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De acuerdo con Job Star, la denominación y la caracterización se remontan a la dramaturgia Griega y el arte del transformismo.
Las piezas que conforman al personaje van desde pelucas con peinados elaborados, maquillajes exagerados y vestuarios sumamente detallados, aderezados con un performance libre, un playback o un stand up, entre otras actividades.
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Cabe mencionar que esta actividad no es exclusiva de hombres, ni mucho menos es necesario ser gay para hacerlo. En caso de los varones que tienen personajes masculinos se denominan Bio Kings; a las mujeres que se visten de mujer de forma estrafalaria se les conoce como Bio Queen, y si deciden adoptar un alter ego varón, son llamadas Drag Kings.
Por su participación activa a lo largo de la historia son un referente y por lo tanto, la forma artística que usa su comunidad está dirigida a derribar prejuicios y llegar al corazón de la gente.
Lo que hacemos en muchas ocasiones es darle visibilidad, tanto al drag como a la comunidad en diversos espacios a través de shows concientizamos sobre temas que en algunos casos pueden ser tabú o tan comunes como hablar de la autoestima.
Yayoi Bowery
La lucha por los derechos
De igual manera, el drag fue un arma importante en los años 50 en Nueva York, época donde se “cazaba” a los homosexuales con el consentimiento del gobierno.
Dicho arte tuvo un protagonismo interesante durante el 28 de junio de 1969 en los famosos “Disturbios de Stonewall”, reconocidos como el catalizador del movimiento moderno pro derechos LGBT en Estados Unidos y en todo el mundo.
“Fueron ellos quienes con su imagen transgresora y políticamente incorrecta se levantaron contra la discriminación; y su peculiar forma de vestir logró que la comunidad fuera tomada en cuenta”, añadió Job Star.
Esta fecha sería recordada y celebrada hasta nuestros días como el Día del Orgullo aunque, pese a la lucha, la homosexualidad no salió de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta 1990 e incluso, en América Latina, el proceso ha sido más lento en cuanto a marcos jurídicos y sociales.
La visibilidad en Latinoamérica
“La sociedad mexicana es muy machista y misógina. Al mostrar la fragilidad de la construcción del género y reafirmar la feminidad como algo que no es malo, estamos haciendo conciencia”, comentó Bárbara.
Al respecto, según la Comisión Ciudadana contra los Crímenes por Odio y Homofobia, México se posiciona como el segundo país con más crímenes de odio hacia la comunidad LGBTTTIQ+, con un total de mil 218 asesinatos en los últimos 19 años.
Asimismo, la Encuesta Nacional sobre Discriminación por Motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (ENDOSIG), realizada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) reveló que en 2018 que el 58% de la comunidad percibe que sus derechos no son respetados.
Por otra parte, se indica que el 47.8% de los participantes han tenido algún pensamiento suicida; mientras que el 21.5% ha intentado quitarse la vida alguna vez como resultado de la discriminación.
Pese a que los instrumentos legales y normativos a nivel nacional protegen y condenan los abusos y actos de odios hacia estas minorías no ha sido suficiente para concientizar a la población es por ello que, en el drag, ven una apertura a la diversidad.
En el caso de Yayoi Bowery, además de abrir un canal de YouTube para compartir sus experiencias, también forma parte del proyecto “Drag Queen Story Hour” en la CDMX y junto con más drags narran cuentos y realizar actividades con niños.
Esta es la segunda ocasión en la que hacemos actividades de este tipo y en un futuro vienen muchos planes para llevar el drag a nuevos espacios y quitarle el tabú que se tiene.
Actualmente, en varios estados del país, el Frente Nacional por la Familia o la derogación del matrimonio igualitario representan un retroceso en la lucha de toda la comunidad sin embargo, dichas actividades, no detienen a estos artistas que buscan revolucionar el mundo en blanco y negro con los siete colores de su bandera.
“Debemos convencerlos de que ser mayoría no es lo mismo a tener la razón. Nosotros no buscamos convertir a toda la población a nuestros estilos de vida, simplemente queremos los mismos derechos, el mismo reconocimiento, la misma inclusión, pero lo más importante es que queremos dejar de tener miedo de vivir en un país donde el odio es el principal móvil de los asesinatos que vemos hacia los grupos vulnerables”, finalizó Yayoi.
