La pandemia no ha concluido; los estragos físicos, psicológicos y económicos han convertido el Covid-19 en una "enfermedad crónica".
Durante un conversatorio médico sobre el tema, el neumólogo Fernando Cano Valle detalló que la neumonía crónica, dolor articular, tos, fatiga, son algunos de los efectos que pueden presentar los pacientes que han sido dados de alta tras superar el Covid-19.
Estos pueden durar de 12 a 18 semanas, por lo que parecería comportarse como una enfermedad crónica posterior a haber salido negativo en las pruebas.
Por su parte, el internista hepatólogo, Jorge Luis Poo, aseguró que los efectos post-covid que ha visto en sus pacientes son la hipertensión, trastornos digestivos como gastritis y colitis, sueño y fatiga, entre otros.
En el aspecto mental, el psiquiatra Aldo Suárez explicó que el Covid-19 también genera enfermedades de la mente tanto en lo colectivo, como en lo individual.
Indicó que el confinamiento ha hecho que la sociedad sufra de enfermedades mentales, y estas se traduzcan en fatiga emocional por estrés.
En pacientes positivos al Covid-19, las enfermedades de la psique se presentaron en estrés prolongado, ataques de pánico, alteraciones de sueño o depresión.
“La reacción de estrés ha sido generalizada, tanto por lo que mencionaba del confinamiento, como del miedo a enfermar, como cuando ya enfermamos, cuando hemos perdido (a un ser querido), y cuando nos enfrentamos a una sociedad totalmente estresada por muchas cosas como lo financiero o la falta laboral”, enfatizó el psiquiatra experto en pacientes pos-Covid.
Asimismo, estos niveles de estrés han aumentado la violencia doméstica, desintegración y desunión familiar y salud emocional de la sociedad como colectivo.
Por ejemplo, el 62% de la población en Francia tiene alteraciones de sueño, relacionados con procesos inflamatorios debido al Covid-19, por lo que también se debe de tratar mentalmente al colectivo social.
Por otra parte, el Maestro en Administración y Medicina Preventiva y Doctor en Políticas de Salud, Santiago Lastiri aseguró que, en el terreno político y económico, la respuesta del gobierno federal fue tardía ante una pandemia que amenazaba a México desde enero de 2020.
Por lo que reconoció que si la estrategia de comunicación social hubiera sido diferente por parte del Estado Mexicano, se hubieran prevenido cosas.
“En el tema de comunicación social. Creo que debió haberse abordado a la sociedad en su conjunto a través de una mucho más dinámica estrategia de comunicación social”.
“Tuvo que haber señalado a tiempo, que teníamos que prepararnos con las cinco medidas básicas que todos ustedes conocen, y pudimos a ver llegado a los 35 millones de hogares donde vivimos poco más de 126 millones de mexicanos”, enfatizó.
Por lo tanto, para el experto en política y salud, el Estado Mexicano tuvo que acceder a los medios tradicionales como la prensa escrita, radio y televisión, además de las redes sociales para informar sobre la situación.
Recomendando el uso de cubrebocas, lavado de manos, uso de desinfectantes, sana distancia y resguardo en casa.
Además, tuvo que tener mayor control de las fronteras y monitoreo de los viajes, disponibilidad de pruebas para casos sospechosos gratuitas, y asistencia temprana a quienes se les ponía en cuarentena, esto hubiera garantizado no tener 15 meses de pandemia sin resultados esperanzadores.
También, sostuvo que el sector de salud público tuvo que apoyarse del sector privado de salud, para instruir y capacitar a médicos familiares y generales, en consultorios privados, sanitarios particulares y consultorios de farmacias, con el objetivo de atender oportunamente a pacientes con Covid-19.
En cuanto a los costos económicos que representa el Covid-19 para México, los expertos calcularon que la pandemia ha costado alrededor de 56 mil 500 millones de pesos.
Sin embargo, las cifras del Gobierno Federal están alejadas de la realidad, pues se piensa que uno de cada cuatro mexicanos se ha contagiado de Covid-19, lo que representaría tres veces más de lo que se piensa el gobierno.
Siendo así, los costos superarían los 150 mil millones de pesos, es decir, dos veces más que el presupuesto del INSABI, o la mitad de lo que gasta anualmente el IMSS.
Estas cifras se equiparán con los costos que anunció hace algunas semanas el gobierno federal, las cuales superan 35 mil millones de pesos en el 2020, en nueve meses de pandemia.
