La crisis sanitaria del Covid-19, aunado a la pérdida de empleo o estrés laboral así como las exigencias académicas e incluso la vida familiar, son factores que han influido en la salud de muchas personas, lo que ha generado que se incrementen los casos de ansiedad.
¿Qué es la ansiedad?, es una respuesta anticipatoria a una amenaza futura y está relacionada con la tensión muscular, así como comportamientos de cautela o de evitación y se puede manifestar a través de síntomas físicos y psicológicos como sudoración, tensión muscular, dolor de cabeza, agobio o irritabilidad
En tanto que el miedo es una respuesta emocional con el principal objetivo de desencadenar las acciones necesarias para afrontar una amenaza real o imaginaria y estar listos para luchar o huir, sin embargo padecer miedos por largos periodos de tiempo pueden conducir a padecer estados de ansiedad.
Sin embargo la ansiedad y el estrés son diferentes en su origen y permanencia, el estrés aparece porque el individuo no posee o considera que no tiene los recursos necesarios para afrontar una situación concreta.
Pero una situación estresante puede conducir a la ansiedad, no obstante el estrés se puede reducir o incluso eliminar suprimiendo el estímulo que lo origina, sin embargo la ansiedad puede continuar aunque el estímulo evocador desaparezca.
Por lo tanto se puede decir que el estrés es producido en la mayoría de los casos por una amenaza real, mientras que la ansiedad suele presentarse como una interpretación irracional de una preocupación.
Pese a que la ansiedad puede llegar a convertirse en un problema de salud, es importante aclarar que experimentarla es algo completamente normal.
Entre las sensaciones que caracterizan a la ansiedad está el nerviosismo, agitación, tensión, pánico, aumento de ritmo cardíaco, sudoración, debilidad, cansancio, problemas para concentrarse, conciliar el sueño y dificultades para controlar las preocupaciones.
¿Cómo se puede controlar?, en primer lugares informarse, sobre todo porque muchas personas desconocen los síntomas, también es necesario no magnificar, es decir ser realista y no hacer más grande el problema.
De igual forma es necesario desviar la atención del problema aplicando técnicas de relajación muscular progresiva, respiración y dormir bien lo que ayudará a que el problema se resuelva.
Los trastornos de ansiedad afectan del 15% al 20% de la población en algún momento de la vida y suelen tratarse en atención primaria, derivándose los casos más graves a unidades de psiquiatría.
Los factores de riesgo para la ansiedad ocasional y para la patológica no están definidos; pero destacan la genética, biología y química del cerebro, el estrés y el entorno