Los ayunos intermitentes se han convertido en una moda que han adoptado varias personas que quieren bajar de peso; sin embargo ¿Qué hay detrás de esta tendencia nutrimental?
Cabe señalar que los ayunos intermitentes o prolongados son una dieta en la que se le exige al paciente dejar de comer por lapsos de tiempo, obteniendo la energía necesaria para las actividades diarias de las reservas calóricas que hay en el cuerpo.
Pero, esta dieta es cuestionada por los expertos pues a pesar de registrar una pérdida de peso, también genera efectos nocivos para la salud de las personas.
“Son sugerencias o dietas nuevas que se dieron a partir de que resultaron ser muy fáciles; que al dejar de comer el cuerpo entraba en esa necesidad de obtener energía y se hacía a partir de la reserva que genera el ayuno prolongado”, explicó la nutrióloga Ariadna Díaz Torres, académica de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
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Cabe resaltar que quienes la han practicado consideran que es una estrategia para perder peso más no una dieta como tal.
Al principio, las dietas que son restrictivas ayudan a bajar de peso, por lo que los ayunos intermitentes o prolongados sí presentan cambios en el cuerpo humano, por lo que parecería ser una buena opción. Además, esta estrategia no cuenta con los sustentos teóricos necesarios para que se practique como un plan alimenticio para reducir peso.
“Mis colegas que se dedican más al control de peso, no lo sugieren tanto, la verdad, manejamos más los planes de alimentación que están equilibrados, que cumplen las leyes de la alimentación, que tengan sustento, y con base a lo que debe de ser funcional para cada persona”, explicó Díaz Torres.
Beneficios y efectos adversos
A pesar de que no hay sustento teórico para emplear este tipo de planes de alimentación, los ayunos también deben de ser supervisados por un nutriólogo que asumirá la responsabilidad de este tratamiento.
“(Sin supervisión de un especialista) ni ésta, ni alguna otra (dieta) se debe de hacer, todos los planes de alimentación deben de estar bajo supervisión porque cada organismo es diferente”, aseguró la nutrióloga entrevistada.
Así, por los niveles de estrés, el sedentarismo, el no masticar de forma adecuada, no comer fibra o no ingerir agua, el principal beneficio de los ayunos prolongados o intermitentes es un mayor control en la ingesta de los alimentos. Pero, el ayuno intermitente también tiene efectos negativos en la salud.
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En el caso de Cesia García Hernández, egresada de la licenciatura en Nutrición, quien realizó esta dieta para investigar sobre ella, asegura que a corto plazo no presentó síntomas adversos pero cuando los hacía por cerca de 16 horas, sí le afectaba por la propia exigencia de su vida universitaria.
Por ello, ansiedad, dolor de cabeza, desconcentración, cansancio por actividad mental demandante son algunos de los efectos negativos de los ayunos, que se presentan a corto plazo.
Mientras que, a mediano y largo plazo, dejar de comer trae consigo problemas en la vesícula, gastritis, alteraciones en el tubo digestivo, falta de insulina, fallas renales, entre otras, por lo que no sólo es bajar de peso.