazar.
Para febrero se tiene la Luna de Nieve, esta representa el clima de la temporada, este año se pudo ver entre el 16 y 18 del mes, mientras que para marzo llega la Luna de Gusano, que indica que el periodo frío termina y la Tierra se vuelve fértil.
La Luna Rosa es la de abril, que este 2022 el mejor día para verla fue el día 16, le llaman así por el musgo rosa o flox de tierra silvestre, una de las flores principales de la primavera, y la Luna llena de mayo lleva el nombre de superluna de las Flores por presentarse en la etapa en que se incrementan las temperaturas debido a la primavera.
Durante junio llega la Luna de Fresa, su nombre se debe a que en Norteamérica los nativos tenían la creencia de que la luz lunar le daba un sabor dulce especial al fruto, en tanto que la Luna de ciervo de julio, de acuerdo a la NASA, la tribu algonquina que se extendía por el noreste de Estados Unidos la relacionaba con la aparición de las astas en el testuz de los ciervos machos más jóvenes.
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La de este mes de agosto (11 y 12) fue la última superluna del año conocida con el nombre de Esturión, que hace referencia a pescar estos peces en los lagos de Norteamérica. En septiembre se podrá ver la Luna de la cosecha y en octubre la del cazador.
En noviembre la Luna llena hace referencia a la temporada de caza del castor de las tribus norteamericanas para aprovechar sus pieles y elaborar prendas. Finalmente en diciembre se tiene la Luna fría que marca la llegada del invierno en el hemisferio norte de la Tierra.